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¡Comerme el coño!



Romeo y Julieteta

Hoy en día es difícil sorprender cuando haces un clásico como Romeo y Julieta: todo el mundo conoce la obra, todo el mundo conoce a su autor y pocos montajes se arriesgan y lo desmontan. La dificultad aumenta considerablemente si en vez de representar el clásico, se pretende utilizar la obra para reivindicar otra historia que, aparentemente, no tiene nada que ver con el tema del Amor imposible y suicida de los protagonistas del clásico.

Pero, sin duda, lo más difícil, es sumarle a todos estos ingredientes: sorprender, desmontar y utilizar el clásico para reivindicar; una interpretación limpia, sincera y cuidada. Helena Lanza supera lo difícil y lo convierte en una lección tanto artística como social con la función Romeo y Julieteta, que tuve la oportunidad de ver en el Café del Kosako el pasado domingo 3 de abril.

Como espectadora, llegué puntualmente a mi cita, me pedí una caña y me senté en una mesa. En seguida me fijé en una mesa de la primera fila, concretamente en una mujer rubia que me recordaba mucho a la actriz del cartel de la obra. Seguí mirándola, y sí, era la actriz de la función, se levantó de su silla, se sentó en el escenario y, simplemente comenzó a citar textos de grandes autores y personalidades. “Estará presentando la obra”, pensé. Al cabo de un par de minutos, compungida, nos contaba que se había olvidado en casa los títeres para representar Romeo y Julieta pero que “tenía unas tetas muy grandes”.

Sin más dilación, se quitó la camiseta, se desabrochó el sujetador y se pintó las tetas (a vista de público) para presentarnos a Romeo (su teta derecha) y a Julieta (su teta izquierda). En diez minutos, sin más escenografía que una mesa, un pincel y unos papeles nos mostró una versión impecable del clásico. ¡Y en sólo 10 minutos! Cualquier persona, que conociese o no el clásico, hubiese entendido la obra de tetatíteres y, además, hubiese soltado más de una carcajada viendo una de las grandes tragedias de la historia de la dramaturgia teatral universal.

Pero no contenta con eso, Helena, a pesar de haber terminado con Romeo y Julieta, continuó hablando, y cerró la obra con una lapidaria frase: “¡Abajo cánones de belleza: comerme el coño!”.

Creo que no es necesario decir mucho más, creo que nadie podría resistirse a la idea de ver una función en la que los títeres son dos “tetas grandes”, creo que nadie puede resistirse a ver un trabajo actoral valiente y arriesgado. Pero sobre todo, nadie puede resistirse a reconocer que los cánones de belleza nos aprisionan, nos bombardean y destruyen la originalidad. Helena Lanza, para los cánones de belleza, seguramente esté excluida, pero para la valentía y el Arte no sólo está “incluida” sino que es necesaria, tan necesaria que sólo le hago una petición: ¡Haznos disfrutar más de 15 minutos! Y a ti, público, también te hago una petición: ¡llena el Café del Kosako todos los domingos a las 20:30 h! Llenad Romeo y Julieteta porque... “Nuestro cuerpo es nuestra única arma para ser”.

ROMEO Y JULIETETA

Idea original: Helena Lanza

Dramaturgia y dirección: Alfredo Sanzol

Intérprete: Helena Lanza

Visto en CAFÉ DEL KOSAKO. MADRID

OFF DE LA LATINA. MADRID

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