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'Fragmentos de Teatro I' de Samuel Beckett


Sinopsis

A y B, la línea recta, el espacio vacío. Dos sin techo discapacitados.

Un reloj que se para y borra sus agujas obligándolos a vivir en ese tiempo atemporal e infinito llamado presente. Donde se siente, se vive y se hace. Donde el teatro pasa a ser vida y la vida teatro.

"A", ciego, aparece como personaje anclado al pasado, a sus raíces, a lo que él conoce como correcto y lo acoge como forma de confort; sobrevive por la certeza de saber que hace lo que debe. Y por el otro lado, tenemos a "B", paralítica en silla de ruedas, ese personaje que vive del futuro, lleno de energía, de sueños, promesas, juegos, emociones, palabras… Y sobrevive pensando que la decadencia puede tomar otro color.

Los dos personajes viven juntos un apasionado viaje, lleno de esperanza pero de obstáculos y miedos también. Viven cada segundo, sienten cada segundo y, a través de su vaivén de emociones, nos cuentan con textos de Fragmentos de Teatro I de Samuel Beckett, el presente. Por otro lado, mediante una evocación al Quijote, se representan un conjunto de juegos, con una influencia del clown, a modo de acciones y textos simbólicos cargados de metáforas e interpretaciones. Con este juego, esta representación se asemeja más a una fábula que a un cuento de Disney. Donde la realidad siempre supera la ficción.

En ese fragmento de tiempo llamado presente, A y B luchan por sobrevivir, en un mundo donde parece que la única opción que les queda es luchar por no aceptar la muerte antes de que llegue. Un presente totalmente asumible en la época en la que vivimos.


Fragmentos de Teatro I

Adaptación y propuesta: línea de trabajo y ¿qué, cómo y por qué se cuenta?

Esta obra nace de la necesidad de contar y enfatizar el presente. De la mano de la obra Fragmentos de Teatro I de Samuel Becket, más allá del texto poético del autor, poder ensalzar la vida, ese presente que cuenta tanto sobre la propia existencia, los valores de supervivencia establecidos por un sistema hermético que deja fuera a todo aquel que no entra en sus reglas. Y es ahí, en la “decadencia”, donde nacen estos personajes y a través de las palabras que esconden sus motores y sus miedos, se crea un vínculo que nos narra una aventura de dos sin techo discapacitados a modo de simbolismo del presente actual.

La Compañía Recabarren vuelve con esta obra del gran Maestro del teatro del absurdo, Samuel Beckett, que he adaptado y revisitado.

Tras un año de arduo trabajo de documentación, adaptación y análisis de la obra de Beckett, llegué a la conclusión de la gran influencia del Siglo de Oro y la gran similitud con la obra Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, que tienen los dos personajes y el latido profundo de la obra. Tras este descubrimiento, me animé a hacer una adaptación de la obra partiendo de la base que Cervantes, siglos atrás, contaba lo mismo que Beckett y lo mismo que podemos contar hoy en día.

Al final del 2016 se representa la obra en petit comité para aproximarnos al público y sentir su percepción. En esta fase, el proyecto recibe dos buenas críticas y obtiene el premio a la "Mejor Directora de un clásico" de 2016 de la Revista Pop Up Teatro, dirigida por Oscar Arroyo.

Al terminar la fase, los Teatros Luchana se interesan y firman cuatro únicas funciones en Madrid. Supone el estreno oficial de esta obra, nunca representada en España como tal, y tres únicas funciones más en el mes de marzo dentro del ciclo Mujeres en escena, organizado por los Teatros Luchana.

Nuestra línea de trabajo se basa en un mestizaje de varias convenciones de teatro que nos ayudan a enfatizar ese presente único, irrepetible y real que se da cuando el actor o actriz se sube al escenario abriendo generosamente su corazón para entregarse "desnudo" al público y así conseguir con su trabajo una relación actor-espectador más cercana y humana, ya que ésta es la que nos ayuda en el desarrollo de la obra, de la puesta en escena y también del mismo actor y espectador.

Nuestra influencia más notoria es claramente el Teatro del Absurdo, dado que nuestra obra es de uno de los autores más reconocidos del mismo, Samuel Beckett.

Esta obra, donde la tragedia y la comedia chocan en una ilustración triste de la condición humana y la absurdidad de la existencia, se caracteriza por tramas que parecen no tener significado, diálogos poéticos en boca de gente de la calle, palabras o frases que se repiten y una falta de secuencia dramática clara, que intenta crear una atmósfera abstracta y onírica.

Con el humor y la mitificación intentamos ser exigentes con nuestra idea de hacer teatro y con la incoherencia, el disparate y lo ilógico, propio de este tipo de teatro, completamos la obra para así poder dar sentido a la acción dramática más profunda que palpita en ella. Sin olvidarnos que con esta obra pretendemos remarcar los fuertes rasgos existencialistas que contiene y poner en cuestión a la sociedad, al hombre, a la fuerza que tienen el sistema y el poder sobre el ser humano y su propio ser; lo único nuestro, puro y verdadero.

Para ello, utilizamos a nuestros dos protagonistas, A y B, como personajes como tal y a modo de símbolos cargados de metáforas sobre el sistema y la manera de sobrevivir en él. Y más profundamente, como símbolos del panorama político-social que estamos viviendo actualmente.


