Un thriller con ciertos rasgos pinterianos dirigido por Carlos Tuñón en el que el reconocido dramaturgo madrileño, interesado por la visión de la obra que aportaba la compañía y su trayectoria, ha querido ahondar en las relaciones que mantenemos diariamente los unos con los otros y también en las relaciones de pareja. Relaciones contaminadas como germen de la violencia, donde la manipulación, el poder y la dominación, la extorsión emocional, la humillación, el control, el secreto y el chantaje -en una dialéctica amo-esclavo casi hegeliana que no señala sino las carencias de uno y de otro- convierten la existencia en una lucha por salvar la cabeza cada día y alcanzar un trozo de dignidad en nuestro derecho a la belleza.
Animales nocturnos de Juan Mayorga se sirve del cruce de dos sombras en una escalera, dos vecinos, uno alto y otro bajo, que, tras semanas saludándose, hablan una tarde en la Cafetería Yakarta (lugar de encuentros en el imaginario de Mayorga, bar que también es real, situado en Plaza Elíptica de Madrid). Pero las diferencias van más allá de la altura o el azar, uno es un “sin papeles” y el otro es un ciudadano de pequeña estatura que, a cambio de amistad, silencia la condición de extranjero ilegal de su vecino. Una amistad forjada y forzada, falsa, delimitada por el poder, una ley que deslegitima la existencia del hombre alto y que justifica la supuesta bondad del “buen vecino”. Una ley que un hombre utiliza para esclavizar a otro y para obligarle a crear un vínculo. “Esa relación, dominada por la absoluta disponibilidad que un hombre exige de otro, es un gran secreto entre ambos. Pero no sólo ellos, todos los personajes de Animales nocturnos esconden algo. Todos están acostumbrados a ocultarse y, por eso mismo, están acostumbrados a desconfiar. Todos vagan en la noche sin ninguna certeza. Ni siquiera están seguros de que las sombras que los rodean sean realmente sombras. Se parecen a los animales nocturnos de los zoológicos modernos”, expresa Juan Mayorga.
Pero en esta nueva versión, que pone en escena las estrategias que utilizamos para sentirnos menos solos frente a las que usamos para mantenernos vivos, las diferencias también van más allá. Más allá de esa extorsión, de esa nueva “amistad” que amenaza al hombre alto con la pérdida de su libertad, su mujer, su hogar y posiblemente su dignidad, Juan Mayorga y El Aedo Teatro han querido apuntar directamente a todo aquello que se oculta en nuestros corazones, a lo poco que nos conocemos, a cómo un hecho inesperado puede despertar en nosotros aspectos de una personalidad dormida, a la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano, en definitiva, y a su “capacidad” para deshumanizarse. “Poco a poco se irá destruyendo la expectativa que la primera escena ha instalado en cada espectador y descubriremos que el extorsionado no se comporta como tal y es capaz de ejercer violencia sobre los otros, y que sus parejas, lejos de compartir sus deseos e insatisfacciones, deciden continuar a solas su viaje, cada una a su manera”, explica el director de este montaje, Carlos Tuñón.
Animales nocturnos fue el primer montaje de Sala Guindalera. Se estrenó el 27 de noviembre de 2003, y permaneció en cartel hasta el 19 de diciembre de 2004. Realizó gira por Santander, León y Segovia. Fue el resultado de un taller de creación dramática que a lo largo de 2003 unió a profesionales vinculados con la compañía Guindalera (que serían los actores del espectáculo) dirigidos por Juan Pastor, con el dramaturgo Juan Mayorga. Posteriormente se ha llevado varias veces a escena, una de ellas en 2005 en la Sala Beckett dentro del Festival Grec de Barcelona con dirección de Magda Puyo, en Lagrada de Madrid por Carlos Bolívar, y en 2013 en el Teatro Echegaray por La Imprudente.
La génesis de esta obra hay que buscarla en el Royal Court de Londres, para quien el autor también escribió 581 mapas, y donde Juan Mayorga fue uno de los cuatro autores de distintos lugares elegidos –residents writers-para escribir textos de diez minutos sobre la política de sus respectivos países. Lo más significativo en aquel momento era la ley de extranjería que había lanzado el gobierno, de modo que de aquello surgió El buen vecino, que a su vez dio lugar a Animales nocturnos –inspirado en la Cafetería Yakarta de Plaza Elíptica- sin que Animales nocturnos sea un desarrollo de El buen vecino, o El buen vecino sea la primera escena de Animales Nocturnos.
Dramaturgia: Juan Mayorga
Dirección: Carlos Tuñon
Asesoría teórica: Zoe Martín Lago
Intérpretes: Jesús Torres, Pablo Gómez-Pando, Irene Serrano y Viveka Rytzner
Diseño de escenografía: Alfonso Pizarro
Construcción: Tajuela
Ambientación y atrezzo: Lita Echevarría
Diseño de iluminación: Jesús Díaz Cortés
Espacio sonoro: Daniel del Río
Vestuario: Paola de Diego
Diseño gráfico: José Ponce de León
Fotografía: Moisés M. Acosta
Comunicación: María Díaz
Producción: El Aedo
TEATRO FERNÁN GÓMEZ. MADRID.