Hace… no tanto en realidad, alguien me preguntó en una entrevista: "Elena, ¿qué es para ti Mordrake? Se me encogió el corazón y recordé las palabras de mi hermano Nayib ("Esta obra debería llamarse Mordrake o el montaje que salvó a Elena Rey del hundimiento").
Hace… no tanto en realidad, hacía mucho mucho frío. Las noches parecían eternas y los días parecían noches.
Una de esas mañanas (que parecían noches) recibí una llamada.
Yo fumaba dramáticamente en mi balcón, como a mí me gusta hacer. Hundía mis ojos acuosos en el infinito, como a mí me gusta hacer. Y me preguntaba si en algún momento de mi miserable existencia, el Sol volvería a honrarme con su presencia. Mi móvil seguía sonando.
-¡Qué inoportuno! -pensé–. Número desconocido… que hable con mi repelente contestador -y volví a mi pequeño balcón en mitad de la Nada.
Justo cuando Aimee Mann cantaba It's not going to stop, so just... give up!, el dichoso móvil volvió a sonar (el mismo número desconocido que ya empezaba a resultarme familiar por pura insistencia).
-¡Por todos los hijos de Gengis Kan! -pensé- Molesto comercial de Vodafone, ¿sería usted tan amable de dejarme morir en paz? ¡O en silencio al menos!
Finalmente, concluí que sólo yo podía acabar con esa ruidosa pesadilla, al tiempo que podría volcar mi desasosiego con un incauto inocente que no sabía dónde estaba poniendo su oído.
Descolgué.
-¿DIGA? -¡Hola! ¿Elena? -¡SÍ! -¿Elena Rey? -SÍ-SOY-YO (de momento). -¡Por fin te pillo!
–(¡¡¡¡¿Por fin?!!!! €&&&gdgddfd!!!!!!!!!)
– Soy Rubén Villoslada…
Y el resto es Historia. Una historia con final feliz.
Elenco de Mordrake (de izquierda derecha):
Charo Gabella, Karlos Aurrekoetxea, Elena Rey y Guillermo Llansó
Por lo visto, el supuesto comercial de Vodafone era un Director joven aunque sosegado, que decía tener en su haber un libreto muy especial, escrito por Ana de Nevado, una (también) joven e impetuosa Dramaturga.
Mi inoportuno interlocutor me hablaba de un tipo inglés con dos caras –¡¿con dos caras?!, lo conozco-, una prostituta maleada y sin embargo crédula –¡Ja!-, un mayordomo manipulador y una condesa dominante.
–¡Conozco a todos esos personajes!- dije apurando el cuadragésimo cigarrillo de la mañana.
Pregunté por el resto del elenco. Y lo que escuché a continuación me hizo apagar la música y el cigarrillo de inmediato.
¿Y si resultaba que mi Sol despistado estaba asomando por algún rincón de Darlington y yo me lo estaba perdiendo?
Tardé unos pocos minutos en decidirme. Unas pocas semanas en conocer a quienes, desde ese momento, caminarían a mi lado siempre. Y unos pocos meses en volver a ver brillar el Sol, que tal y como sospechaba, asomaba tímidamente por Darlington.
Eso sí, necesité sólo un segundo para ser consciente del regalo que me estaba haciendo la vida. Sólo tuve que mirar a estos tres seres a los ojos un segundo.
No ha sido un camino fácil, pero ha sido un viaje fascinante.
¡Larga vida al monstruo que me salvó del hundimiento!
¡Larga vida a los Cuatro Magníficos!
¡LARGA VIDA!
A Karlos, Guille y Charo.
GRACIAS.
Elena Rey
Actriz madrileña formada en La Guindalera de la mano de Juan Pastor, cuenta con una extensa carrera. Ha trabajado en numerosos montajes teatrales como Petra (basado en Las amargas lágrimas de Petra Von Kant) o El Quijote de Ángel Gutiérrez (en el Teatro de Cámara de Chéjov). También trabaja habitualmente en cine, televisión, publicidad y como locutora y actriz de doblaje.
Más información en su página web.