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  • Foto del escritorNacho León

'Juicio al extranjero': Vuelta de tuerca a la escena interactiva: teatro sin actores


juicio al extranjero

¿Es posible el teatro sin intérpretes? ¿Cómo plantearse una obra en la que diversos personajes desfilan por el escenario, y sin embargo, ninguno está interpretado por un actor o actriz? Parece un acertijo o un retruécano escénico, y sin embargo Juicio al extranjero lo consigue. No es que sea un mecanismo nuevo. Ya en Las cosas extraordinarias de Duncan Macmillan, dirigida por Pau Roca, que hemos podido disfrutar recientemente en diversos teatros nacionales, veíamos un elenco de personajes secundarios interpretados por espectadores anónimos, a los que se les proponía el juego a lo largo de la función. Pero Juicio al extranjero, va a un pasito más allá.


Este montaje es la primera creación de la compañía teatral InDubio, dirigida por Íñigo Santacana, donde los espectadores vivirán desde dentro la simulación de un juicio y decidirán el futuro del señor Mersol, acusado y protagonista de la novela El extranjero, de Albert Camus. Sin duda, lo más singular de este montaje, es que se configura sin un solo intérprete. O mejor dicho, sin un solo intérprete encarnando un personaje. Luis Maesso y el mismo Íñigo Santacana se erigen como una especie de maestros de ceremonias, unos inusuales regidores que, desde fuera de la acción, organizan el desarrollo de la pieza, la cual será llevada a cabo íntegramente por personas del público. La audiencia será la protagonista de una manera o de otra de este juicio, ya sea como testigos, juez, jurado, fiscal, e incluso como el mismo acusado. Este recurso, no solo provoca muchos momentos cómicos (errores por los nervios, mujeres interpretando papeles masculinos y viceversa, espectadores que se toman muy en serio los roles asignados…), sino que hace de los personajes un elemento vivo e imprevisible en cada función, provocando de paso la reflexión acerca de la importancia de la actitud y las apariencias a la hora de prejuzgar a una persona más allá de los hechos concretos fehacientes.


Sin embargo, en Juicio al extranjero, con todo lo arriesgado que se ha sido en la forma, quizás haya faltado profundizar en el fondo. Un argumento tan jugoso como el anteriormente comentado, en el que varía enormemente nuestra percepción de un mismo hecho en función de la persona que lo cuente, su actitud, o nuestros propios prejuicios, se queda falto de desarrollo en ciertos aspectos. Incidir en los matices y las contradicciones. Queda el regusto de que, elementos como la ambigüedad de los testimonios, las diferentes interpretaciones que podría dar el cuestionamiento de los hechos probados, o el cierre abrupto de la pieza en el veredicto sin ahondar en sus implicaciones, podrían haber dado bastante más de sí.


El diseño del espacio escénico acierta en su disposición a cuatro bandas, creando un efecto inmersivo, en el que los espectadores no solo pueden ver las caras del resto del público, sino también sus reacciones, sus dudas ante las pruebas planteadas, las corrientes generadas de opinión, etc., ayudando a generar un clima auténticamente judicial en la sala. La puesta en escena es sencilla, pero sorprendentemente resultona, con unos escasos elementos de utilería que, sin embargo, crean atmósfera apoyados por unas luces simples pero efectivas.


El teatro interactivo está en auge. Cada vez vemos en nuestras carteleras más propuestas que juegan, exploran, desmenuzan, rompen y experimentan con la participación del público en la escena. Juicio al extranjero arriesga forzando sus límites, y llevándolos por un camino tentador y sugerente. Una grata sorpresa.


JUICIO AL EXTRANJERO

Elenco: Manuel Pico, Luis Maesso e Íñigo Santacana

Dirección y dramaturgia: Íñigo Santacana

Compañía: InDubio

Escenografía: Alessandro Arcangeli

Asesoría de dramaturgia y dirección: Carlos Tuñón

Producción: Barandi producciones (SL)

Prensa y comunicación: Amanda H C – Proyecto Duas

EL UMBRAL DE PRIMAVERA. MADRID


Visto el 6 de mayo de 2021



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