Existe gente que dice que la inmortalidad es posible, también existe gente que dice que es difícil conseguirla e incluso existen personas que dicen que la inmortalidad es la fama. Yo no sé si la inmortalidad existe o no, pero de lo que sí estoy convencida es que si hablamos de mujeres norteamericanas en los años comprendidos entre 1959 y 1974 es complicado plantearse, no sólo la inmortalidad, sino la simple posibilidad de ser mujer, independiente (económicamente hablando, principalmente), “famosa” y sin hijos.
Anne Sexton (1928-1974) y Sylvia Plath (1932-1963) cumplieron estos tres requisitos y añadieron una dificultad más: fueron escritoras; escribían poemas en una época en la que la mujer era “bien vista”, exclusivamente, como ama de casa y madre.
Anne y Sylvia, fueron también dos suicidas, dos almas atormentadas, dos sufridoras y dos supervivientes, sobre todo supervivientes, o al menos, así nos lo cuenta la compañía La Pitbull Teatro en la función El techo de cristal. Anne & Sylvia a la que tuve el privilegio de asistir el pasado sábado en una sala mágica y arriesgada llamada Nave 73.
La historia narra diferentes encuentros entre estas dos mujeres que viven gracias a las letras, palabras y frases que teclean desde sus máquinas de escribir. Anne sueña con el “poema perfecto” e insiste a Sylvia para que se lo escriba porque según dice Luzia Eviza (actriz que interpreta de forma magistral, limpia y sincera a Anne Sexton) es la única persona capaz de conseguirlo. Montse Gabriel (actriz que interpreta de una forma inocente y fresca a Sylvia Plath) nos muestra, por su parte, a una mujer atormentada, llena de contradicciones: “ser madre o no ser madre”, “trabajar escribiendo o trabajar en casa a expensas de su marido, Ted Hughes (también escritor e interpretado por un Ismael de la Hoz técnico, intrépido y profundamente emocional)”...
A lo largo de estos encuentros ocurridos en el hotel Ritz durante un taller de escritura en el que coincidieron ambas mujeres, (y gracias a una propuesta escénica dirigida con maestría por Cecilia Geijo que nos hace ver todas las caras de la historia, nos permite “observar desde diferentes ángulos”) las protagonistas nos muestran sus más profundas pasiones, sus pensamientos más sinceros y nos descubren sus instintos más puros, mientras beben Dry Martini, al grito de “una mujer sangrando es más sexy, y lo sabes”.
El techo de cristal es una muestra cruda y real de la ardua tarea de la “búsqueda de la vida perfecta”, de la vida soñada, pero sobre todo, esta sublime dramaturgia (firmada por Laura Rubio Galletero y creada desde la verdad más desnuda, desde la fuerza y desde la ausencia del miedo), supone una demostración del poder y el protagonismo de las mujeres antes, ahora y siempre.
Porque hay personas que creen que ser “mujer” en esta sociedad es difícil, que “ser mujer en general” es difícil, pero yo, yo ante esta afirmación sólo puedo recomendaros ir a Nave 73 cualquier sábado a las 20:00 h y conocer a Anne y a Sylvia, para así poder entender dos cuestiones importantes, y cito textualmente: “¿para qué escribes, para gustarles?” y “La sangre de los príncipes azules es azul porque ni respiran ni dejan respirar”.
EL TECHO DE CRISTAL. ANNE Y SYLVIA
Autora: Laura Rubio Galletero
Dirección: Cecilia Geijo
Intérpretes: Luzia Eviza, Montse Gabriel e Ismael de la Hoz
Escenografía: Jorge de la Cruz
Espacio sonoro: José Bornás
Producción: La Pitbull Teatro
NAVE 73. MADRID