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'Tan solo el fin del mundo' de Jean-Luc Lagarce



Tan solo el fin del mundo

Nada más empezar a leer las primeras líneas, el lector es consciente de que no se enfrenta a una obra convencional.

"Louis.- Más tarde, en un año

-me tocaría morir-…"

Tengo la suerte de tener en mis manos una obra profundamente extraña pero llena de una enigmática belleza. Lo primero que llama la atención es su estructura, en verso libre, y la utilización de ciertos recursos literarios; todo ello confiere tal ritmo y musicalidad al texto que su lectura asemeja un delicado lieder postimpresionista que te envuelve de principio a fin.

Intervienen cinco personajes: la madre (en cuya casa se desarrolla la obra), dos hijos: Louis (el mayor) y Antoine, una hija: Suzanne y Catherine (la mujer de Antoine).

Louis hace muchos años que no ve a su familia, siente que la muerte le acecha y debe anunciarles en persona lo irremediable. Ha llegado el momento de acabar con la nostalgia, hacer ese viaje, propiciar un encuentro que ansía pero que, a la vez, le aterroriza.

Llega el momento. Después de tan larga separación, los hijos apenas se reconocen. Los personajes tratan de descubrirse, olfatearse y compartir en un ambiente de alegría, nerviosismo, curiosidad, reproches y fantasmas del pasado y del presente.

Los diálogos realmente, más bien, monólogos intimistas en los que los personajes se desnudan en un intento de hacerse comprender y acercarse al otro, al mismo tiempo muestran sus obsesiones, se agarran y se devoran.

Las figuras reiterativas utilizadas por el autor, lejos de provocar cansancio, consiguen dotar de gran expresividad el intimismo de los diálogos de los personajes, nos aproximan a sus emociones, realzan el mensaje de sus palabras y logra tal belleza en la escritura que esta se eleva magistralmente independientemente del argumento.

Tan solo el fin del mundo es una obra que todo amante del teatro poético debe leer. Es realista y es un sueño. Es dura y es bella. Es original y es cotidiana. Es extraña y es la vida.

TAN SOLO EL FIN DEL MUNDO

Autor: Jean-Luc Lagarce

Traducción: Cristina Vinuesa Muñoz

Editorial Dos Bigotes

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