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Jugando con la diversidad del lenguaje



Ni hombres ni hembras, hambres

Salir de una función sin saber "encuadrarla", "etiquetarla" en un estilo o género concreto es siempre halagador, o eso creo yo. Halagador porque indica que es original, que es atrevido y que es arriesgado y eso, eso cada vez es menos frecuente de encontrar.

Si a esa receta le añades el ingrediente de involucrar al público a lo largo de todo el espectáculo y espolvoreas una buena dosis de juegos de palabras y de improvisación, entonces conseguimos una mezcla perfecta que produce en todas las personas asistentes al show un nivel de atención, carcajadas y sonrisas infinitas.

Diego Mattarucco es el cocinero de este manjar servido en la exquisita sala off teatral La Nao 8.

Ni hombres ni hembras, hambres juega con la lengua española, pero además, juega con el público y con las canciones (juntando ritmo musical con rítmica de las palabras y las frases), y es que ya lo dice su autor, intérprete y director (el propio Mattarucco): No pretendas entenderlo todo" porque, simplemente "somos contradicciones".

Esta pieza es además, un manjar único, y me explico: cada día la función es diferente, los sketches son diferentes, el público y sus contestaciones son diferentes, como en un buen match de improvisación, así que no debes perderte esta lección de diversidad, palabras y risas creada con una escenografía simple: un piano (nadie puede negar que la música en directo en los espectáculos es siempre un acierto) un torso femenino desnudo, enmarcado e iluminado brillantemente y un torso masculino desnudo, enmarcado e iluminado con la misma brillantez.

¡Ven a una pieza sin tapujos ni etiquetas! Porque, como dice su autor argentino, con uno de tantos juegos de palabras: "Basta de usar las etiquetas como ataques".

NI HOMBRES NI HEMBRAS, HAMBRES

Monólogo de Diego Matarucco LA NAO 8. MADRID.

* Consultar horarios con la sala.

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