Pocos minutos pasaban de la medianoche del sábado 12 de febrero de 2005 cuando se declaró un incendio en la planta 21 del edificio Windsor. Un incendio que fue emitido por televisión y, durante días y semanas, desbordó la imaginación de los televidentes. ¿Quién fue el responsable de aquel incendio? ¿Cuáles fueron las causas? ¿Fue un accidente o el producto de una provocación? ¿Qué se esconde detrás de esas teorías -algunas inverosímiles- que aún hoy, diez años más tarde, se encuentran sin resolver…
La publicación de una crónica en un modesto periódico digital ha creado revuelo en las redes sociales. El artículo ha tenido un poderoso efecto viral y se ha expandido en la red de manera inmediata. En él, se revela la identidad de la pareja que se hallaba en el interior de la Torre Windsor diez años después (2015). De algún modo, en la primera parte del relato -que promete despacharse por entregas-, se anticipa qué ocurrió aquella fatídica noche. La verdad oculta del suceso está a punto de ser revelada. O eso parece.
Sara, una joven, a punto de licenciarse en la facultad de Periodismo, se encuentra realizando prácticas en la redacción de dicho diario digital. Ella es la autora de la crónica y es citada por Eduardo, el redactor jefe, durante esa misma mañana. En su encuentro, se desata un trabado debate acerca de la autenticidad de la crónica publicada. El hombre desafía a la joven periodista para que demuestre que su relato está fundamentado con el debido rigor periodístico. Eduardo sospecha que la información es falsa, pero curioso, quiere entender qué ha llevado a la muchacha a jugarse de un modo tan temerario su puesto de trabajo. Durante los días siguientes, la periodista irá desarrollando la crónica de un relato amoroso que terminó con la caída de la famosa torre. Antes, el hombre y la mujer han hecho un trato, un pacto que obliga a que dicho contenido sea supervisado por su jefe antes de ser publicado. Sea cierto o no lo que cuenta, el impacto de la noticia puede ser positivo para el diario, cree Eduardo. Y para él, quizás, también. La llama del incendio pasado ha despertado una inquietud que el hombre sentía olvidada.
Es entonces, mientras discuten los avances de la crónica, cuando la pareja se enzarzará en un avivado y peligroso juego de verdades, mentiras, poder y manipulación. El choque generacional, así como de género, está servido.
Sara Mata y Aníbal Soto ponen en pie una obra sobre una posible hipótesis de lo que podría haber pasado en el interior del Windsor al iniciarse el fuego. Una historia de lujo con unos actores de talla que se completa con la dirección de Max Lemcke y con un texto de uno de nuestros dramaturgos más jóvenes y prometedores, el premiado Antonio Rojano.
Dramaturgia: Antonio Rojano
Dirección: Max Lemcke
Intérpretes: Aníbal Soto y Sara Mata
Escenografía: Sonia Rubio
Iluminiación: Guadalupe Jiménez
Producción: Nacho Bauzano
Prensa: Gran Vía Comunicación
Fotografía: Shey Núñez
NAVE 73. MADRID.