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Foto del escritorNacho León

'Las cosas extraordinarias': La vida en un millón de razones


Las cosas extraordinarias

Cualquier motivo es bueno para hacer una lista. La lista de la compra. La lista de tareas pendientes. La lista de nuestras canciones favoritas. Y los medios de comunicación refuerzan esta tendencia inundándonos de repertorios sorprendentes. Las siete maravillas del mundo. Los quince pueblos de Castellón que no puedes perderte este verano. Qué no puede faltar en tu nevera portátil de dominguero. Listas útiles, inútiles, prácticas, absurdas... Todo es susceptible de ser catalogado y clasificado. Pero cuando un niño de siete años, al ver que su madre ha intentado quitarse la vida, elabora una lista con las cosas que hacen que la vida valga la pena, no podemos dejar de identificarnos, solidarizarnos, y desear sumarnos a la tarea, intentando aportar nuestro granito de arena para encontrar esas cosas extraordinarias que habitan nuestro día a día. Las cosas extraordinarias es dura por momentos, divertida, alegre, vital, enternecedora y cruda. Es la vida misma condensada en la historia de un niño de siete años que quiere animar a su madre, y los avatares por los que atraviesa en su intento de encontrar el lado positivo de la existencia. El texto de la obra nos monta en un tren que recorre sus aventuras y desventuras, con sus bajadas y subidas, sus paradas, interrupciones, rupturas y reencuentros. Sin recrearse en lo sórdido, nos muestra todas las caras de la vida, la dulce y la amarga, la alegre y la sombría, lo extraordinario y lo mundano. Es un retrato fiel y humilde de una vida que podría ser la de cualquiera de nosotros. Una historia clara y sin paños calientes, pero cargada de energía positiva.

Brays Efe nos conmueve en su interpretación con una sinceridad apabullante, orgánico hasta la médula, con una trabajo de identificación con el personaje que nos hace dudar si verdaderamente está hablando de su propia historia vital. La naturalidad brilla en cada matiz, combinando una energía desbordante con la sutileza en los detalles, un tránsito ágil de sentimientos que configuran un paisaje emocional rico y diverso, con el que el espectador se identifica y se conmueve en cada instante de la obra. Brays Efe pone el alma en cada frase, cada gesto, con una facilidad asombrosa para pasar del humor, con una arrolladora vis cómica, al drama más humano, o a la ternura más entrañable.

En cuanto a la puesta en escena, la ausencia de elementos escenográficos no supone ninguna traba para adentrarnos en la historia, sino más bien al contrario, pues el espacio se llena de decorado humano. Los diferentes personajes que pueblan esta historia, cobran vida en la piel de personas anónimas del público, de los que el actor se sirve para ilustrarnos cada pasaje de la obra. El recurso de utilizar a espectadores para encarnar a personajes relevantes de la vida de nuestro protagonista resulta un elemento dinamizador constante, una fuente inagotable de momentos hilarantes, de complicidad absoluta y de comunión con la audiencia, que rápidamente entra en el juego propuesto y disfruta con expectación de cada nueva incorporación a este improvisado elenco.

Las cosas extraordinarias nos hace reconciliarnos con el ser humano, con sus grandezas y sus miserias. Es una invitación a no parar de reír sin renunciar a llorar. Es una catarsis placentera y refrescante. Si el teatro es un arte vivo por definición, esta obra lo lleva a su máxima expresión. Difumina los límites entre público y actor. Destruye la cuarta pared. Construye una nueva convención teatral. Una asamblea profana. Arriesga, apuesta... y gana. Ganamos todos. LAS COSAS EXTRAORDINARIAS

Autoría: Duncan Macmillan

Dirección: Pau Roca

Intérprete: Brays Efe y Pau Roca

Traducción: Adriana Nadal Ayudante de dirección: Iñaki Mur y Alba Sáez Producción ejecutiva: Mercè Puy y Adriana Nadal Producción: Jan Vilanova y Rosa Domingo Regiduría, producción y técnica: Gisela Serrano Comunicación: Meritxell Abril, Andrea Calbet, Gemma Saperas Comunicación digital: Mia Font Escenografía e iluminación: Paula Bosch Diseño cartel: Eduard Buch Fotografía cartel: Kiku Piñol Distribución: Fran Ávila TEATRO LARA. MADRID


Visto el 22 de octubre de 2019


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