La marginación no es sólo económica. El mundo de las protagonistas a escena
Soy de esas personas que suelen acudir al teatro con una pequeña idea de aquello que va a ver, bien porque trato de averiguar si lo ha dirigido determinada directora o director, o si es de aquel dramaturgo/a o si lo protagonizan un grupo de jóvenes a los que la interpretación es algo que les viene desde que se nace… Son muchos los factores que me impulsan a ver determinada obra. Por suerte, en Madrid ya conocemos el amplio abanico que se nos propone y resulta complicado poder acudir a todo.
En esta ocasión fue algo distinto, debido a que el pasado viernes, por mera casualidad, acudí al estreno de Fuenteovejuna de Pepa Gamboa en el Teatro Español sin ninguna información previa, ni tuits de referencias ni críticas leídas. La sensación al cruzar la entrada, con un patio de butacas lleno, hacía presagiar que aquello que iba a ver no sería una obra "casposa" y clásica aburrida de esas que se hacían hace años y que le gustaban tanto al "señorito" que escribió un artículo de opinión el pasado domingo en El País (perdonen la intromisión, pero me debía gritarlo a los cuatro vientos y no le daré la oportunidad de volver a escribir su nombre, que con lo del TT tuvimos bastante). Y creo que lo de Fuenteovejuna me ha calado hondo.
Por suerte, hoy en día, las obras clásicas llevadas al estilo más contemporáneo atraen la atención de cientos de jóvenes a los que nos gusta no sólo acudir a una sala de cine sino también lo de cobijarnos en las antiguas y, a veces, incómodas sillas de los patios de butacas o de aquellas plegables existentes en las salas alternativas, en las que también hay mucho teatro que ver y del que aprender.
El caso es que, volviendo a lo que comentaba en los primeros párrafos, por lo que se escuchaba en los pasillos, parecía que sus protagonistas llamarían mucho mi atención. Y así fue, justo al inicio de la misma pude reconocer que se trataba de aquellas mujeres sin alfabetizar del poblado El Vacie, en Sevilla, que conquistaron, llenaron y sucumbieron al sector de la escena con una arriesgada versión de La casa de Bernarda Alba que fue fruto de la I Muestra Internacional de Investigación en el TNT.
Entre el público, su comienzo levantaba diferentes sensaciones, donde se podían escuchar pequeños murmullos, carcajadas y hubo algún que otro abandono en la sala. Pero a medida que pasaron los minutos era latente como las 8 Mujeres que se suben a escena son capaces de mostrar, de una manera distinta, arriesgada y abierta, un Fuenteovejuna del Siglo de Oro Español trasladado a la escena más contemporánea y real. Una visión en la que se destaca la fuerza de la mujer, la de un pueblo capaz de hacer sentir que juntas pueden hacer que desaparezca cualquier ápice que tenga que ver con la injusticia de poder.
Con una gran puesta en escena, que desde el primer pie de luces traslada al espectador a una localización concreta, como si de un mercadillo se tratase, y cuando en las propias palabras de las protagonistas se desglosa su lenguaje, llevando al público a una mañana de domingo como si de pleno rastro se tratase.
La fuerza reivindicativa se encuentra presente durante toda la obra; primero por la entereza y seguridad que desprenden cada una de ellas (sin menospreciar a él), y escribo reivindicación porque es el clic definitivo que nos puede llevar a entender que, como público, el teatro es eso, un medio de expresión en el cual, partiendo de los textos más antiguos o de las más nuevas dramaturgias, los temas que acontecen pertecenen al panorama social de la actualidad.
Esta obra es un claro ejemplo, desde el comienzo hasta el final; con los cantes y el propio lenguaje caló nos hace ver que otra forma de hacer, ver y representar teatro es posible. La dramaturgia, cuidada con mimo por parte de Antonio Álamo, la dirección de luces, la puesta en escena y una dirección que, bajo mi apreciación, nos conducen a evitar los tópicos, haciéndonos reflexionar sobre que una mujer por el hecho de ser de etnia Gitana no debe ser encasillada en un determinado papel. Ellas, a través de su fuerza y entrega hacen que se refleje ese choque, esa ruptura de barreras a lo que supuestamente tendría que ser y no a aquello que existe más allá de…
En palabras de la propia directora “Se trata, en suma, de enfrentar la realidad de estas mujeres con la situación descrita en el texto. De ahí que en este montaje nos centremos en sus relaciones y en sus respuestas y padecimientos ante el poder, y dejemos de lado las luchas entre poderosos que aparecen en el texto”.
Definitivamente los protagonistas, Rocío Montero Maya, Lole Del Campo Díaz, Carina Ramírez Montero, Sandra Ramírez Montero, Ana Jiménez / Pilar Ramírez, Rocío Rivas Flores, Beatriz Ortega Chamorro y David Montero, bajo la dirección de Gamboa, transmiten un claro afán de rebeldía, de lucha, de conseguir aquello que antes sería imposible por el mero hecho de ser mujer, porque juntas son capaces de acabar con todo aquello que hace daño y que como mujer indigna y produce repulsión…
Porque en ésta versión de Fuenteovejuna TodAs van a una…
FUENTEOVEJUNA
Autor: Lope de Vega
Dramaturgia: Antonio Álamo
Dirección: Pepa Gamboa
Intérpretes: Rocío Montero Maya, Lole Del Campo Díaz, Carina Ramírez Montero, Sandra Ramírez Montero, Ana Jiménez / Pilar Ramírez, Rocío Rivas Flores, Beatriz Ortega Chamorro y David Montero
Voz en off: Iñaki Gabilondo Colaboración especial: Pedro G. Romero
Ayudante de dirección: Joaquín Galán Asesoramiento artístico: Pedro G. Romero Diseño de espacio escénico: Antonio Marín Vestuario: Maite Álvarez Iluminación y coordinación técnica: Alejandro Conesa Sonido: Emilio Morales Regiduría: Joaquín Galán Fotografías: Félix Vázquez
Producción: TNT - Atalaya
TEATRO ESPAÑOL. MADRID
Arancha Sesmero en
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