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'Capullos que vuelan': Volando voy


Capullos que vuelan

Ahora que hemos abandonado el edén, desayunamos evocando. Acompañados de un café y un cúmulo de sueños que no pasaron, o que están todavía por pasar, que es lo mismo que pero con sol tibio en las tostadas, vamos corriendo a un trabajo de mierda donde se nos espera presos y preferentemente peinados. Ahora que, hay que reconocerlo, es fehaciente el otoño y la suerte, herméticamente cerrada, no tiene puerta ni horario ni fecha en el calendario, volvemos tarde a casa y preferiblemente borrachos. Ahora que casi todos los de ahora estamos igual de perdidos que los de antes pero en Alemania o detrás de un escritorio del INEM, nuestrosr máster y nuestros tres idiomas y nuestra poesía de poetas, no sirven para que algo irrepetible suceda y nos suceda. Porque de nada le vale nuestra mirada al tacto.

Pues de todo esto, pero mejor, habla Capullos que vuelan, todos los sábados en la Sala Azarte, sobrellevando con donaire las promesas y la euforia imprescindibles para sobrevivir a estos tiempos de temperatura variable. Lluís Mosquera, también director del montaje, construye un texto brillante y aparentemente inocuo, que obliga sin embargo a pararse por la calle y desear, tan terca es la esperanza, quedarse a vivir en el piso que comparten sus cuatro protagonistas, que como nosotros, ya tienen carga suficiente con ser libres. Tal es la fuerza de sus monólogos, articulados en partes bien diferenciadas, donde cada uno de los personajes toma la batuta, retomando la cordura y el remate. Con una narrativa ética y estética de sitcom, una banda sonora que debería ser lista de reproducción en Spotify y distintas proyecciones dando juego y forma al fondo, nos quedamos ahí, destinando el corazón para el uso y la lengua para la risa. Especial mención merecen ambas actrices, cuya naturalidad cae de golpe en mitad de la prisa que llevamos.

Hasta los descreídos pasarán un buen rato, pues alguna vez tendrán que permitirse malabarismos. Háganme caso y no se pierdan este espectáculo que ahora prorroga su estancia en el intrépido barrio de Chueca.

PD) Querido destino, haga usted el favor de tratarnos como las mariposas que somos, o empezaremos a tratarle nosotros a usted como el capullos que es.

Palabrita de los que vuelan.

CAPULLOS QUE VUELAN

Autor, dirección e imagen: Lluis Mosquera Intérpretes: María Part, Enrique Cervantes, Alba Fontecha y Javier Martínez Escenografía: Marga Isern Vestuario: Nadinne Fillol Diseño de luces y sonido: Matyssa Pérez Ayudante de dirección: Jens de Fries Foto fija: David Vega Producción y distribución: Amaya Halcón SALA AZARTE. MADRID

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