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'Si en el árbol un burka' de María Velasco


Si en el árbol un burka

Cuando terminas la lectura de Si en el árbol un burka sientes que ha pasado un huracán por tu vida. Una obra apasionante, una patada contra lo más podrido del hombre. Quien se acerque por primera vez al teatro de María Velasco debe saber que es una autora nada convencional, con una dramaturgia compleja, llena de voces de mujer. Para algunos es irreverente, diría yo que por lo menos transgresora, sin pelos en la lengua. Una denuncia cargada de cinismo, desgarradora. Leer su teatro o verlo en una representación no deja indiferente, se ama o se detesta. Yo lo amo. Dejaos llevar por su torbellino, por las ácidas emociones que destila, por su lenguaje.

Y con esta declaración de principios, me zambullo en Si en el árbol un burka, esperando que si María lee esta crítica, no sonría demasiado… prudencia en interpretar lo que pasa por su cabeza al escribir, todo abierto, y así pretendo hacerlo en estas líneas.

El título y el planteamiento de la obra sugiere ya desde el principio que nos enfrentamos a un texto original y anticonvencional, aunque esté basado en ¡hechos reales!

Hay dos personajes: Pony, una orangutana que fue rescatada de un burdel de Borneo, donde sufría abusos de los trabajadores de las madereras y las plantaciones de palma, y rehabilitada por una veterinaria vasca en el 2003. La modelo Gisele Bundchen, que en 2015 fue descubierta bajo un burka en el que se ocultaba para someterse clandestinamente a una operación estética en París.

María Velasco se refiere a la obra como un talk show o espectáculo hablado, donde los dos personajes permanecen en escena la mayor parte del tiempo, en sus propios ambientes (precario y lujoso, respectivamente), hasta que al final de la obra confluyen en el mismo espacio.

En algunos momentos de la obra interviene "la mujer del burka", alter ego de Gisele.

Los monólogos de los dos personajes son un diálogo entrecruzado. Esta estructura permite mucho juego en las intenciones de la autora: permite comparar la vida de las dos mujeres, resaltar paradojas, reforzar la ironía o el sarcasmo de algunas situaciones, llevar un discurso simultáneo y entrecortado con diferentes resultados. Hay un gran trabajo en el texto.

Si en el árbol un burka denuncia la condición de mujer explotada con el fin de dar satisfacción y cumplir los estándares del hombre, en sus múltiples y retorcidos aspectos. Nos habla de las mujeres que mueren por anorexia, por maltrato de la pareja. Nos habla de la explotación sexual, de las mujeres que intentan sobrevivir en esta sociedad/selva machista, de la autodestrucción de la mujer como persona…

La ironía/sarcasmo es un elemento fundamental en su teatro. Hay muchas frases llenas de carga explosiva. La ironía también brota por la forma de escribir/decir las frases. No me resisto a seleccionar algunos fragmentos. Ante una crisis de ansiedad: "Respiro dentro de las bolsas del shopping, de Dolce&Gabbanna, Armani y Cox". Cuando reflexiona sobre las complicaciones que nos suponen la diferencia de género: "Te imagino, Dios padre, todo poderoso, como a un sexador de pollos. Los andróginos pasan por la cinta, y tú dices: hombre, mujer, varón, hembra…". O sobre la aparente frivolidad de las decisiones: "Me compraré un burka en Amazon para guardarme de las miradas durante el turismo estético: el primer viaje que hago sin acompañamiento en mucho tiempo".

La utilización del personaje de la orangutana puede ser una metáfora de la mujer explotada sexualmente a los ojos del hombre. Las protestas de Pony son las protestas por la dignidad de los animales y de las mujeres. El personaje de la modelo Gisele nos lanza a la cara la superficialidad de la sociedad actual, de la mente de algunas jóvenes que son capaces de perder la dignidad, ser un elemento decorativo/artificial/animal por conseguir el éxito en el mundo masculino castrante. "La belleza posee efecto cocaína: vas puesta de feminidad. Al fin y al cabo, un disfraz". También hace un apunte al miedo por perder la belleza con la edad: "He sufrido una rápida metamorfosis. Estaba tan acostumbrada a ser una sirena, que me había olvidado que me reproduciría y envejecería como una mujer".

El sexo es un tema fundamental en su dramaturgia y aquí es donde nos habla de la explotación sexual en sus diferentes formas. Ocupa un lugar muy importante. Las referencias sexuales son directas, desnudas, descarnadas. La brutalidad sexual, el abuso sexual se debe exponer sin mojigatería.

Sus obras no son optimistas, el mundo actual no lo permite y todo son falsas ilusiones: "Qué lastimoso deseo: ¡ser feliz! Eso es algo indefinible", "No veo mucha diferencia entre prostitución y el trabajo asalariado". Aquí la libertad de Pony no supone una feliz liberación, supone enfrentarse a una nueva selva. Cuando Gisele está harta de su vida y también quiere un cambio nos dice: "Sobre todo, quería una cosa: ser nadie, no ser reconocida, no ser perseguida. ¡No soporto la rutina de ser yo!".

La escritura de María Velasco, sin concesiones, propia, para ella misma y, después, para los demás, nos deja a veces con frases de difícil interpretación; es un lenguaje de dentro, no sólo de la razón sino de las entrañas.

Es una obra de gran fuerza, veraz. Una patada, un puñetazo a lo que no funciona en nuestra sociedad, en nosotros. Una voz que debe seguir escribiendo y se debe seguir interpretando.

SI EN EL ÁRBOL UN BURKA

Autora: María Velasco

Editorial: Ediciones Invasoras

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