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  • Foto del escritorRedacción

Regalo de vida y arte sobre el escenario



Cinco horas con Mario

¿Qué se puede decir a estas alturas de esta obra que no se haya dicho ya? Cinco horas con Mario es una fórmula mágica, casi misteriosa, de esas que hoy tenemos la suerte de tener a mano para que nos deleiten, nos hagan disfrutar y nos permitan, a través de lo visto, ponernos en contacto con nuestro alma. Una fórmula que conjuga un escritor de una profundidad inabarcable con una actriz de un talento y generosidad casi indescriptibles, una dirección sutil, bien encaminada, que favorece la fluidez de la obra y una producción cargada de amor por el teatro.

El teatro está siempre vivo. Ser un arte efímero, entre otras cosas, le dota de esa característica, de esa capacidad para que cada representación sea nueva, y que al tratar de representar vida, siempre se pueda ir un poco más allá. Porque la vida es un misterio y el teatro trata de la vida.

El estreno vivido el jueves 5 de mayo en el Teatro Reina Victoria fue sublime. Confirmó que es un acierto absoluto volver a representar esta obra y que Lola Herrera se volviese a meter en la piel de la, ya mítica, Carmen Sotillo.

Como quien hace que algo parece fácil, la maravillosa actriz fue mostrándonos todo el universo de Carmen mientras dialoga a solas con su marido difunto. Se dispone, ante la muerte, a sacar a la luz todo lo que por sus creencias, educación o condición en su entorno socio-cultural ha tenido escondido, guardado a cal y canto.

Tal vez el motor de Carmen sea la culpa, o quizá que ella vive esclava de una época, de unas circunstancias. Y ahí es dónde radica el drama, porque la muerte de Mario podría haber sido una liberación para ella. Sin embargo, las creencias que tiene bien enraizadas hacen que la culpa la esclavice y le haga ir poniendo reproches, demandas, carencias sobre el tapete, para justificar un hecho oculto, pero que a una parte de Carmen le resulta imperdonable.

El texto es un tesoro interminable, cargado de ironía. Cada palabra, cada sílaba sirve para reproducir un universo personal, en una época y un contexto, pero con unos conflictos humanos atemporales, sobre todo en su esencia.

Partiendo de una acertadísima adaptación, Lola Herrera compone una Carmen poliédrica, llena de matices y bien encarnada, que hace que cada respiración, cada mirada, cada mínimo gesto esté cargado de información, arte y vida, permitiendo al espectador indagar en el misterioso universo del ser humano. Esto hace que el teatro, como arte, cobre todo su sentido.

La escenografía, sencilla, sugerente, justa y al servicio de la historia. La luz acompaña a Lola durante toda la obra con cariño, muy bien diseñada. En ocasiones parece que mece al personaje, dando un espacio para que sus invisibles emociones se vean más claras.

Al final, y casi sin dejar que el telón cayese, el público se puso al unísono en pie, aplaudiendo sonoramente, agradecido y exultante por lo que se había presenciado en el escenario.

Ante tal ovación, y al ser día del estreno, salieron a saludar Josefina Molina y José Samano, directora y productor del montaje. Fue hermoso ver sus ojos brillantes al comprobar hasta dónde había llegado esta función. En sus ojos vidriosos se mezclaban lágrimas de emoción y agradecimiento.

Cosas de la magia, ese día también se estrenaba el actor Carlos Sobera como dueño del Teatro Reina Victoria, muy agradecido de poder empezar su aventura con esta obra maestra.

Le deseo toda la suerte del mundo, ya que necesitamos que los teatros sigan vivos, que crezcan y que se apueste por ellos, porque no sobran, hacen falta, mucha falta, cada día más. Destacar y agradecer también que detrás de esta producción esté Pentación, con Jesús Cimarro a la cabeza, haciendo posible revivir esta joya del teatro español.

Aludiendo a la lo intrínsecamente efímero del teatro y a que este Cinco Horas con Mario es una obra maestra, les pido que se hagan un regalo. Vayan a verla, sólo está seis semanas y es un regalo de amor y de vida,. Más allá de la obra en sí, el increíble mérito que tiene ver a Lola Herrera, a sus ochenta años de edad, haciendo este papel magistralmente y como si fuera la primera vez, es una oda a la vida y al amor por el teatro.

CINCO HORAS CON MARIO

Autor: Miguel Delibes

Dirección: Josefina Molina

Intérprete: Lola Herrera

Producción: José Samano

TEATRO REINA VICTORIA. MADRID

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