Fragmentos de Teatro I

A y B se muestran con una gran dificultad para expresarse y comunicarse entre ellos. A pesar de estos obstáculos y la desorganización que existe entre ellos para llegar a un punto en común, mostramos unos juegos y metáfora que les unen y sirven como reflexión sobre ese abuso del poder, donde el sistema, gobernado por ricos y poderosos, pisotea a los más débiles y a los que menos posibilidades tienen para sobrevivir ante tanto caos y confusión existencial. Todo esto en el marco del Metateatro (se hablará de esto más adelante, donde explica el porqué de la introducción de escenas y textos de Don Quijote).

Por eso lo interesante de este tipo de teatro y de nuestra obra es que no hay que dar la respuesta que se espera o la que creemos que esperamos, sino que se dejan al mismo actor y espectador la propia interpretación y el análisis de la obra.

De este modo, se busca conseguir que el espectador entre en ese momento mágico llamado presente y se deje llevar por esas emociones que palpitan en los corazones de los actores y que son entregadas humildemente para conseguir, a su vez, provocar un vaivén de emociones en el espectador.

Dado que lo último citado es una de las características más importantes del Teatro Pobre, apreciamos claramente en nuestra obra la influencia de esta convención de teatro.

Esto nos lleva a que nuestra línea de trabajo se base en el trabajo constante de los actores, ya que en cada representación se conforma una experiencia nueva y única tanto para el actor como para el espectador.

Tampoco utilizamos decorados, ni una voluminosa puesta en escena sino los mínimos recursos necesarios de iluminación y sonido (toda la música es original) para completar la acción dramática de la obra.

Esta convención de teatro nos permite que los actores exploren, experimenten y trabajen sobre su propio cuerpo, logrando mostrar sensaciones, imágenes y sonidos a través de expresiones faciales, movimientos corporales, posturas, ritmos…

Cabe destacar que prácticamente todo el vestuario y utilería se ha hecho y conseguido por cosecha propia para reutilizarla en la obra.

Los objetos y los accesorios, que juegan un papel muy importante en la acción dramática más profunda que late como eje conductor de la obra, representan metafóricamente la realidad de los mensajes que se pretenden contar mediante ellos. La obra presenta un mundo vacío y con objetos que terminan dominando a los personajes.

También es clara la influencia del Clown y de la Esgrima, ya que hacemos uso de ellos para intensificar esos momentos donde los personajes viven otra historia dentro de la propia historia que se está contando. Como ya se mencionó anteriormente, a modo de metáforas y simbología del momento político y social actual.


Fragmentos de Teatro I

Y aquí hablamos del Metateatro, conocido como el teatro dentro del teatro. Con esto se proponen nuevos caminos en busca de una mejor comprensión del hecho dramático y teatral, reflejando de algún modo que "el mundo es un escenario" y "la vida es sueño", dos de las ideas en las que se basa el Metateatro.

Mostramos el reflejo de un mundo que se muestra inalcanzable pero que a su vez tenemos tan cerca. Un camino de exploración del análisis teatral más allá del simple estudio de la pieza dramática representada dentro de la obra principal.

En esta adaptación recurrimos a Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, ya que nos parece una obra muy interesante y una fuente rica y afluente para estudiar las metodologías escénicas de un Siglo de Oro tan enriquecedor e innovador.

Así nuestros dos personajes viven su aventura, como las aventuras de Don Quijote de la Mancha. “A” adopta la forma de varios personajes o influencias de la obra y “B” a su vez es ese soñador y andante caballero Don Quijote de la Mancha que sólo busca un poco de justicia y aires nuevos a lo establecido como correcto.

Con el suplemento de esta convención encontramos la forma para expresar nuestras inquietudes, reflexiones, sentimientos y cuestiones mediante el arte del teatro.

De este modo, dejamos una libre y nueva interpretación de estos recursos dramáticos que se muestran sin intención de ocultarlos pero sin olvidar hilar fino para poder contar de la manera más honesta esta nueva adaptación de la obra.

Con nuestro mestizaje de convenciones teatrales diferentes, que utilizamos como recursos para contar la historia, intentamos reflejar ese panorama actual en el que vivimos y cómo el paso del tiempo no importa. Siempre se repite la misma historia, da igual los años o los siglos, siempre se repite otra vez.

Las leyes son impuestas por los mismos que intentan monitorizarnos en un sistema gobernado sólo por aquellos que no tienen escrúpulos de mostrar su cruda intención de querer abolir la dignidad humana. Donde para poder justificar la riqueza tienen que recurrir a esa falsa e impuesta mentira llamada pobreza. Donde los límites de cordura y locura desaparecen y sólo queda el juicio y la boca callada.

Y lo mismo una y otra vez… Tras y durante siglos.


Aintzane Garreta

Aintzane Garreta

Nacida en Pamplona, esta actriz, directora y dramaturga estudió Arte Dramático en el Estudio Recabarren de Madrid. Compaginó sus estudios con diversos trabajos, que duran hasta el día de hoy, como actriz, directora, dramaturga, técnica de luces y sonido, producción, taquilla, jefa de sala… Lo que sea mientras sea sobre un escenario o tras o delante de una cámara. Ha trabajado profesionalmente como actriz en teatro, cine y televisión y ha sido ayudante de dirección de su maestro, Eduardo Recabarren (El malestar que Insiste), Roberto Santiago (Decir que no, Las mocedades del Cid, Ámbito resistiré) y con Víctor Ríos (La casa de papel de los hermanos Nadie). Escribió junto a Recabarren la obra Batas blancas que codirigió con Elena Gracia y en la que ambas además actuaban. En la actualidad nos muestra esta adaptación de Fragmentos de Teatro I de Samuel Beckett, como carta de presentación como directora, adaptadora y actriz coprotagonista (en cartel en Teatros Luchana de Madrid).

Más información en su página web.

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