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  • Foto del escritorNacho León

'Castigo ejemplar yeah': Sufre, traga tus mocos


Castigo ejemplar yeah

¿Estaríamos dispuestos a hacer cualquier cosa por nuestro hijo? ¿Incluso robar un expediente sancionador, para que no le expulsen del colegio? ¿Estaríamos haciéndolo por él… o por nosotros mismos? Con esta premisa nace Castigo ejemplar yeah, de Íñigo Guardamino, nominado al MAX en 2015 como mejor autor revelación.

Como punto de partida, unos padres se infiltran clandestinamente en el despacho del director del centro en el que está internado su hijo a altas horas de la noche. Lo que aparentemente es una tarea sencilla (entrar, destruir las pruebas, y salir), se convierte en un arduo proceso, una especie de viaje iniciático en el que los personajes recorren un camino de descubrimiento personal, una progresiva anagnórisis, con respecto a su hijo, su entorno, su sociedad, sus anhelos, sus pasiones y hasta su mismo matrimonio.

Guardamino, utiliza esta excusa para sumirnos en una reflexión constante, profunda, y cruda, pero desde el humor más gamberro, cruel y desenfadado. En este nuevo trabajo, nos presenta un texto riquísimo, plagado de referencias filosóficas y reflexiones existenciales pero que se funden perfectamente con un lenguaje coloquial, realista y socarrón, que nos atrapa de principio a fin con su particular sentido del humor.

Dice la RAE, que el humor negro es el que se ejerce a propósito de cosas que suscitarían, contempladas desde otra perspectiva, piedad, terror, lástima o emociones parecidas. Y es precisamente desde esa “otra perspectiva” desde la que Guardamino nos habla de los miedos, las inseguridades, las expectativas y los deseos frustrados, las ínfulas, la educación, las relaciones de pareja, y en fin, todo el universo que rodea a un matrimonio contemporáneo de clase media. Y todo sin salir del despacho del director.

En la escena el ritmo fluye, salvo algún altibajo y un final que se antoja precipitado, con un naturalismo que envuelve al espectador, y le hace partícipe de la tensa situación, salpicada de momentos surrealistas, flashbacks, o disgresiones, que sin embargo no nos sacan de la acción, sino que nos sumergen aún más en el ambiente denso del patetismo social.

En un panorama teatral como el que impera, en el que cada vez se tiende más a lo efectista, a los recursos audiovisuales, en esa lucha por competir con el lenguaje cinematográfico, Castigo ejemplar yeah se nos muestra como un montaje fresco, honesto, y brutalmente teatral, con un espacio escénico perfectamente aprovechado, sobrio, sin artificios, con un realismo práctico y sugerente. Y en este escenario, como pez en el agua, se desenvuelven Natalia Díaz y Rodrigo Sáenz de Heredia, ambos con interpretaciones a la altura del texto, que nos conducen de manera sutil por los entresijos emocionales de los personajes (presentes y latentes) con una maleabilidad reseñable, en la que se exponen a sí mismos, usando todos sus recursos actorales y personales para hacer de la representación un deleite para los sentidos, y un disfrute constante de un texto complejo, por su riqueza y matices.

Sufre, traga tus mocos, castigo ejemplar. Esto es lo que nos espera si nos salimos del redil. Si tentamos a la suerte. Si superamos nuestros miedos, y rompemos con lo establecido. Ese miedo a no encajar en el mundo que nos ha tocado vivir. Ese mundo que nos asfixia, hasta entender… que solo te queda ser uno más. Yeah.

CASTIGO EJEMPLAR YEAH

Autor y director: Iñigo Guardamino

Intérpretes: Rodrigo Sáenz de Heredia y Natalia Díaz

Ayudante de dirección y coreografía: Crismar López

Diseño de iluminación: Pedro Guerrero

Escenografía y espacio sonoro: María José Pazos

Técnico de compañía: Rodrigo Algar

Música: Joan Cerveró

Canciones: David Ordinas (música) e Iñigo Guardamino (letra)

Fotografía: Carmina Prieto

Diseño de cartel: Andrés Sansierra

Comunicación: Laura Maure – ComsiComsa

Producción: La Caja Negra Teatro con la colaboración de Tinglao Producciones

TEATROS LUCHANA. MADRID

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