“Cada supermercado tiene su mendigo como cada iglesia tiene su santo”. Con esta frase, vacía y a la vez tan llena, se presenta En medio del súper me dio por bailar, lema que repetirá a modo de leit motiv del espectáculo, adentrándonos en el universo del capitalismo sonriente, del consumismo de circo y pandereta, de plástico y brillantina, en el que se han convertido los supermercados de nuestras ciudades. Una atmósfera densa pintada de colores, de la que nos es imposible escapar.
ConClave teatro es una compañía joven que investiga sobre las posibilidades críticas y expresivas del teatro físico, siempre girando en torno a un tema concreto. Si en Hoy es ahora su anterior montaje, desmontaban de forma notable los clichés y estereotipos de lo que es ser un hombre de éxito en nuestra sociedad, en En medio del súper me dio por bailar van un pasito más allá, utilizando un supermercado, con sus dinámicas, su estética y los personajes que pueblan su paisaje, para, desde lo corporal (principalmente), denunciar con sorna la sociedad consumista, competitiva y desenfrenada que el capitalismo ha hecho de todos y cada uno de nosotros. Pero que nadie espere un drama profundo ni disquisiciones sesudas; todo ello se hace desde una aparente ligereza, con mucho sentido del humor, pero que encierra un proceso de investigación y reflexión que se destila en pequeñas perlas en cada una de las situaciones planteadas.
El ritmo de la pieza, manejado a la perfección por su director Evangelos Lalos, es una de sus claves. El juego de repetición, de dilatación de los momentos en el tiempo, no resiente el montaje, sino todo lo contrario; es fruto de esta repetición que surgen los chispazos, es a fuerza de machacar un movimiento, que nacen las sutilezas, los detalles, las variaciones, que provocan la deformación, la desvirtuación… y con ellas, la magia. Y esto es posible gracias a la implicación al 100% del elenco, que se deja la piel, el sudor y la capacidad de juego en escena, que brilla por entrar al trapo en cada propuesta, por estar aquí y ahora en todo momento, cosa que no siempre se ve sobre las tablas. Pese al buen nivel general, destaca un Chemi Hitos (al que ya vimos en Hoy es ahora), por su ductilidad, energía y vis cómica, al que da gusto ver en el escenario.
Asimismo, el uso del espacio escénico es completo, con cambios constantes, un vestuario agradecido, y una escenografía sencilla, pero que resulta evocadora, sirviendo además como catalizador para el juego y la imaginación del elenco, y también del espectador, además de resultar de una sorprendente belleza plástica, no siendo más que unos carritos de la compra, revistas de ofertas, y otros elementos típicos de supermercado perfectamente reconocibles. Además, el montaje termina de brillar por el apoyo imprescindible de la luz, con un diseño precioso y preciso, que realza la estética y también la dramaturgia de la obra desde la presencia lumínica.
En medio del súper me dio por bailar (nombre sugerente donde las haya), es la segunda parte de lo que ellos mismo llaman su Trilogía del Sistema, que culminará con Like me, pieza que se estrenará en breve en el Festival Surge Madrid 2021, y en la que, prometen, continuará la investigación sobre la sociedad, y el “progreso capitalista” en el que se aventura. Un pasito más en la andadura de esta compañía que promete seguir dándonos muchas alegrías, y a la que hay que seguir de cerca, pues son sin duda presente y futuro del teatro gestual nacional.
EN MEDIO DEL SÚPER ME DIO POR BAILAR
Intérpretes: Tanea Peña, Mario Patrón, Chemi Hitos, Ana Paloma Molina, Lydia Ramírez
Dirección y dramaturgia: Evangelos Lalos
Iluminación y espacio escénico: Marcos Olivares, Andrea Burgos Vestuario: Noah Girardi
Diseño de Cartel: Marta Camarero
Distribución: Nacho Benito
Una producción de ConClave Teatro
NAVE 73. MADRID
Visto el 21 de septiembre de 2021