Como ferviente espectador semanal de teatro, cada vez agradezco más lo diferente. Lo sorprendente, lo arriesgado, lo irreverente. Lo poco canónico. Lo especial. Carteleras llenas de espectáculos cortados por los mismos patrones, hacen cada vez más frecuente la sensación del “Esto ya lo he visto”. Y es, en cierta manera, lógico. La innovación supone un riesgo. El descaro, una aventura. La investigación, casi un acto de fe. Y es aquí en este punto en el que siempre pienso en la falta que hacen los proyectos estables de Compañía. En una sociedad donde los tiempos de producción, ensayos y exhibición están cada vez más comprimidos, y donde el salirse de lo establecido supone un peligro para la rentabilidad de las producciones, es cuando proyectos como La Chivata son más necesarios.
Particulares y patios es el segundo montaje de la compañía al que tengo el placer de asistir en poco tiempo. Después de quedar maravillado con la forma y el fondo de Tragantona (que pudo verse recientemente en El Umbral de Primavera), acercarme a la sala exlímite para ver su siguiente montaje, suponía un plan excitante. Y no defraudó mis expectativas. Por lo comentado con el equipo artístico, Particulares y patios, que se estrenó en mayo de 2022 en Nave 73, nació después de un proceso creativo de en torno a un año de investigación, pruebas, y mucho, mucho trabajo. De reflexiones en torno a esa realidad tan cotidiana y a veces opresiva que es la de las viviendas en los centros de las grandes ciudades, las relaciones entre las personas que las habitan, y la comunicación entre estas y los propios espacios que, en muchas ocasiones, tienen su propia voz.
Si bien en Tragantona la dirección corría a cargo de Irati Morán, que en esta pieza actúa como intérprete, en Particulares y patios se trata de una creación colectiva. En ambos casos, el sello de compañía es innegable, desde un trabajo físico potente y creativo, con un lenguaje propio y reconocible, y una identidad en las formas y en el fondo que se agradecen y se disfrutan. La obra goza de un ritmo envidiable, medido, justo, jugando con la alternancia entre momentos de un nivel frenético y enérgico, y compases de pausa, calma y silencio, que funcionan a la perfección tanto en un plano cómico como dramático. Además, el montaje juega con elementos como el suspense, y la magia, con pasajes cercanos al ilusionismo, que tienen al espectador en una constante expectación que le acompaña durante toda la pieza.
Además, este cuidado espectacular de la forma, no oculta un potente mensaje de fondo. Es más, no es que no lo oculte, es que lo envuelve, lo propulsa, para que las reflexiones profundas sobre nuestros espacios vitales y de convivencia, y el efecto que la masificación urbana nos produce a nivel individual y social, lleguen de forma en ocasiones liviana, desde la risa, la sorpresa y el asombro, pero de forma clara y contundente.
El elenco está estupendo, funcionando como un equipo compacto, remando todos a una, como un engranaje perfecto en el que cada pieza brilla con luz propia dentro del conjunto, dejándose la piel en cada minuto del espectáculo, con una exigencia y una entrega física y mental que inundan el espectáculo, dotándolo de una fuerza, ritmo y vitalidad apabullantes.
Y qué decir de la escenografía. La generación y transformación de espacios es sin duda uno de los puntos fuertes de este montaje. Los espacios se suceden uno tras otro con gran desenvoltura, gracias a un manejo de la estructura escenográfica funcional a la par de vistosa, que confiere una enorme fluidez a la toda la puesta en escena. El elenco, además de intérpretes, trabajan incansablemente como maquinistas, con un movimiento coreografiado al milímetro de principio a fin, a vista de público, que dota a la obra de un gran impacto visual y una potencia plástica importante.
La Chivata es de estas compañías jóvenes a las que hay que seguir la pista, de las que a poco que la industria teatral nacional, en ocasiones tan ingrata, les deje hueco, se convertirán en referentes en su ámbito, con un sello propio de calidad tan necesario en nuestro panorama artístico actual. Y Particulares y patios, es otra apuesta firme en esta ilusionante andadura.
PARTICULARES Y PATIOS.
Elenco: Salma El Amrani, David Hipola, Natalia Tapia, Miguel Chapa, Plámena Rodríguez e Irati Morán
Dirección y dramaturgia: La Chivata Teatro.
Textos: La Chivata Teatro & Rebecca Tolosa en creación colectiva.
Plástica Teatral: La Chivata Teatro & Colectivo Hilando.
Espacio Sonoro: Gabriel Vidanauta.
Iluminación: Elena Santos & Quique Uhalte.
Vestuario: La Chivata Teatro & Freya Medrano.
EXLÍMITE. MADRID
Visto el 22 de octubre de 2022
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