Se llaman Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez. Visten a "lo Tarantino". Salen al escenario desnudo por turnos y tandas llevando interiorizado un enorme texto - cuya brillantez apenas oculta sus cargas de profundidad - de Jesús Amate, quien les dirigirá con pulso, ritmo e inadvertida eficacia.
Se llaman Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez y se van a mover y deslizar con la elegancia de Busterkeatons por una encrucijada donde los reservoir dogs son perrillos desamparados, donde el habla se vuelve beckettiana a la caza y captura de un (sin) sentido, donde cada gesto, cada guiño, cada movimiento es una sacude y agita.
Se llaman Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez. Habitan el lugar, más allá de cunetas y descampados, donde no se puede mirar por temor a lo que te vas a encontrar. Como le ocurre a un tele conferenciante que envuelve el miedo en palabras de sonajero a la búsqueda de un abrazo, como le ocurre a tres vagabundos de sí mismos que – entre réplicas y habanos, entre juegos de palabras de manos – aprenden a aceptarse a tumba abierta con solidaridad de hermanos (Marx); como le ocurre a un inocente ama, a un ingenuo sumiso que se unen con conmovedora lealtad, como le ocurre a un atolondrado iluso que despoja de temores a una desconfiada reprimida.
Lo repito una vez más. Se llaman Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez. Y encarnan a gente - como usted, como yo, como cualquiera - que necesita gente, la gente que habita, por cierto, en No se puede mirar, el perfecto apólogo, el gran cuento moral de Jesús Amate.
NO SE PUEDE MIRAR
Texto y dirección: Jesús Amate
Intérpretes: Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Diego Lescano y Marika Pérez
TEATRO LARA. MADRID