La gallega Sufrida Calo vuelve cojeando del más allá para descubrir la única verdad que no fue capaz de recordar en vida: “Canta rancheras”.
Elena Lombao se calza unas flores en la cabeza y se pinta un entrecejo un día de verano por aburrimiento.“¡Sufrida Calo!” se dice con acento gallego. La madrileña se hace tanta gracia que decide poner el personaje en pie. Y hacerlo a través de un concierto de rancheras.
Lo estrena en el primer Hija Que Seca Fest. Por probar, por diversión. Y se da cuenta que aquí está pasando algo importante.
Continua desarrollando el personaje a través de las rancheras en el Café Berlín, sede del monólogo musical o concierto monologal.En este punto es cuando se alía con Borja Echeverría para poner orden al caos.
Ahora se mete de lleno en el teatro con Sufrida Calo. Aprendiendo el nuevo código y aportando años de experiencia en procesos creativos y logísticas narrativas.
Sufrida Calo es un personaje fascinante, romántico, y cojo que merecía un espectáculo para contar su historia. Y para ello, qué mejor que el Teatro Lara y su acogedora salita para comenzar la andadura de esta mujer fascinante con muchas cicatrices pero muchas ganas de seguir cantando.
SUFRIDA CALO
Dramaturgia y dirección: Borja Echeverría y Elena Lombao
Intérprete: Elena Lomboa
Equipo técnico y artístico: Borja Echeverría, Ángela González, Marino Zabaleta, Ana Carrera, Ignacio Lombao y Riki Blanco.
OFF DEL LARA. MADRID.