Tras este sugerente título (que no por ello, o precisamente por ello, menos provocador de una sensación de rechazo), se reúnen tres obras, tres, de José Moreno Arenas ya editadas e incluso llevadas al escenario con anterioridad; aquí se publican de nuevo, pero por primera vez en un volumen bilingüe inglés-castellano.
Las tres piezas, breves, de un solo acto, algo muy característico de Moreno Arenas, ya vieron juntas la luz en 2004 en otra edición bilingüe (hispano-lusa, esta vez), Trilogía indigesta, de idéntico nombre recopilador, pero distinto calificativo, que, como el primero, anuncia toda una declaración de intenciones teatrales de su autor: irritar los jugos reflexivos del lector-espectador que se acerca a sus obras.
Y es que grosería e indigestión puras resulta ser la falta de empatía hacia el congénere de esta mal llamada sociedad, llena de cínicos egoísmos, y la única forma de representarlo conceptual y teatralmente es mediante el reflejo escénico de su impudicia, servido inteligentemente aquí a través del licor del humor, el mejor de los digestivos, aun cuando deje un regusto amargo al final.
La primera de las piezas, El atraco, se desarrolla en una joyería, donde el dueño y una clienta mantienen un delirante diálogo con el ladrón que aparece en la tienda y exige el material precioso y preciado, sin pago previo, claro. La obra constituye una actualización del mejor teatro del absurdo, que aprovecha la coetánea situación de los continuos robos a joyerías para recordarnos que el verdadero latrocinio lo cometen las instancias gubernativas, que dificultan la labor del ciudadano que busca ganarse el pan.
El aparcamiento ocupa el segundo lugar de la obras de la trilogía y, aun resultando, de las tres, la más políticamente incorrecta, es también la más lograda. Se trata de una acertadísima alegoría del mundo como teatro, un universo donde, a lo largo de su historia, “han aparcado” aquellos que, reclamando sus derechos como personas, acaban pisoteando los de los demás. Memorable resulta la escena donde los actores-espectadores comentan lúcidamente lo que observan en ese escenario del mundo.
Y del teatro a La playa, tercera y última obra, monólogo de un bañista en el litoral cerca del estrecho de Gibraltar. Este clásico entorno de pateras de inmigrantes sirve de auditorio a un personaje que afirma no ser racista, con la añadidura, claro está, del nexo adversativo más característico en sus argumentaciones. El final de la pieza es impactante y constituye la mejor forma de echar por tierra (o por mar, de existir la expresión) la diatriba del bañista.
Llegamos así al final de esta Trilogía grosera (con perdón), una magnífica puesta en escena de la conciencia dramática que resalta lo más obsceno del hombre: su inhumanidad.
TRILOGÍA GROSERA (CON PERDÓN)
Autor: José Moreno Arenas
Editorial: Ediciones de Gestos