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Humor judío a la española



Off

Se dice en su programa de mano que Off es un homenaje al circuito off de teatro alternativo. Y así es: Off reflexiona con una mirada cómica sobre ese teatro alejado de los teatros públicos y subvencionados, ese teatro muchas veces invisible, ligado a la precariedad económica y carente de ese irreal glamour siempre asociado al mundo artístico. Ese teatro que esconde pequeños diamantes en bruto y también, muchas otras veces, mediocridad. Pero Off, lejos de denunciar lastimosamente y con aspavientos las condiciones del circuito alternativo, prefiere lanzarle un canto enamorado; un canto enamorado, no solo al teatro off, sino al teatro en general, valiéndose para ello del personaje de Daniel, un actor frustrado de mediana edad que, tras un tiempo alejado de los escenarios dedicándose a la docencia (muy destacables, dicho sea de paso, las escenas de Daniel con sus “problemáticos” alumnos de secundaria), decide gastar su última bala como actor en uno de estos teatros alternativos.

Siguiendo en la línea de la veneración, es más que evidente cómo Marcos Alonso (director, actor y dramaturgo del espectáculo, muy acorde esto con el pluriempleo propio del teatro off) bebe de una fuente norteamericana: Woody Allen. Daniel bien podría ser el protagonista de cualquiera de sus películas (crisis de mediana edad, tendencia a lo artístico, enamoramiento pasajero de otra mujer, histrionismo…); Emilio, el director de la obra en que Daniel se embarca, ese típico personaje irritante y cultureta de sus películas; Clara, una de sus compañeras de reparto, esa mujer fascinante, joven, soñadora, abierta a nuevas experiencias y ciertamente desquiciante, la Diane Keaton de Annie Hall; también en esta línea se encuentra Carmen, la mujer de Daniel, que recuerda a la Nancy de Sueños de un seductor incluso en su vestuario; y Charo, su otra compañera de reparto y novia de Clara, esa mujer arrolladora que también suele mostrar el neoyorkino, como Meryl Streep en Manhattan. Además, como no podía ser de otra manera, la música de Off se nutre de exquisitas piezas de jazz.

Sin embargo, Off es imperfecta: la interpretación padece de excesiva afectación, quizá por ser una comedia de enredo; tal vez por tratarse de un estreno; o, a lo mejor, por la búsqueda del histrionismo de las películas de Allen. Aun así, destaca la vis cómica de Nagore Germes, que firma una Clara muy sugerente. La dirección de Marcos Alonso, por su parte, crea una acción limpia, ágil y dinámica, algo muy valioso en una comedia de estas características; no obstante, el ritmo de la función sufre varios altibajos que lastran demasiado el desarrollo de la historia. La escenografía, aunque funcional (lo mismo te muestra una sala de teatro, que te lleva a un bar, a un camerino o a una habitación), no define un estilo uniforme.

Sí, Off es imperfecta, necesita rodaje y respirar, pero el circuito de teatro alternativo, tan prolífero gracias/contra la crisis, necesitaba un homenaje así, desde el más infinito amor. Y, en fin… ¿Acaso existe la perfección?

P.D.: Pasaos por Nueve Norte. Merece la pena conocer la sala. Es coqueta, llena de posibilidades y regentada por gente valiente; porque abrir una sala off en estos días, es, desde luego, un acto de valentía.

OFF

Dramaturgia y dirección: Marcos Fernández Alonso

Intérpretes: Antonio Romero, Nagore Germes Alfaro, Mónica Caballero, María Segalerva y Marcos Alonso

Producción: Materialmente Imposible y Nueve Norte Diseño de luces: Juanjo Hernández Escenografía y vestuario: Itziar Hernando

Diseño gráfico: AlessandroTalarico

NUEVE NORTE. MADRID.

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