¿Quién no tiene una historia, ya sea oscura o alegre que, generación tras generación, vertebra los recuerdos de su familia? Historias de huidas, amores, desamores, violencia, zonas grises y claroscuros. Historias de nuestros antepasados que luchan contra su desaparición con el paso de los años. Historias que, en nuestro país, desgraciadamente, siempre acaban teñidas por el mayor acontecimiento en España de todo el siglo XX: la Guerra Civil. La dramática contienda marca un antes y un después, para bien o para mal, en el devenir de cualquier familia, condicionándola, en muchas ocasiones, de forma trágica.
Alaejos; pocos y lejos es una búsqueda. La búsqueda de un grupo joven de artistas, Producciones Kepler, en el pasado de sus familias, en sus venturas y desventuras, en sus historias y en sus vacíos insondables. Esta indagación queda reflejada en el propio espectáculo, cuya dramaturgia final recoge el propio proceso, con sus dificultades, sus frenazos en seco, los sinsabores de los puntos ciegos, la incomprensión, la censura y el olvido. Con una estructura en la que las historias de los cuatro intérpretes se entrecruzan a saltos, la autoficción se abraza con la creación colectiva dando como fruto un montaje cercano y dinámico, alegre, pero con momentos de gran crudeza. Como la vida misma.
En las interpretaciones, destacan las actrices, Itxaso Larrinaga y Leticia Ramos, con mucha verdad escénica, versatilidad y capacidad para emocionar en numerosos pasajes de la pieza. En general, el grupo funciona bien, como un equipo con mucha complicidad, juego, además de dar el foco a cada uno con sus historias familiares individuales. Captan la atención del espectador en todo momento de la obra y, si bien en determinados momentos la búsqueda de la comicidad por parte de algunos intérpretes resulta algo forzada, el resultado final es un buen trabajo coral, en una propuesta donde el juego de elenco es uno de sus pilares fundamentales.
El diseño de espacio escénico es resultón, con una atmósfera muy clara con unos pocos elementos que funcionan a la perfección como marco para la propuesta. La apuesta escenográfica es cálida y acogedora, cercana y agradable a la vista. A lo largo de la pieza, se va transformando para recrear los distintos espacios y situaciones narradas por el elenco, cambiando radicalmente el tono de las escenas gracias a un diseño de luces potente y expresivo. Lo trágico y lo cómico se funden en una propuesta estética sugerente y evocadora.
El teatro documento está en auge. Ha pasado de ser una rara avis en nuestra carteleras a quedarse por derecho como una forma expresiva teatral más, con la que contar historias y emocionar al espectador. Alaejos; pocos y lejos es un buen ejemplo de la buena salud del género, en muchas ocasiones en hibridación con el resto de formas teatrales. Es un montaje de corte amable y reflexión profunda. Es una mirada al pasado con reflejos del presente. Es un alegato contra el olvido. Porque una sociedad sin memoria, es una sociedad sin futuro.
ALAEJOS; POCOS Y LEJOS
ELENCO: David Alonso, Itxaso Larrinaga, Leticia Ramos, Juan Carlos de la Vega
PLÁSTICA: Berta Navas
AYTE. DE DIRECCIÓN Y OJO EXTERNO: Adriana Navarro
AUDIOVISUAL Y FOTO: Pato Andersen, Micaela Portillo, La Dalia Negra
ESPACIO SONORO: David Alonso
PRODUCCIÓN: Producciones Kepler
PROYECTO EN REDES: Marya Elena, @produccioneskepler
Collage Cartel: @maia.fid
COORDINACIÓN DEL PROYECTO: Itxaso Larrinaga
DIRECCIÓN ARTÍSTICA & DRAMATÚRGIA: Producciones Kepler
NAVE 73. MADRID
Visto el 10 de diciembre de 2022
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