Aparece el profesor Díaz de Rada (en persona, existe, es real) y no rompe (fulmina) la cuarta pared para analizar -didáctico, irónico y tiernamente condescendiente- con contenida brillantez el único libro de autoayuda válido, Las cinco leyes de la estupidez de Carlo M. Cipolla.
El profesor –que siente a bordo del escenario con tanta naturalidad como sobre la tarima– no escatima esfuerzo para relatar, definir y acotar las infinitas variaciones que el ser humano es capaz de recorrer, de tumbos a bandazos, de la cautela a la estupidez.
Este profe es muy bueno y explica de tal manera que cada alumno (espectador) se da (nos damos) por aludidos (porque en esta función es publico un recurso narrativo más, una especie de atrezo con ínfulas) y nos habla a todos, todas y cada una porque este profe pone unos enormes ejemplos.
Ejemplos elaborados y distinguidos por la mirada especial de Daniela Fejerman para extirpar de la cotidianeidad -de sus costados, tripas y subsuelo- todas esas relaciones de poder, todas las vanidades y soberbias, que entierra y oculta, que cuajan en conductas que oscilan entre lo entrañable y lo (paradójicamente) patético. Es decir, la más flamante ESTUPIDEZ.
Implacables, perfectos y radiantes, Antonio Sansano y Silvia Nieva ofician en cinco pas de deux , esta ceremonia de hombres lastimeros y manipuladores , de mujeres sensatas y desconcertadas, se dan un respiro para convertirse en poli castiza e inglés Doña Croqueta antes de estallar en una pirotecnia de violencia soterrada, entre La guerra de los Rose y Crash, en la que culmina, entre el esperpento y la vida misma, esta modélica y brillante Gente estúpida, pura alta comedia, comedia de altura.
GENTE ESTÚPIDA
Autora y directora: Daniela Fejerman
Intérpretes: Silvia Nieva, Antonio Sansano y Ángel Díaz de Rada
Vestuario: Sigrid Blanco
Escenografía e Iluminación: Mario Pinilla
TEATROS LUCHANA. MADRID