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Foto del escritorÁlvaro Prados

'Sepelio. Triana ha muerto': la resistencia de lo underground frente a lo comercial

Es reconfortante comprobar que a pesar de ser invadidos por un capitalismo feroz, por una norma que quiere volvernos a todos iguales y por una explotación constante de banalidad, quedan personas, espacios y propuestas que luchan por no perder su sello, que reivindican lo diferente, lo que los hace especiales. Espacios, propuestas y personas preocupados por profundizar, compartir y dejar una marca, que resisten valientemente a pesar de tener todos los factores en su contra.


Sepelio. Triana ha muerto es una de estas propuestas. Una obra concebida por la Cía. Dicotómica para ser representada en la sala El Cachorro (Sevilla). Esta elección no es arbitraria: hablamos de un pequeño café-teatro situado en Triana, barrio que lucha por mantener esa identidad construida por las minorías que lo habitaron y que fueron (y son) castigadas por la autoridad a lo largo de la historia. Uno que se resiste a ser mera atracción turística y que intenta mantener su idiosincrasia. Triana también es el barrio donde se sitúa la acción de la pieza.


Como hizo José Sánchez Sinisterra en ¡Ay, Carmela!, Verónica Rodríguez (autora y directora de la obra) mezcla lo elevado con lo popular y el realismo con la fantasía para hablar sobre la importancia de la memoria. Nos encontramos ante un texto repleto de ritmo, expresiones puramente andaluzas y referencias históricas sobre el barrio, en el que la dramaturga ilustra lo instauradas que están las políticas de represión hacia los grupos desfavorecidos a través de unos personajes que muchos podríamos reconocer fácilmente.


La puesta en escena está en sintonía con la voluntad de resistencia antes mencionada: sin grandes recursos de escenografía, vestuario o maquillaje y haciendo uso de la cercanía que ofrece la sala, los actores Carolina Montoya y Migue López defienden sus personajes con convicción, cariño y complicidad entre ellos. Un tándem con una soltura envidiable para moverse entre lo cómico y lo trágico, capaz de llevar al espectador a la reflexión buscada sin hacer que renuncie a la carcajada.


Este ejercicio de compromiso y coherencia entre texto, puesta en escena y espacio nos confirma la importancia de la convivencia entre este tipo de propuestas y otras de mayor presupuesto y envergadura comercial. Además de la rentabilidad, la escena necesita apostar por otro tipo de valores que estén al margen de lo mayoritario. Sepelio. Triana ha muerto nos demuestra que esto es perfectamente posible sin olvidarse del entretenimiento y disfrute del espectador.


SEPELIO. TRIANA HA MUERTO

Cía. Dicotómica

Texto y dirección: Verónica Rodríguez

Con Carolina Montoya y Migue López

SALA EL CACHORO. SEVILLA

Visto el 10 de junio de 2019


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