Tres personajes: Guillermo, Ánimus y Esa Voz.
Guillermo y sus miedos, su soledad, su desamparo, su fragilidad. Guillermo "preso" en su torre, intenta hacer volar un juguete, su peonza, sin conseguirlo, así que deja volar su sueño, su subconsciente.
Con una ráfaga de verde viento entra Ánimus en el recinto, personaje fuerte, inquietante, que acompaña a Guillermo, lo arropa, lo posee y lo domina. Ánimus le enseña olores, sensaciones, caricias, el Azul… Guillermo pinta, pinta un islote en el océano, una esperanza, pinta grillos que lo devoran, pinta y sufre. "¿Por qué no puedo mirarte a los ojos?" le pregunta a Ánimus; más tarde, sólo recordará esos ojos azules suyos cada vez que él no está a su lado. Su única escapatoria es fugarse junto a Ánimus a ese lugar, al Azul, allí podrá ser feliz donde "sólo ocurrirá lo que tú quieras que ocurra".
La realidad de un marinero se interpone entre los dos personajes y Ánimus lucha ferozmente para no ser relegado.
El pensamiento, la imaginación, vuelan libres pero ¿se puede vivir en un mundo paralelo de fantasía lleno de luz y placer o es precisa cierta oscuridad? ¿Puede la muerte encontrar el Azul? Esa voz llama a Guillermo a la realidad, le repite recuerda, defiéndete, sé libre. ¿Guillermo quiere realmente despertar?
Muriel desarrolla con elegancia una historia onírica, del subconsciente, sobre el miedo, la soledad y la fragilidad del individuo. La obra se desarrolla en un preludio y tres partes: Hacia el Azul, En el Azul y Desde el Azul. A lo largo de todo el texto despliega una escritura bella y poética. Se trata de una obra un tanto claustrofóbica en la primera parte que poco a poco se desarrolla, abriéndose a nuevas sensaciones, y termina cerrando perfectamente ese círculo de luz y oscuridad.
DESDE EL AZUL
Autor: Luciano Muriel
Editorial: Luhu Editorial