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  • Foto del escritorNacho León

'Puños de harina': Qué gusto da ir al teatro así


Cómo me hubiera gustado que me llevasen a ver Puños de harina en el instituto. A veces, en los centros educativos, se lleva a los adolescentes a ver teatro, lo cual es fundamental para desarrollar un gusto en la juventud por el arte dramático, e incentivar su consumo como una opción viable de ocio y cultura. Sin embargo, en muchas ocasiones, se yerra el tiro, apostando por opciones, o excesivamente clásicas, alejadas del ritmo, lenguaje e inquietudes del público joven, o bien demasiado naifs, pecando de un intento de falsa cercanía que no provoca más que distancia. Distancia, que tiende a perpetuarse en el tiempo… Ojalá me hubiesen llevado a ver Puños de harina.


El Aedo Teatro es una compañía andaluza que desde 2008 presta una especial atención al fomento del teatro entre el público joven y adolescente. Entre sus objetivos, se encuentra el de crear una nueva generación de jóvenes espectadores capaces de vivir el teatro y las artes escénicas de una forma diferente. Por ello, apuestan por un lenguaje accesible para este tipo de público, utilizando estrategias de gamificación y contenidos pedagógicos paralelos que complementan y completan la experiencia teatral, haciéndolo más atractivo aún para estas nuevas generaciones. Y todo ello, sin renunciar a la denuncia y al mensaje, al compromiso en los textos, la reflexión, y una puesta en escena atractiva y sugerente para cualquier tipo de público.


Puños de harina nos cuenta dos historias paralelas: la de Rukeli, boxeador alemán gitano en tiempos de Hitler, y la de Saúl, un chico español gitano homosexual de familia feriante en los años 80. Ambos unidos por su etnia y por el rechazo sufrido a manos de la sociedad que les rodea por el simple hecho de ser quienes son. El texto, precioso y la vez crudo, trata temas como el racismo, la homofobia o el machismo, con contundencia, pero a su vez con mucha sensibilidad.


El boxeo, y la relación de amor/odio de los dos protagonistas con respecto a este deporte, sirve de hilo conductor para una propuesta con muchísimo ritmo que, aunque mantiene un mismo esquema toda la función de alternancia de escenas de uno y otro personaje, atrapa la atención del espectador de principio a fin, con una puesta en escena cuidada y elegante, cuya escenografía en un primer momento genera un curioso contraste, por la yuxtaposición de elementos muy diferentes en cuanto a estética, pero que funcionan conformando un espacio escénico atractivo, generando momentos visuales impactantes, gracias al apoyo de un gran trabajo de iluminación por parte de Jesús Díaz Cortes, y de videoescena a cargo de Elvira Zurita, que terminan de redondear un montaje completo y rotundo en todas las áreas.


Y por supuesto, el trabajo de Jesús Torres es espectacular. Además de escribir y dirigir, interpreta el texto con una naturalidad desbordante, con cercanía y ternura, con vis cómica y despliegue físico. Transita de un personaje a otro con una facilidad apabullante, transmitiendo verosimilitud en cada momento, permitiendo al público identificarse con cada personaje, vibrar con ellos, viajar, emocionarse y disfrutar o sufrir con cada avatar de sus vidas. Da gusto ver sobre las tablas a un actor comprometido con un espectáculo, como no podía ser de otra manera, dejándose la piel, el sudor y las lágrimas, con un despliegue de recursos notable y una entrega digna de elogio.


Qué importante es la labor de compañías como El Aedo Teatro. Apostar por una labor tan necesaria como atraer al teatro a público joven y adolescente, sin renunciar a un espectáculo de calidad, de gran belleza plástica, con un texto de altura, y genialmente interpretado. Si dentro de veinte o treinta años tenemos las salas de teatro llenas, será gracias a compañías y montajes como este. Gracias.


PUÑOS DE HARINA

Texto, dirección e interpretación: Jesús Torres Voces en off: Eva Rodríguez, Antonio M.M., David Sánchez Calvo Diseño de iluminación: Jesús Díaz Cortés Técnico de iluminación: Nuria Henríquez Videoescena: Elvira Zurita Escenografía y vestuario: Mario Pinilla Espacio sonoro y música: Alberto Granados Reguilón Coreografía: Mercé Grané Entrenamiento personal: Diana Caro Entrenador de boxeo: Nelson Dotel Diseño gráfico: José Ponce de León Fotografía: Moisés F. Acosta Jefa de prensa: Raquel Berini Asesoramiento: Antonio Villar

Produce El Aedo Teatro

TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO. MADRID


Visto el 9 de noviembre de 2021


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