UN CORAZÓN NORMAL
- Redacción
- 25 abr 2016
- 2 Min. de lectura

La obra narra el inicio de la crisis del VIH en la comunidad gay de Nueva York en la década de los 80. Se centro en el esfuerzo de varios activistas homosexuales y de médicos simpatizantes que trataron de exponer la verdad sobre la epidemia y solicitar ayuda para combatirla en un país empeñado en ignorar un problema que creían que únicamente afectaba a los homosexuales y al que llamaron “cáncer gay”. Basada en hechos reales.
Se trata de una puesta en escena a semejanza de las estrenadas en lugares como Broadway o Londres. Sobria y casi sin elementos escenográficos. Sin más atrezzo que el absolutamente necesario para el desarrollo de la escena. La importancia de Un corazón normal reside absolutamente en el texto, en lo que se dice y en una intensa aunque sobria interpretación de los actores. La ambientación de la época, inicio de los años 80, viene dada desde las noticias que se muestran (apoyándose en proyecciones), la propia historia y el vestuario de los personajes, muy representativo de la época.

Una historia inquietante en un momento histórico. Esto es Un corazón normal; la historia de una plaga, de un desconocimiento y del fin de una fiesta que se había prolongado desde los años sesenta hasta el fin de las noches del disco y de Studio 54. La aparición de una enfermedad desconocida que, en principio, sólo afectaba a hombres homosexuales. La impotencia de un colectivo frente a la pasividad de las autoridades. No se trata tanto de un argumento basado en los primeros años de la epidemia, sino de cómo el ser humano puede llegar a no amar a otro, de no querer ayudar o de mirar hacia otro lado corrompido por un odio que reside en la falsa moral y la desaprobación a un sentimiento.
Dramaturgia: Larry Kramer
Dirección: Jesús Amate
Intérpretes: César Oliver, Amaya Halcón, Diego Santo Tomás, Pelayo Rocal, Juan Silvestre, David Simón, Igor Estévez, José Guélez y Toño Balach
SALA AZARTE. MADRID.
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