#AUTOTUNE para encontrarse a unx mismx
- Álvaro Prados
- 25 jun 2019
- 4 Min. de lectura

“siempre me ha fascinado
lo que es indescriptible
innombrable
lo que va por encima
y se adelanta a las palabras
y sin embargo
yo
no he dejado de intentar
explicar
catalogar
justificar
encajar
en el molde que fuese
hoy
no estoy aquí para eso”
Hoy escribo para reivindicar mi derecho a existir desde el límite, el margen, lo no visible... Desde esa oscuridad que somos incapaces de clasificar o definir. Esa oscuridad que nos confunde, nos asusta y no tenemos integrada del todo en nuestra vida cotidiana. Podría describirme con etiquetas como actor, poeta, dramaturgo, performer, director de escena... también guía turístico, teleoperador, dependiente, travesti, fangirl... votante de izquierdas, cinéfila, folclórica, otaku, maricón, intensa, pesado, dramática, sensible, obsesivo, millennial... Todas ellas son válidas y ninguna abarca todo lo que soy o me representa al 100%.

Desde que el hombre es hombre, perdón, desde que el ser humano es ser humano ha sentido la necesidad de etiquetar y clasificar para poder comprender lo que le rodea. Pero no seamos ingenuos: esa necesidad también ha sido históricamente una justificación para oprimir, segregar e invisibilizar algunas realidades y colectivos.
Al igual que lo hago en mi cotidianeidad, como artista intento escapar de las etiquetas (o al menos abarcar todas las posibles): no quiero que mi arte se defina ni se catalogue. Quiero moverme entre límites, géneros, formatos, disciplinas... quiero ser un producto transdisciplinar, un híbrido de todas las influencias que me han marcado y me han ayudado a encontrarme. En el arte, todo está inventado y construido, yo intento investigar y moverme entre fronteras más que hacer una réplica a partir de un molde perfecto. #AUTOTUNE es mi segundo intento de largo de formato.

Desde que Cher lo utilizara allá por el año 1998 en su canción Believe, el autotune ha sido objeto múltiples polémicas (a mi parecer, un tanto absurdas). Este procesador que ajusta la voz del usuario y la lleva a la afinación deseada ha sido la herramienta perfecta para reflexionar sobre la problemática de los límites. Una vez tratada, la voz se convierte en algo indefinible: entre humano y robótico, sin género aparente, divertida y sobrecogedora, cercana y distante. Soy un gran fan de la cultura pop, y muchos de los artistas que admiro (la misma Cher, Britney Spears, Charli XCX, SOPHIE, Pimp Flaco, La Zowi...) han sabido utilizar el autotune para algo más que enmascarar imperfecciones. Y si quiero ser un híbrido de todas mis influencias, ¿por qué no tomar una herramienta que han usado muchas de ellas?
Además de la prefabricación de voces del mundo del pop, he intentado que #AUTOTUNE sea muchas más cosas: las reflexiones de Paul B. Preciado, Donna Haraway y Susan Sontag, la ordinariez de la televisión, el colorido del anime y las películas de Jacques Demy, la honestidad de Édouard Louis y Angélica Liddell, el sentido lúdico de Jan Fabre, el travestismo de Copi y Ocaña, la cursilería de Xavier Dolan... Al igual que artistas como Andy Warhol, María Cañas o Pilar Albarracín, me interesa mucho la recuperación y resignificación de símbolos inmersos en nuestro imaginario popular, y si la lata de sopa Campbell puede ser una obra de arte y el traje de luces un símbolo feminista, la poesía de Bécquer puede ser motivo de risa por su ridiculez, y las canciones veraniegas, poemas de amor. Todo esto tiene cabida en lo que soy y en la búsqueda de mi identidad artística.
Como decía al inicio de este artículo, hoy escribo para reivindicar mi derecho a existir desde el margen, como humano y como artista. Siendo esto tan difícil en nuestra realidad cotidiana, espero ser capaz de crear un espacio liberador al menos en la escena.
#AUTOTUNE se representará el sábado 29 de junio a las 20:30 en DT Espacio Escénico dentro del ciclo V.O.
Información y entradas:
Álvaro Prados
Creador sevillano. Licenciado por la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla (Interpretación Textual) y en Arts du Spectacle por la Université d’Artois (Arrás, Francia). Máster en Escritura creativa por la Universidad de Sevilla. Ha seguido ampliando su formación con maestros como David Montero, Pilar Albarracín, Cyril Viallon, Stéphanie Bainville, Jonathan Châtel, Alberto Cortés, Antonio Quiles o José Manuel Mora.
Participa como actor en montajes como Lentejas con chorizo y mucho ajo de Alfonso Zurro (2010), Je ne sais plus raconter d’Histoires del colectivo Cris de l’Aube (2014), Cyrano de Bergerac (2016-2017) y Notre-Dame de Paris (2017-2018) de la compañía BricAbrac Teatro y Merlín el encantador (2018-2019) de Farandulario Teatro.
Poco a poco, empieza a interesarse por las conexiones entre el teatro, la poesía y la performance y crea sus propias piezas siendo El camino brillante (2017-2018) y #AUTOTUNE (2019) las más recientes. Como autor, forma parte de la antología de literatura camp La devoción inflamada (2016) junto a escritores como Óscar Espirita o Juan Cobos Wilkins y publica el poemario De carne y plástico (2017), ambos con Editorial La Malvaloca. Participa en festivales como Acción x m2, Actos Poéticos, #TRIBE16 (UK), Arsène (FR).
Su obra, tanto escénica como literaria, destaca por una marcada estética que bebe de lo camp, lo kitsch, el folclore y la cultura pop. Trabaja temáticas como la identidad sexual, la expresión de género, la vanidad o el miedo a la senectud.
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