Las princesas del Pacífico son Agustina y Lidia, tía y sobrina. Dos personajes que pasan de vivir completamente al margen de la sociedad a verse inmersas de lleno en ella con la llegada de un premio que las invita a pasar unos días en un crucero con motivo de la celebración de fin de año.
La dependencia entre seres humanos, la violencia televisiva, la fragilidad de las personas y el hecho de ser un producto de la sociedad y no un ser independiente con voluntad propia son algunos de los temas que nos encontramos a lo largo de este viaje dirigido por José Troncoso.
En el texto, exquisito a la par que sencillo y sin grandes pretensiones, predominan las repeticiones, que dan peso a la complicidad entre las protagonistas; el léxico erróneo de Agustina, que tuvo a un hombre que yo tenía sentado a mi lado desternillado durante toda la obra, y la hipérbole, que subraya la sensación de universo esperpéntico ("con una horquilla te hundo el barco").
Esta pieza de teatro físico y bufón contemporáneo establece una relación con el espacio y movimiento creativa e inteligente que recuerda a la escuela lecoquiana. El universo deforme que se nos presenta consigue situarnos con distanciamiento como espectadores, para posteriormente sorprendernos a nosotros mismos permitiéndonos la licencia de reírnos abiertamente de las desgracias ajenas que se emiten sin parar en la televisión de la pequeña y mugrienta salita de estar de Agustina y su sobrina Lidia.
La estructura funciona, aunque hubo una transición en concreto que me provocó preguntas a cerca de la intención de los creadores, la de la escena de la Nochevieja lluviosa en la que Agustina busca a Lidia en cubierta, la escena de "el bufé".
De la interpretación de las actrices, en Alicia Rodríguez cabe destacar la complicidad con el público y su capacidad para inscribir la tragedia dentro de la comicidad del personaje, algo que me conmovió. A su vez, la inocencia y fragilidad de Belén Ponce de León me resultó irresistible, y me enamoré del personaje al momento. Ambas tienen una cosa que me ha resultado difícil encontrar en actores españoles implicados en los territorios del clown, cabaret o bufón: miran a los espectadores de verdad, y se dejan alimentar por ellos, reaccionan a sus miradas e interpretan desde ese estado.
El final nos deja con las ganas de saber más, ¿qué será de estas dos mujeres mañana?
Como Angélica Lidell menciona en su libro El sacrificio como acto poético: "La sociedad, tan ávida de violencia televisiva, bulímica de violencia informativa, es la misma sociedad que escupe contra la violencia poética, que es un acto de resistencia contra la violencia real. El cuerpo en escena debe ser horrendo, deforme, con el objetivo de hacer ver al espectador su situación privilegiada sobre la tierra. Debemos destruir con nuestro cuerpo su obeso sentimiento de superioridad".
Las princesas del Pacífico consiguen hacer violencia poética, y consiguieron provocar lo que yo llamo (y muchos más) "La Magia del Teatro".
LAS PRINCESAS DEL PACÍFICO
Un espectáculo creado por José Troncoso, Alicia Rodríguez y Sara Romero
Dirección: José Troncoso
Intérpretes: Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León
Iluminiación: Juanan Morales
Fotografía y gráficas: Ignacio Ysasi
Producción: Kike Gómez (Padam Teatro)
SALA KUBIK FABRIK. MADRID
Visto en marzo de 2016
Actualmente, de "gira-crucero" por España. Toda la información en PADAM Producciones