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Puertas que se cierran...



¿Qué se esconde tras la puerta?

Puertas que se cierran, puertas que se abren

Da gusto ver un teatro de más de 500 butacas lleno hasta la bandera, repleto de espectadores dispuestos a disfrutar una función; y es que esa era la estampa el 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, en el Teatro del Bosque de Móstoles. La ocasión no pedía menos: ¿Qué se esconde tras la puerta? recoge, bajo la batuta de Pablo Canosales, a buena parte de lo más florido de la dramaturgia nacional actual; no están todos los que son, pero sí son todos los que están, con nombres tales como María Velasco, Antonio Rojano, Juan Mairena, Carolina África, José Padilla, Ernesto Caballero, Juan Mayorga, Blanca Doménech, Alfonso Zurro, Juan Carlos Rubio, Itziar Pascual, Jorge Muriel, Pedro Lendínez, Ernesto Caballero, Laila Ripoll… Y así hasta contar 27. Porque son 27 autores para 27 puertas; 27 historias que cada uno de estos firmes valores de la creación teatral ha escrito partiendo de 27 fotografías de puertas de toda clase, realizadas por Laura B. Fernández, y que han servido como gatillo para la imaginación de éstos. Como ven, la idea es, cuanto menos, suculenta y valiente.

Una puerta es, en principio, un elemento cotidiano al que no prestamos atención; un elemento funcional y necesario, diríamos. Pero su potencial dramático es incontestable: multitud de historias y personajes se esconden tras ellas, con sus miedos y alegrías, sus secretos y sus anhelos más profundos, o incluso más básicos, esperando a ser descubiertos por el espectador, que pasa a ser casi un voyeur, un asistente inesperado ante la cascada de confesiones. Y con esa interesante premisa, Pablo Canosales, que dirige y coordina el trabajo dramatúrgico del montaje y también escribe una de las piezas de mayor comicidad de la obra, mueve las piezas del puzzle con verdadera maestría, articulando con mucho acierto las transiciones entre estos relatos, lo cual, sin lugar a dudas, no constituía una tarea de sencilla ejecución por la disparidad de escenas, pero sí representa un reto conseguido que, de lo contrario, habría supuesto un hándicap: viajes en el tiempo, dominatrix, amor y desamor, yanquis, la muerte y el contacto con el más allá, la realeza, la perversión, metateatro y otros tantos y tantos temas y elementos, unas veces desde la comedia y otras desde el drama, será lo que nos encontremos.


¿Qué se esconde tras la puerta?

Todo se desenvuelve, además, con un ritmo ágil muy beneficioso para el espectáculo: frenético en ocasiones, sostenido en otras, pero siempre constante y cuidado para captar la atención del espectador, como ya Canosales puso en práctica en La necesidad del náufrago con igual soltura; sin embargo, no todas las escenas están al mismo nivel dramatúrgico y existen desequilibrios entre unas piezas y otras, lo cual lastra en cierto modo el transcurso del conjunto de la obra; hablo, a fin de cuentas, de la manufactura propia de las escenas, su interés, resolución, estilo o fluidez. Es lógico, aun así, que esto ocurra, porque los autores tenían completa libertad para escribir sus escenas, tanto temática como de género o de cualquier clase, y además no hablamos solo de una voz homogeneizante, sino de veintisiete, con lo que ello implica. Por lo tanto, es necesario aceptar esta complejidad como parte de un experimento de tamaña envergadura como es ¿Qué se esconde tras la puerta?

El trabajo actoral del montaje corre a cargo de Javier Ballesteros, Ana del Arco, Helena Lanza, Carmen Mayordomo, Víctor Nacarino y Txabi Pérez; una tarea coral bien empastada y llevada a cabo con energía y frescura por parte de todos ellos, siendo imposible no destacar el buen hacer de Carmen Mayordomo, sin desmejorar en ningún caso el trabajo del resto, y encontrando, quizá, la nota más desafinada en Txabi Pérez. Cada uno de los intérpretes tiene ocasión de enfrentarse a momentos de gran calado y exigencia, realizando su labor con solvencia y navegando siempre a favor del torrente de personajes que inundan las escenas: 27 autores contemporáneos de gran proyección han puesto las palabras en sus cuerpos y sus bocas; y ellos, lejos de amilanarse, demuestran que la juventud no está reñida con el buen trabajo. ¡Bravo! Y es de destacar, además, su trabajo coreográfico, bien orquestado por Juando Martínez.


¿Qué se esconde tras la puerta?

Por otra parte, la escenografía, con una imponente pared dotada de varias puertas y un módulo multiusos, multiplica las posibilidades escénicas de los textos y ofrece recursos muy bien aprovechados en la puesta en escena; el juego, que siempre debe ser parte del teatro, se practica aquí con inteligencia. La iluminación, a cargo de Carlos Marcos, ejerce una belleza lírica sobre la escenografía, aportando una imagen visual muy atractiva; de esto último también es responsable el vestuario de Tania Tajadura –también responsable de la escenografía- que, valiéndose de tonos ocres, verdes, rojos y azules y con la ayudantía de Laura Costero, viste y combina la estética de los personajes en cada pieza con un gusto excelente, lo cual agradece el ojo del espectador.

La vida de ¿Qué se esconde tras la puerta?, que comenzó hace un año con un celebrado semi-montaje en el María Guerrero, se antoja, cuanto menos, larga. ¡Encuentren el momento de abrirla junto a SieTeatro Producciones!

¿QUÉ SE ESCONDE TRAS LA PUERTA?

Autores: Carolina África, Ernesto Caballero, Pablo Canosales, Alberto Conejero, José Luis de Blas Correa, Ignacio del Moral, Denise Despeyroux, Blanca Doménech, Ana Fernández Valbuena, Daniel García Altadill, Ignacio García May, Esteban Garrido, Antonio Hernández Centeno, Javier Hernando Herráez, Pedro Lendínez, Juan Mairena, Juan Mayorga, Josep Maria Miró, Jorge Muriel, José Padilla, Yolanda Pallín, Itziar Pascual, Laila Ripoll, Antonio Rojano, Juan Carlos Rubio. María Velasco y Alfonso Zurro

Dirección: Pablo Canosales

Intérpretes: Javier Ballesteros, Ana del Arco , Helena Lanza, Carmen Mayordomo, Víctor Nacarino y Txabi Pérez

Ayudante de dirección: Jorge Navarro de Lemus

Escenografía y vestuario: Tania Tajadura

Ayudante de vestuario: Laura Costero

Iluminación: Carlos Marcos

Espacio sonoro: Pepe Bornás

Coreografía: Juando Martínez

Audiovisual: Mario de la Torre

Fotografía: Laura B. Fernández

TEATRO EL BOSQUE. MÓSTOLES

27 de marzo de 2017

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