Vestida de cuerda, desnuda de loca

"We are all prisoners here of our own device" (Eagles, Hotel California).

"Se vio vestido de cuerdo y desnudo de loco" (Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. II parte).

En el mundo taurino se suele decir que se realiza una gesta, que se entra en la leyenda, que se llega a figura cuando el torero en cuestión se encierra en la plaza con seis toros y es que el peligro que se asume va mucho del riesgo físico; recuérdese, por una parte, que cada toro proviene de una ganadería distinta con querencias, derrotes y rasgos propios que el diestro debe asumir, interiorizar y hacer suyos de forma tal que les sepa dar la respuesta y reacción adecuada con arte y naturalidad y arte. Es, ya digo, una gesta.

Y algo, mucho, de eso hay en La mirada interior, texto de Charlie Levi Leroy , que reúne siete momentos en la vida de siete mujeres, siete ratos de reflexión en los que se destilan las razones (o sinrazones) de siete vidas distintas, siete reflexiones de siete internas de un hospital mental neoyorquino, siete historias que abarcan siete décadas.

Y será Raquel Argirita , dirigida con mano maestra e invisible por el propio autor, quien se encierre en un cubo limpio, blanco y transparente, para, como una médium, poseer y dejarse invadir, por los pensamientos y emociones de esas siete enfermas que, parafraseando a Cervantes, están vestidas de cuerdas y desnudas de locas.

Y no será tarea fácil. Raquel Argirita se expone a un, por así decirlo, drenaje emocional ya que tendrá que revivir y transmitir los siete momentos más duros de las siete vidas que le ha tocado contar, los momentos más duros de cualquier vida, aquellos en los que se busca una explicación, un porqué, una justificación o, al menos, una excusa.

En una suerte de arrebato místico, en una ruleta emocional, Raquel Argirita no dejará de rodar: se enfurecerá y enternecerá, se alzará despreciada y se arrodillará orgullosa, será poseída por ternuras e indignaciones, se revolcará en dulzuras, se rebozará en miserias, plantará cara, dará la espalda, se explicará y se quedará sin palabras, se abrasará de dolor, resignación y calma, será todas y cada una de las siete mujeres a las que ha prestado cuerpo y alma.

Todo reventará en un epílogo en el que de las cenizas de sus personajes aparecerá la mismísima Raquel Argirita, que conversará, durante una serena y suave coda, consigo misma y con los espectadores, mostrando la debilidad de sus certezas y la fuerza de sus debilidades, para sentirse viva y para ser actriz.

LA MIRADA INTERIOR

Dramaturgia, dirección y música: Charlie Levi Leroy

Intérprete: Raquel Arigita

OFF DEL LARA. MADRID.

#OffdeLaLatina #LuisdeLuisOtero