Solar, espectáculo de la compañía Mos Maiorum, fue uno de los tres finalistas de la pasada edición de los Premios Max 2024 a Mejor Autoría Revelación. Un espectáculo que reflexiona sobre la transición energética y el negocio de la instalación de placas fotovoltaicas en campos de cultivo de zonas rurales deprimidas, lo que genera una serie de dilemas éticos, por la pérdida de identidad del mundo rural, y la primacía de lo individual sobre lo colectivo.
Decir que un espectáculo es multidisciplinar es un lugar común, y un recurso un tanto manido, y sin embargo Solar bien puede ajustarse a esta descripción, pues diferentes lenguajes escénicos convergen, completando una propuesta teatral compacta y sorprendente. Sorprendente, en parte, y este es uno de los puntos fuertes de la obra, porque se trabaja desde los contrastes. El láser, en contraposición a la agricultura tradicional. El discurso sesudo versus las canciones de los campesinos. Lo político frente a lo poético. Todo confluye en Solar, auténtico ritual profano que trata de avivar los sesos de una complaciente sociedad.
La propia disposición del público ya nos lleva a este ritual, potenciando la sensación de comunidad, de tribu reunida alrededor del fuego para oír al chamán contarnos sus verdades. De esta forma, y gracias a unos diseños de iluminación y sonido cuidados y medidos, se genera una atmósfera especial, densa, cargada de emoción y de reflexión: un espacio para compartir la liturgia escénica. La pieza tiene momentos espectaculares, como el uso del láser para un espacio lumínico por momentos futurista y distópico, de una gran belleza plástica, potente e hipnótico. Y en contraste, también, gracias a la música en directo, se generan segmentos cargados de emotividad, conectando con lo tradicional, con la tierra, con la raíz. Todo el rato, las dos caras de la moneda, que entroncan a la perfección con el discurso de la pieza, que se cuestiona en todo momento cómo conjugar el uso de las nuevas tecnologías en la transición de modelo energético, con, irónicamente, la pérdida de conexión con la naturaleza y, por ende, la decadencia de la colectividad como motor social, y el auge del individualismo.
Los intérpretes son otro de los pilares de Solar. Trabajando la técnica del verbatim en muchos de los pasajes, recrean todos los personajes que protagonizan la problemática, desde las múltiples perspectivas posibles, encarnándolos con gracia y soltura, reforzando el mensaje que conllevan, y haciendo digerible y transitable una carga política y discursiva bastante importante. El elenco, con un trabajo más que solvente, nos incluye en su ritual, nos hace sentir cómplices de sus argumentos e inquietudes, llegando a tomar cariño a muchos de los personajes.
Propuestas como Solar son un soplo de aire en los circuitos teatrales actuales. Teatro de denuncia sin renunciar a la poesía, a lo sensible. Una manera de reivindicar, de poner el foco en los dilemas, planteando preguntas sin renunciar al juego. Porque el futuro no puede borrar el pasado. Porque el progreso no puede ahogar la raíz. Porque el progreso, sin la gente, es menos progreso. Porque en el campo ya no se canta.
SOLAR.
Dirección artística: Ireneu Tranis
Dirección escénica y diseño de espacio: Clàudia Vilà
Dramaturgia: Ireneu Tranis y Alba Valldaura
Performers: Alba Valldaura, Ireneu Tranis y Martina Tresserra
Espacio sonoro y música electrónica: Guillem Llotje
Vestuario: Adriana Parra
Láser: Marcelo Nardone - INZIST
Dirección técnica e iluminación: Dani Miracle
Asesor litúrgico: Marquet Sempere-Moya
Asistente de escenografía: Lydia Cornillet
Constructor de atrezzo: Xavier Arbonès
Dramaturga colaboradora: Estel Solé
Producción: Muntsa Roca y Lila Brick
Coproducción: Fira Mediterrània, Festival de Llegendes
Con la ayuda de: Generalitat de Catalunya, Ajuntament de Barcelona y CCCB
NAVE 73. MADRID
Visto el 4 de octubre de 2024
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