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  • Foto del escritorNacho León

'Un peral entra por la ventana': Qué sencillo y qué complejo hacerlo tan bien


Un peral entra por la ventana

Relaciones familiares, conflictos generacionales, emancipación, magia, refugiados, Marx, una casa, un jardín (inglés)... y un peral. Todos estos ingredientes, aderezados de un humor brillante y cocinados a fuego lento con una aguda dirección y una puesta en escena solvente, nos proporcionan una de las piezas de humor inteligente más frescas que podemos ver en nuestras salas este otoño. Un peral entra por la ventana hace sencillo lo complejo y concilia lo irreconciliable. Porque es muy complejo confeccionar un espectáculo de esta frescura, ritmo, comicidad y mensaje, pero que a los ojos del espectador tenga una apariencia sencilla y ligera, de dulce paladeo y fácil digestión. Porque reconciliar el teatro de texto con la comedia accesible, conjugar la carga de profundidad de un texto que aborda varios de los grandes dilemas ideológicos y sociales de nuestra época, con un humor limpio a la par que ingenioso, es un trabajo titánico, encomiable, que la compañía resuelve con un resultado magnífico. Brilla con luz propia el texto de Marcos Fernández Alonso (que también firma la dirección y la interpretación de uno de los personajes), con conversaciones brillantes, parlamentos sesudos, reflexivos y profundos, mucho sentido del humor, y una riqueza y soltura en la construcción de los diálogos de la obra que da como resultado un auténtico deleite para el espectador. Pero este gran trabajo dramatúrgico necesita de una dirección adecuada, justa, para no caer en la excesiva densidad, en apresuramientos, o en reducirlo todo a un puro trabajo textual donde la palabra arrastra a los demás elementos de la puesta en escena. Sin embargo, nos encontramos ante un montaje de ritmo medido, con alternancia perfecta entre la agilidad en las escenas y las pausas reflexivas para recuperar el aliento. La obra fluye de principio a fin, nos sumerge, nos envuelve, y nos deposita de vuelta dulcemente en nuestro asiento, casi sin habernos dado cuenta del pasar de los minutos. El gran trabajo de dirección sabe conjugar y sacar partido de unos mimbres que ya son buenos de partida, pero que acaban por conformar un espectáculo cerrado y redondo. De igual modo, los momentos de humor surrealista salpicados con toques de magia que podrían parecer completamente gratuitos, no solo no restan, sino que suman a la propuesta frescor, desenfado, incredulidad, vitalidad, espontaneidad y mucho humor. El diseño del espacio escénico es original e inteligente. Sorprende en unas dimensiones tan concentradas, como son las de la coqueta sala Nueve Norte, encontrarnos con una escenografía ambiciosa y de grandes dimensiones, jugando en pocos metros con diversos espacios, apoyados por un gran diseño de luces, que nos hacen trasladarnos de lugar, transitar e incluso simultanear diferentes planos de acción, que dan a la propuesta, desde la sencillez, un acabado visual muy conseguido. Asimismo, los simpáticos «efectos especiales» y el omnipresente espacio sonoro, colaboran para crear una atmósfera de familiaridad y cercanía que el público agradece. Las interpretaciones suponen un caso muy particular, pues aunque parten desde estilos interpretativos dispares, y las construcciones de personajes tienen como punto de partida visiones aparentemente contrapuestas, todo encaja. Los personajes, cada uno en su clave, confluyen, se complementan, se completan los unos a los otros, y empastan en un trabajo interpretativo de elenco notable, que nos ayuda a sumergirnos en el ambiente generado, y a disfrutar de un texto tan rico e interesante como complejo, que los actores dominan con soltura y fluidez, permitiendo al espectador degustar cada juego textual, cada matiz, cada postura filosófica, en toda sus dimensiones. Un peral entra por la ventana es mezclar en un frasco elementos aparentemente incompatibles y obtener como resultado un combinado exquisito. Es la combinación justa y medida de elementos exóticos y cotidianos, para lograr un espectáculo compacto y refrescante. Dramaturgia de coctelera de alto nivel. UN PERAL ENTRA POR LA VENTANA

Dramaturgia y dirección: Marcos Fernández Alonso

Intérpretes: María Segalerva, Maya Reyes, Antonio Romero y Marcos Fernández Alonso

Escenografía y vestuario: Itziar Hernando

Diseño de luces: Juanjo Herbé

Cartel: Aylin Vera

Fotografía: Juan Carlos Toledo @jcartoledo

Producción: Nueve Norte

Patrocinio: De Castro estudio de abogados

Proyecto incluido en la muestra SURGE MADRID 2019

NUEVE NORTE. MADRID


Visto el 3 de noviembre de 2019.


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