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'Tóxicos' de Alejandro Butrón Ibáñez


Tóxicos

El autor nos ofrece unas historias muy originales e ingeniosas. Butrón, mediante unos diálogos ágiles, consigue dibujar magníficamente la psicología de sus personajes. A pesar de lo disparatadas de algunas escenas, logra que nos las creamos de principio a fin, incluso veremos reflejadas a personas conocidas o nos sentiremos identificados nosotros mismos.

Son cinco historias independientes que siguen una evolución cronológica y reaparece alguno de nuestros protagonistas, con algunos años más y nuevas experiencias.

En la primera historia vemos a un par de amigos adolescentes: Alberto y Martín. Están en casa entretenidos con un videojuego. Alberto no está atento a la partida porque parece preocupado por otro compañero y Martín se está hartando ya del tema. Todo discurre de forma natural hasta una inesperada escena final.

La segunda es una historia centrada en el sexo, la posesión y la inseguridad. Sus protagonistas son Alberto y Beatriz. Es una escena bastante subida de tono que poco a poco deriva hacia una situación insostenible. Es como una de tantas desagradables discusiones de pareja que resultan cercanas y absurdas a la vez y que pueden acabar con un beso… o no.

La tercera tiene como protagonistas a Beatriz y Martín. Una pareja elegante, enamorada, feliz. Hasta que David dice la “terrible” frase que lo cambia todo. Se descubre la verdad. Después de esto… ¿hay alguna posibilidad de volver al pasado?

En la cuarta historia, Julia se le insinúa a David en un cuarto de baño de un aparcamiento público. Julia utiliza todas sus armas pero David no reacciona como ella espera. La historia, de nuevo, da un giro sorprendente e, incluso, podríamos decir que divertido.

La quinta y última historia trata del matrimonio de Julia y Martín. Es una triste historia, no exenta de belleza y esperanza. En una acotación, Butrón demuestra su delicada expresividad y capacidad de síntesis con dos pinceladas: “Ambos han pasado de sobra los 40 años y en sus caras se muestra el hastío tan inmenso que sienten por sus vidas”. Aquí aparecen dos nuevos personajes: Lady Azúcar y el Príncipe de la Satisfacción para dar un toque a la vez dulce y amargo a nuestra pareja.

Butrón utiliza siempre un léxico muy apropiado para cada escena y acorde con las características de sus personajes. Así destacan las expresiones vulgares y desenvueltas de los adolescentes, el vocabulario carnal de la segunda historia, etc.

A primera vista, esta obra parece estar escrita a vuelapluma por su sencillez aparente y su fácil y entretenida lectura pero no cabe duda que todo está muy meditado y muy bien trabajado para que te atrape así. El texto es interesante, original y entretenido. Su lectura es muy amena, prácticamente no puedes soltarlo hasta que lo terminas.

He de decir que la obra sí que es un poco “tóxica” y adictiva pero no letal. He disfrutado leyéndola así que os animo a hacer lo mismo.

TÓXICOS

Autor: Alejandro Butrón Ibáñez

Editorial: Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones

Ganadora del XXI Certamen de Letras Hispánicas Universidad de Sevilla en la modalidad de Teatro (2015)

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