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  • Foto del escritorNacho León

'Orquesta Benidorm': La vida es una cebolla


Todos hemos disfrutado (o sufrido) alguna verbena de pueblo, con su particular orquesta. Orquesta que podemos ver en todo tipo de fiestas, celebraciones, bautizos, comuniones, bodas... Esta orquesta, en ciertas ocasiones, puede resultar desfasada, rancia, con repertorios manidos, voces mediocres, y atuendos esperpénticos; resumiendo, cutres. Imaginemos que una de estas orquestas es fundada por un reconocido cantante, Paulino Mesa, ganador del Festival de la Canción de Benidorm… de 1975. Además, los componentes son sus cuatro hijos, desequilibrados todos ellos por sus respectivas circunstancias personales, hijo cada uno de una madre diferente. Y para rematar, el padre fundador desaparece de un día para otro, dejando a su peculiar compañía en medio de una gira por las tierras levantinas. Con esta surrealista premisa nace Orquesta Benidorm, una producción de Mea Vulva, mea máxima vulva, en la que a lo Juan Palomo, el elenco se encarga de todas las funciones creativas, realizando asimismo los actores las funciones de dramaturgia, dirección, vestuario, producción musical… Autogestión completa.

Orquesta Benidorm es, sobre todo, un derroche de energía. Los actores/cantantes/bailarines, nos arrollan con su vitalidad, contagiando toda la función de su fuerza y su alegría, de la que uno sale extenuado pero complacido, y con una gran sonrisa en la cara. Las interpretaciones no son 100% realistas, pero tampoco lo buscan, sino que se dejan llevar por el esperpento que caracteriza la función. Con una impresionante vis cómica, multitud de recursos, y capacidad de sorprender al espectador, son los actores sin duda un punto fuerte de esta función, a los que da gusto ver evolucionar a lo largo de la obra, y con los que, a pesar de la distancia, no puede uno evitar identificarse.

En cuanto al desarrollo de la trama, el montaje fluye, dinámico, aderezado por los momentos musicales que le dan un ambiente festivo, en el que nos sentimos un invitado más de la boda en la que nuestros personajes trabajan como animadores. Uno de los elementos que aporta mayor fluidez a la obra, es el juego de los espacios, pudiendo observar espacios dobles, y hasta triples simultáneos, viendo lo que ocurre en escena y camerinos a la vez (dentro de la ficción, claro está). Es en este juego del fuera/dentro, de las apariencias y lo que ocurre tras las cortinas, en el que descubrimos que los personajes no son todo lo que parecen, y que ocultan sus propios demonios, contradicciones y anhelos.

La puesta en escena va en consonancia con el resto del montaje, presidida por el juego de espacios, luces, y música, además de un colorido y vistoso vestuario. El texto, completamente al servicio de puesta en escena e interpretación, se nos presenta sencillo y sin lírica, propiciando y facilitando la acción, algo enrevesada por momentos, conduciéndonos a un final catártico, lleno de energía, con el que el espectador sin duda no se sentirá defraudado.

Como nos recuerda Poquito (Franco) Mesa: la vida es una cebolla, que hay que pelarla llorando; es nuestra opción definir el sentido de estas lágrimas. Orquesta Benidorm, una opción muy recomendable para disfrutar de un espectáculo total, con mucho sentido del humor, redondo de principio a fin, y al que le queda mucho recorrido por delante.

ORQUESTA BENIDORM

Autor: Julio Vargas

Directores: Julio Vargas y Paco Mora Intérpretes: Julio Vargas, Paco Mora, Marta Escurín e Isabel Arenal

OFF DEL LARA. MADRID

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