"La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón" (Magdalena Martínez).
El silencio de una imagen se rompe con las palabras de una viola triste porque la han despedido. Pero no es la única, el contrabajo ha sufrido el mismo destino, aunque él protesta con su voz grave. Una reivindicación interrumpida por el llanto agudo de un pequeño violín perdido y frágil, al que también han "invitado" a no tocar.
El mutismo de las palabras se rompe con notas que te hacen emigrar a un banco de una calle en un lugar cualquiera, pero que "curiosamente" todos reconocemos. Y entonces suena la magia en el escenario, con una suavidad que solo la música puede engendrar. Un aullido afónico de tres inconformistas a las que han obligado a enmudecer…
Pero no se puede vivir sin armonía. Debemos sisear al destino. Y sus dedos se colocan en las cuerdas apretándolas, con la misma fuerza con la que agarran esta polifonía injusta para reivindicar, que la más bella de las melodías es ser fiel a uno mismo.
Así comienza el viaje de las FUNAMVIOLISTAS.
Una hermosa partitura en la que tres mujeres nos presentan, por un lado, los delicados sonidos de volver a reencontrarse con uno mismo, el placer de disfrutar un instante para escucharse, y por otro, el bullicio de afinarse entre ellas para crear su esencia y la letra de un futuro juntas.
Imágenes extremadamente bellas en un espectáculo pensado y mimado al detalle, que consiguió mantenerme una sonrisa constante entre carcajadas. Tres personajes con una personalidad arrolladora, sin miedo de mostrarla a la hora de resolver los conflictos que van apareciendo. Desde mi butaca no podía evitar ver a tres hermanas, verme con mis hermanos y hermanas discutiendo en el sofá de casa, sobre qué canal de televisión poner.
Es fascinante cuando los artistas en un escenario hacen fácil lo difícil y ellas hacen algo increíble, ellas transforman al contrabajo en la pareja perfecta para bailar un tango, a la viola en el lápiz y el papel con el que escribes una carta de amor a tu enamorado…
Vayan señoras y señores, vayan a ver este espectáculo con Sarai Pintado, Lila Horowitz y Mayte Olmedilla. Vayan a disfrutar de Las Funamviolistas.
Ellas
Tres jóvenes y talentosas artistas, eso es lo que me encontré sobre el escenario.
Pero, al hablar con ellas mientras nos tomábamos algo después de la función, confirmé mis sospechas… son tres mujeres brillantes.
Fue enriquecedor hablar con ellas sobre la gestación y gestión de este espectáculo tan especial.
Resulta irónico ver como una mala experiencia puede transformarse en algo tan hermoso.
De las tres, Mayte es la que más habla mientras mueve, sin parar, unas enormes pestañas postizas (parte del vestuario). Al escucharla tuve la sensación de reconocer su voz, como si hubiera estado diciendo texto con su viola. Me confiesa que al principio, no estaban seguras de contar que las habían despedido: "Eso es algo que no se cuenta… ¿no?". Supongo que el bombardeo de lo bien que nos va a todos en las redes sociales influye a la hora de ser honestos con nuestra propia realidad, pero ellas han sabido reírse de su pasado, se han reconstruido y transformado para ser más auténticas que nunca.
Al cabo de unos minutos ya hemos comenzamos un debate en el cual lanzamos ideas y nuestras posibles soluciones para fomentar que ir al teatro no sea un acontecimiento especial sino algo habitual. Y es la misma Mayte la que me dice que se siente afortunada por trabajar es este espectáculo, explicando que no entiende cómo la mayoría de actores y actrices de su promoción de la RESAD trabajan en otra cosa, incapaz de comprender cómo este país gasta dinero en formar a gente para después lanzarla a la calle sin más… y me doy cuenta de que es muy curiosa la coincidencia de esta conversación con parte del mensaje que lanzan con su montaje: "Aunque fuera esté difícil, hay que reinventarse y no dejar de creer en uno mismo".
Estoy especialmente contenta de haber visto este espectáculo y darme cuenta del poder que tienen estas tres mujeres, creadoras, productoras, actrices, músicos… INCREÍBLES.
Mi enhorabuena al equipo de escenografía, iluminación, sonido y en particular a las vestuaristas por hacer este espectáculo más bello. También felicito a Rafael Ruiz por el acierto en la dirección.
SARAI PINTADO, LILA HOROWITZ y MAYTE OLMEDILLA, gracias por hacerme volar. Ha sido un auténtico placer disfrutar de este montaje.
THE FUNAMBULISTAS
Dirección: Rafael Ruiz Intérpretes: Ana Hernández / Sarai Pintado (violín), Mayte Olmedilla (viola) y Lila Horovitz (contrabajo) Vestuario: Maite Agorreta y Natalia Alonso Escenografía: Marcos Carazo Acero Iluminación: Nuria Henríquez y Miguel Ruz Velasco Técnicos de iluminación: Nuria Henríquez y Gregorio Morales Diseño de sonido: Sergio Casanova y Enrique González Técnicos de sonido: Sergio Casanova y Felipe Lara Música: Esther Acevedo
TEATROS LUCHANA. MADRID