Mantener una sala de teatro siempre ha sido cuestión de trabajo, esfuerzo, sudor y lágrimas, pero después de todo lo ocurrido a nivel de pandemia, ¿cómo lo estás viviendo?
Trabajo, esfuerzo, sudor y lágrimas son cosas que se neutralizan -no sin esfuerzo- con vocación, entusiasmo, ilusión, trabajo y ganas. Esta pandemia ha puesto a prueba muchas cosas. Me preguntas cómo lo estoy viviendo yo. Creo que la misma respuesta sería válida para toda la Humanidad... Primero con estupor, después con muchísimo dolor y por último... ¡con coraje!
Con toda tu experiencia en el sector y en lo vivido, ¿podríamos afirmar que las salas de teatro más pequeñas o independientes están viviendo un momento extraordinariamente complicado? ¿Crees que la gente es consciente de ello?
El momento es más que extraordinariamente complicado para todos. No cabe duda que algo tan frágil como estas salas pequeñas de teatro, sustentadas casi exclusivamente por la vocación, el amor, y la dedicación de sus gestores, lo tienen muy, muy complicado... Y creo que nuestro público es consciente de ello.
Y con toda esa misma experiencia de la que antes te hablaba ¿Cómo crees que ha cambiado el sector, ha evolucionado favorablemente o por el contrario ha retrocedido?
Habrá que esperar para comprobarlo. Yo tengo mis ideas muy claras, aunque no sean mayoritariamente compartidas. Pienso que esta situación límite puede provocar una reacción positiva y que todos busquemos la solución en la propia esencia del Teatro, alejándonos de los sucedáneos a los que con frecuencia se recurre en pro de la taquilla.
¿Qué tipo de obras teatrales se encuentra la gente que decide visitar el Teatro Karpas?
En principio he de decir que se encuentra con Teatro, cosa que no siempre sucede. Dicho esto, hay que aceptar que, dentro de este concepto, “Teatro”, caben muchas cosas (y más que algunos pretenden meter con calzador). Karpas ha buscado siempre la esencia más pura del concepto. En nuestra sala encontraran siempre Teatro, no “variedades”.
¿Qué hace especial o cuál sería la esencia del Teatro Karpas para ti?
Como ya te vengo diciendo nuestra esencia se basa en la fidelidad a la pura esencia del mismo teatro desde su época más antigua... Sin inventos, sin subterfugios, sin trampa. El teatro desnudo es pura emoción. Por eso y tal vez -pretenciosamente- he llegado al concepto de lo que yo llamo “Teatro Emocional”.
Actualmente estáis con La Ultima función” una obra con textos de Chéjov que tú mismo has dirigido. ¿Qué cuenta esta obra? ¿Qué mensaje te gustaría que quedara en el espectador?
La Ultima Función es puro Teatro Emocional. Yo llamo Teatro Emocional, como te decía, a aquel que utiliza un lenguaje dirigido directamente a la inteligencia emocional del espectador. La emoción traspasa los límites de la razón. La emoción nos inunda, nos atropella, mientras que la razón se toma su tiempo dándonos opción a elaborar conclusiones.
La última función es teatro dentro del teatro, un encuentro emocional entre actor/espectador que abrirá muchos caminos en un encuentro diferente.
Otra de las obras que marcarán esta nueva temporada será Los Amores de Don Perlimplín... de Lorca. ¿Qué nos puedes avanzar?
Que siendo considerada la “obra pornográfica de Lorca” (entre comillas) encierra el más fuerte y grandioso sacrificio de amor que la literatura haya podido inventar. Bajo ese prisma, el tono guiñolesco y festivo del relato ha de servirle a uno para perfilar el drama dentro de nuestra capacidad emocional. Solo emocionalmente se puede comprender el personaje de Don Perlimplín. Creo que mi concepto de “Teatro Emocional” se ajustará perfectamente al espíritu de la obra.
Entrevista a Manuel Carcedo, director de Karpas Teatro.