Las dos obras de Antonio Morales incluidas en este libro son muy diferentes entre sí. Pertenecen a su ciclo sobre la emigración que inició con la magnífica La ciénaga, publicada también en esta editorial.
La milonga del destierro y los días azules
La milonga del destierro y los días azules es un texto realista, de estilo clásico, que nos retrata los últimos días de la vida de Antonio Machado. Su huida y exilio a Francia con su madre, su hermano José y la mujer. De forma paralela, la voz de Antonio en el pasado, reflexiona sobre la sociedad española de entonces. Un amargo contraste.
Morales consigue con unos diálogos cotidianos, con las preocupaciones y recuerdos que brotan en la situación extrema del exilio, hacernos vivir esa atmósfera de desesperanza y amargura de aquellos días de derrota. Un Antonio Machado agotado, enfermo, en su final vital, arropado por unos pocos en su naufragio. Una deriva del intelectual y de una España con pocas esperanzas de volver a tiempos pretéritos y no tan lejanos. Una deriva de tantos otros y que sigue pasando ahora.
Ese núcleo familiar que se protege ante su propia fragilidad, que oculta sus preocupaciones para apoyarse unos a otros, consigue empatizar más allá de lo que podrían representar como personas reales conocidas. Un detalle argumental: la madre cree, en su demencia, que vuelven a su tierra, a Sevilla; otras veces, más lúcida, intenta cuidar a su hijo cuando ella misma está débil y necesitada de más ayuda. Sin dramatismos pero de forma desnuda, consigue envolvernos, emocionarnos.
La obra es un gran testimonio de una parte de nuestra historia que ha marcado a muchas generaciones y que, simplemente, no se debe olvidar. Y lo hace a través de un ejemplo insigne en su momento más cercano a cualquier persona que se enfrenta a un presente y futuro incierto, negro, el momento de tener que dejar tu tierra. Aunque nos hable de Machado, nos cuenta la experiencia humana de cualquier emigrante.
El desamparo es el horizonte de la emigración. Os dejo algunas frases de la obra:
“No es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra”.
“El destierro es una milonga, hermano. Tiene el ritmo lento y sirve de base a la mayor de las mentiras: nos vamos pensando en volver”.
“Tengo la sensación de que jamás sentiremos que hemos llegado a ningún lugar”.
Epifanía de la marabunta
Epifanía de la marabunta es un texto en la misma línea que La ciénaga, aunque menor. Es una obra con grandes ideas pero que se desarrollan de forma breve al ser un texto de corta extensión.
La obra se abre con la imagen de una marabunta de personas a la entrada de unos grandes almacenes frente a la miseria que subsiste en los edificios abandonados o en ruinas, en tierra de nadie. Primera escena: Obso le trae a Leto como regalo de Reyes un niño, la Criatura, que ha encontrado tirada entre desperdicios. Antonio Morales nos deja claro desde el principio cómo va a desarrollarse la representación.
Los personajes son simbólicos, descarnados, nos retratan una sociedad inhóspita, desintegrada, sin valores morales. Sus diálogos, de extraña e hipnótica cadencia, son desgarradores, a veces brutales.
Es una obra que nos habla de la explotación de los inmigrantes y, en esta ocasión, del eslabón más débil, de los niños. Nos enfrenta en clave metafórica, pero sin atisbos de belleza formal (a diferencia de La ciénaga), a una cruda realidad que está a las puertas de nuestra sociedad de bienestar.
Antonio Morales ha sido un descubrimiento para el que escribe estas líneas y hay que seguirle la pista en sus textos y en las representaciones de su obra.
LA MILONGA DEL DESTIERRO Y LOS DÍAS AZULES
EPIFANÍA DE LA MARABUNTA
Autor: Antonio Miguel Morales
Editorial: Ediciones Irreverrentes