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  • Foto del escritorNacho León

'Clamor de Clitmnestra. Fin del matriarcado': La rebelión de las olvidadas


Clamor de Clitemnestra

Una mujer condenada al ostracismo por realizar la misma acción que otros hombres que, sin embargo, reciben honores y admiración por ello. ¿Nos suena? Tan antiguo como la propia existencia humana, desde la antigua Grecia a la realidad actual de las mujeres trabajadoras. Este quizás sea uno de los casos más sangrantes. Agamenón, comandante en jefe de los aqueos, sacrifica a Ifigenia, su hija, para que los vientos le sean favorables en su camino hacia Troya. Como venganza, a su vuelta, Clitemnestra lo asesina para vengar la muerte de su hija común. A su vez, Clitemnestra acaba siendo asesinada por su hijo Orestes en complicidad con su hermana Electra, vengando así la muerte de Agamenón, su padre. Tres asesinatos, con sus tres asesinos correspondientes. Agamenón es considerado como uno de los más distinguidos héroes de la mitología griega; Orestes acaba siendo perdonado por la mismísima Atenea; Clitemnestra, es condenada por la humanidad como asesina despiadada y perra vengadora. Sobran las palabras.

En Clamor de Clitemnestra, Luis Quinteros, autor y director de la propuesta, da la posibilidad a este personaje de defenderse, por primera vez, de rebelarse, hablar con voz propia, y denunciar a todos esos hombres que la han condenado durante miles de años. Nos lo relata desde su castillo de cartón, su palacio suburbano en el que mendiga, sobrevive a base de reciclar cartones, y donde convive con otras mujeres que sufrieron una suerte parecida, que malviven allí, apartadas del mundo. De estas mujeres no escuchamos la voz, solo sus historias por boca de nuestra protagonista.

La propuesta escénica, muy cuidada en todos sus aspectos, va de menos a más, con un código y un ritmo al que cuesta engancharse, con un texto algo embarullado al comienzo, pero que se va clarificando, haciéndose más directo, contundente y cautivador conforme avanza la historia, hasta un final en el que quedamos absortos y sobrecogidos. Es Clamor de Clitemnestra una crítica social, una reflexión sobre la desigualdad en el trato y el juicio sobre la mujer, sobre la sociedad actual y sus deshechos humanos, sobre la maternidad y su proceso. Sobre la vida, y sobre la irrelevancia. Es pues, un texto polisémico, y poliédrico, hábilmente llevado a escena por una inteligente dirección, y una gran interpretación. Natalia Moya, a la que también podemos ver haciendo un buen trabajo en De profesión maternal, con su energía, a veces contenida, a veces desbordante, realiza una completísima actuación, guiándonos por las vicisitudes que nos relata Clitemnestra, atrayéndonos hacia ella, sintiéndonos interpelados, y rechazándonos después. Un juego de vaivén, un péndulo ficcional en el que quedamos atrapados.

Sin duda destaca en el espectáculo una gran potencia visual, sorprendiendo a cada momento el uso y reutilización de los pocos elementos escenográficos. Nada entra ni sale de la escena; todo se transforma. Unas cajas de cartón pueden servir como muro, catalejo, pasarela, máquina de gimnasio, y como elemento dramático en general, como medio del que se sirve el personaje para expresar sus emociones y sentimientos, así como para enmarcar la acción en un espacio singular, de transición, marginal, conectando atemporalmente el Hades mitológico con un rincón desfavorecido cualquiera de un suburbio contemporáneo. El potencial estético de un plástico ondeando, de un montón de periódicos, del agua cayendo a un balde, y esparciéndose por todas partes ante los ataques de ira del personaje, nos sorprende y sobrecoge, captando nuestra atención de nuevo si en algún momento la habíamos perdido. Pero sin embargo, todos estos recursos no están utilizados a la ligera, no están por el simple hecho de “hacer bonito”, sino que son un medio de expresión, un elemento comunicativo más de la historia.

En conclusión, un montaje con mucho trabajo detrás, con un gran potencial plástico y espectacular, que en cuanto esté algo más rodado, cogerá el punto justo al que ya se acerca para terminar de conformar una función redonda y completa, donde la fusión entre fondo y forma, entre palabra e imagen, se nos presenta en todo su esplendor.

CLAMOR DE CLITEMNESTRA. FIN DEL MATRIARCADO

Autor y director: Luis Quinteros

Intérprete: Natalia Moya

TEATRO DEL ARTE. MADRID

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