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'La ramera de Babilonia': In excelsis deo


La ramera de Babilonia

“Bienvenidos a nuestro cabaret religioso, auto sacramental lascivo”. Transidas de fe e ilusión mística, Inés Kerzán, Ángela Peirat y Elisa Pelayo, con Ana Azorín haciendo las veces de maestra de ceremonias, reciben a los fieles y les obsequian con programas de mano que harán las veces de misales escritos por Ramón Paso, alto prefecto de la fe… algo va a pasar en este Santo Oficio Burlesco aunque antes, con toda la parroquia, Ana Azorín invocará, con gracia e ironía, a las simpares hermanas Mitford, unas formidables y disparatadas (y eso es decir mucho) hijas de la Gran Bretaña, el país que ha hecho de la excentricidad un arte, un estilo y una manera de ser.

Tras la merecida salva de palmas a las sisters, Ana Azorín aúlla un "¡Chicas! ¿Estamos?" (el equivalente al "Hey ho, let´s go!" de los Ramones) y, como una sola mujer, las Paso Azorín estallan en el escenario mientras suena el hímnico Girls Just Want to Have Fun y, ya contagiado el público, ya infectados , pasamos y vemos… una reunión de comadres que desde el sentido común y la inocencia desguazan mitos católicos y leyendas cristianas…

Las Kerzán, Peirat, Pelayo & Azorín propulsan los brillantes textos de Ramón Paso cuajados en humor y sensatez y, si en cuarteto son un reloj ultra engrasados, no lo son menos en pas de deux.

Así, mientras el texto escarba el cerebelo del espectador, las cuatro jinetas del apocalipsis -todo con minúscula, que está función no es trágica , no dramaticoide- se complacen en jugar partidas de dobles como el de Kerzán & Azorín encarnando a Lilith y a Eva rezongando, con razón y carcajada, como Campanilla y Kampanilla, sobre el zote (cuanto menos) de "el tonto del culo" (y no opinan, refieren) Adán. O ese magnífico diálogo digno de Groucha y Chica o, lo que es lo mismo, la Reina y la Inca, o, lo que es lo mismo, que endelician Ángela Peirat y Elisa Pelayo.

Guiñolescas, pantomímicas, las cuatro no se privan, ni privan al espectador -la Iglesia las calificaría de 4 (gravemente peligrosas) o de 3R (mayores con reparos) son de descararse y ofrecer su ingenuidad fresca (y, por otra parte, más saludablemente perversa) a lo largo y ancho de esta exigente función que hace que Inés Kerzán relate su “Jajaijiji” como choni de Chus, o Ana Azorín relate su peripecia como Chusa en la Tierra (en un guiño a un antepasado del autor que ya contó, antes, esta historia), o que Elisa Pelayo imbuya de dulzura y sentido común a cada personaje, a cada mirada, a cada gesto, y que Ángela Peirat (tremenda como mother de nonato) endelicie cada todo ella.

Y sí, ya que lo pregunta, estás cuatro actrices revientan el escenario de sexualidad, de sentido común, de agresividad, dejan las cosas claras, remueven el chocolate hasta que deja de espesar, desmontan tópicos, sonríen a bocajarro, deslumbran sin parar, desactivan las preguntas, disparan las respuestas y llenan de placer, de puro sincero y honrado placer, a todos y cada uno de los afortunados feligreses que se congregan a su alrededor.

In nomine Patris… Amen.

LA RAMERA DE BABILONIA

Autor y director: Ramón Paso

Intérpretes: Ana Azorín, Inés Kerzan, Ángela Peirat y Elisa Pelayo

Producción ejecutiva: Pasoazorín Teatro

Diseño de iluminación: Pilar Velasco

Diseño de escenografía: Ramón Paso

Vestuario: Sandra Pedraz Decker

Jefa de prensa: María Díaz

Fotografía: María Jordán

Diseño gráfico: Ana Azorín

TEATRO LARA. MADRID

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