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Un paseo desde los adentros de cada una de nuestras pequeñas miserias



Gozazo

Gozazo puede ser como la vida misma: una caja de sorpresas que se abre y estalla para invitarnos a adentrarnos en ella, en la propia celebración de la vida, en su estado más puro, más agresivo y más vulnerable. Tanto, como la propia condición humana.

La vida es una mierda. Sí. Y eso nos une. Sonreímos, porque descubrimos que al oírlo en voz alta -en otra voz distinta a la nuestra, que piensa igual que la nuestra, que siente igual que la nuestra– carece de toda credibilidad. Y más aún cuando nos la muestran como un espectáculo a disfrutar. Sólo en nosotros está la decisión de aprovechar la oportunidad de protagonizarla. Con el simple gesto del que borra una marca de tiza en una pizarra, se nos dibuja el camino para poder transformar una lágrima en una sonrisa. Y de este modo, salir al final de la obra con la mayor exclusiva jamás imaginada: enhorabuena, está usted vivo.

Un paseo desde los adentros de cada una de nuestras pequeñas miserias, para que nos reconozcamos en el abismo global que envuelve a la humanidad. Un texto exquisito, reconfortante, belleza hecha palabra que acaricia el alma. Y todo esto, imposible de conseguir sin la maravillosa interpretación de una actriz que ha sabido hacer brillar la sencillez de la naturalidad en la escena, desde una técnica impoluta y una voz envidiablemente virtuosa. Victoria Zazo hace sentir un poco menos solo a cada uno de los espectadores, al compartir con ellos los mismos miedos en los que se reconocen y recordar el camino de regreso a la alegría de la vida. Gracias por ello. Y gracias por ese trabajo actoral, valiente, que reconcilia con el oficio.

GOZAZO

Autor y director: Tino Antelo

Intérprete: Victoria Zazo

Música: Mauri Corretjé

Vestuario: Ulises Mérida

Escenografía: Marcos Moreno

Iluminación: Lola Barroso

Fotografía: Laura Enrech

NAVE 73. MADRID

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