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4:48, La hora del abismo.



4.48

4:48, es la hora que marcan las manecillas del reloj que fija el momento en el que más números de suicidios se producen de personas situadas en un precipicio mental.

4:48 es el estremecedor título de la obra póstuma de Sarah Kane. Persona atormentada que terminó con su vida en el año 1999, a la edad de 28 años. Joven e inconformista. Una mujer con una sensibilidad llevada al extremo.

Cuando el reloj marca las 4:48, se pone en funcionamiento el resorte de una mente atormentada que empuja hacia el abismo, que empuja hacia la nada. Hacia el suicido.

Es en ese momento, a esa hora, cuando la lucidez poco a poco va despertando el cerebro de personas con graves trastornos psicológicos. Justo a partir de ese momento empiezan a desaparecer los devastadores efectos de los fármacos ingeridos el día anterior para dejar paso, de nuevo, a la rechazada realidad.

Ray Bradbury tituló su maravillosa novela como Fahrenheit 451: temperatura en la que el papel de los libros se inflama y arde, y de la misma manera tan gráfica y estremecedora, Sarah Kane, tituló su genial obra como 4:48: hora en la que mayor número de suicidios se producen. La hora en la que más vidas se “inflaman y arden”.

La actriz, Sol Bribiesca, ha recuperado esta obra de teatro y drama descarnado para adentrase en la atormentada piel de Sarah Kane. Una piel llena de cicatrices por el amor, por la amistad y por la vida.

En el escenario de El Umbral de Primavera, Sol Bribiesca, desnuda su alma y la abre en canal. Grita y proclama la impotencia y frustración que se crea cuando el equilibrio no es capaz de dominar el desequilibrio mental. Cuando la razón doblega su voluntad de hierro y se rinde ante lo irracional.

Las lagrimas y el hastío se desbordan cuando la balanza tiende a inclinarse siempre del lado de la oscuridad, de la impotencia y de la ansiedad. Dejando un enorme vacío que inunda un corazón desgarrado sin fuerzas para recomponer los daños.

Una anárquica y medida puesta en escena nos invita a contemplar una magistral interpretación sobre la esperanza como meta inalcanzable. Nos dirige hacia un sueño convertido en una pesadilla que solo se desvanece gracias a un “arsenal químico”.

A través de un enorme y virtuoso ejercicio de expresión corporal, con un texto sutil, lírico y poético, se narra la agonía personal que lleva a contemplar la trágica certeza de un suicidio como el éxito de todos los fracasos.

Sol Bribiesca interpreta y ejecuta un trabajo de honestidad desbordante. Entre una penumbra de tristeza, plantea el suicidio como camino hacia la libertad.

La escena off de Madrid, y el teatro alternativo, tienen en 4:48 una gran y exigente representación. Al finalizar la obra, la dureza que atenaza al espectador durante 50 minutos, se convierte en un enérgico y unísono aplauso que premia y reconoce la brillante interpretación de Sol Bribiesca.

Creación e interpretación: Sol Bibriesca

Texto: Sarah Kane

Iluminación: José María de Luxán

Producción: Arte de Urgencia

EL UMBRAL DE PRIMAVERA. MADRID.

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