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'Gross Indecency': Casi con la precisión del reloj atómico de estroncio


Gross indecency es el término legal que se usó por primera vez en el Parlamento Británico para criminalizar la penetración anal entre hombres. Partiendo del término, el autor Moisés Kaufman dramatizó los tres juicios en los que se vio envuelto Oscar Wilde basándose en documentos personales y legales relacionados con el caso.

El director Gabriel Olivares ya nos había presentado su visión y versión de Wilde en otras ocasiones (La importacia de llamarse Ernesto, Windermere Club). Resulta curiosa su versatilidad, cómo su carrera fluctúa entre el teatro más "comercial" (Burundanga, La madre que me parió) y el "culto" (Our Town y el propio Gross Indecency), por mencionar algunos de sus últimos trabajos. Junto a David DeGea ha adaptado este éxito del Off-Broadway que funciona casi con la precisión del reloj atómico de estroncio…

Precisión en la dirección de cada actor -son nueve en escena- y la única actriz. Aun con distintos estilos interpretativos, encarnando cada actor varios personajes, Olivares los apiña en la misma dirección, excepto a los que interpretan Javier Martín y Carmen Flores Sandoval, que mantienen el impostado “tono” victoriano (incluso en su vestuario).

En papeles principales o secundarios destacan todos los actores, ya personajes reales, ya coreutas del drama. Es tan rápida la acción, tan ágil el ritmo, tan ligero el cambio de escenografía y escenas, que no se da descanso al espectador, obligado a cambiar su punto de observación, pues aun presenciando una escena principal otros actores están reforzando su intensidad con afirmaciones, interpelaciones y actitudes observadoras. Al equipo le sobra talento para mantener el engranaje constante y perfecto que ha ideado el director.

No hay cuarta pared. Cuando no es el coro griego que cita y lee documentos, son los personajes los que comprometen al público que asiste realmente a los juicios, a parte de este público que se convierte en jurado o el propio Wilde que se dirige y reta con su mirada al espectador. Sin duda otro hallazgo para traer al presente unos hechos históricos y comprometernos convirtiéndonos en teleespectadores de un auténtico reality show.

Entre determinadas escenas se recurre a una impresionante catarsis mediante música contemporánea; canciones identificables con el imaginario gay que adquieren el significado reivindicativo que posee el texto: con el pretexto de condenar una práctica sexual, se condenó una forma de vivir, de pensar y actuar que Wilde proclamaba como estética y que amenazaba a la ética victoriana. Así se establece el paralelismo con la actual situación en la que el pensamiento machista y homófobo produce en ocasiones el acoso, agresión e incluso asesinato del sospechoso de mantener una gross indecency. Otro acierto conceptual que anima, ante tanto desmán, a tener esperanza en el futuro, ya sea "sobre el arco iris" o "yendo al Este"…

Gay significa alegre y así intentó vivir Oscar Wilde.

Escenografía, vestuario, atrezo, luces y sonido, proyecciones… acompañan y potencian, con guiños cabareteros, un texto, dirección e interpretaciones muy potentes y comprometidas.

Le auguro un largo recorrido a este montaje. Pocas veces el Teatro es "de profundidad" como en este caso.

GROSS INDECENCY

Autor: Moisés Kaufman

Dirección: Gabriel Olivares Adaptación: Gabriel Olivares y David DeGea

Intérpretes: Javier Martín, David DeGea, Eduard Alejandre, César Camino, Alex Cueva, Guillermo San Juan, David Garcia Palencia, Andrés Acevedo, Asier Iturriaga, Alejandro Pantany y Carmen Flores Sandoval Ayudante de dirección: Fran Iniesta Producción: Gaspar Soria Escenografía y vestuario: Felype de Lima Iluminación: Carlos Alzueta Espacio Sonoro: Ricardo Rey Asesora de movimiento escénico: Diana Bernedo Ayudantes de escenografía y vestuario: Sara Roma, Pelayo Fernández, Santiago Ferreira, Eduardo Fernández y Candela Ivañez Fotos y vídeo: Nacho Peña Redes sociales: Fran Calvo Distribución: Iñaki Díez

Producción: TeatroLab Madrid y El Reló

TEATRO FERNÁN GÓMEZ. MADRID

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