Hay veces que uno desearía poder aumentar la capacidad de todos sus sentidos para absorber todo lo que una propuesta, potente, valiente, honesta y arriesgada ofrece al espectador.
El burlador de Sevilla en el montaje que se puede ver hasta el 29 de noviembre en el Teatro Español, ofrece todo lo antes citado y mucho más, es un copioso regalo para los sentidos, que no dejará a nadie indiferente.
El Burlador de Sevilla atribuido a Tirso de Molina trata sobre el mito de Don Juan. Dario Facal potencia al mito de todos los rasgos humanos que vertebran su esencia, lo aleja del galán divino y lo acerca al hombre, lo baja a la tierra y muestra su poderoso físico , su sexualidad desbordante, su arrogancia, su egoísmo, unidos a su rebelión ante lo establecido, su falta de moral y su ética egoista, ya que lo único a lo que Don Juan atiende es a su deseo y para ello no le importa mentir, manipular o incluso matar.
Para conseguirlo, el director, va al centro del meollo, y desde que uno entra en el teatro, se va dando cuenta de que todo apunta a la más pura esencia ya que lo primero que vemos es el teatro casi desnudo, carente de adornos, casi en su esencia, con los elementos propios de él a la vista, como los focos, una grúa, unos cuantos micrófonos, unos instrumentos y una pantalla que ampliará, apoyará y sugerirá con diversas imágenes lo que sucede en el escenario. También nada más entrar ya vemos a los actores sobre el escenario, calentando, concentrándose, justo ese momento previo a adentrarse en sus personajes y dar comienzo a la ilusión.
A partir de aquí, arranca el viaje de Don Juan, donde me gustaría destacar lo increíblemente homogéneo que era todo, formando las partes el todo y viceversa, un microuniverso donde todo tiene su sentido y funciona orgánicamente.
La luz, la música en directo, envolvente, evocadora, sugerente y en ocasiones impactante, las imágenes creadas en el escenario, que en alguna ocasión me pusieron los pelos de punta por llegar a parecer cuadros pictóricos vivos. La interpretaciones, todas bien conjugadas entre ellas, todas apuntado en una misma dirección. La imponente carga sexual, que obviamente provocará , y a los más “puristas” puede que escandalice pero que se me hace necesaria. Y se hace necesaria porque aunque se intenten tapar, aunque el mito se haya disfrazado durante siglos de galanteo, la sexualidad es uno de los grandes motores tanto de Don Juan, como de las mujeres que este desea, y gracias a mostrarla claramente y bien cuidada, podremos comprender mejor el complejo universo de estos personajes.
Don Juan repite varias veces su famosa frase “que largo me lo fiáis “, pero aquí nada se fía largo, todo pasa , y antes de que se den cuenta llegará el 29 de noviembre que es el último día que El Burlador de Sevilla estará en el Teatro Español, así que anímense, desperecen todos sus sentidos, y acudan a ver este valiente montaje.
Atribuida a Tirso de Molina
Dirección: Darío Facal
Intérpretes: Agus Ruiz, Marta Nieto, Álex García, Emilio Gavira, Eduardo Velasco, Luis Hostalot, Rebeca Sala, Rafa Delgado, Manuela Vellés, David Ordinas, Alejandra Onieva, Diego Toucedo y Judith Diakhate
Ayudante de vestuario: Cristina Martínez Ayudante de escenografía: Cristina Otero Ayudante de dirección: Javier L. Patiño Asesoría de verso: Ernesto Arias Composición musical y espacio sonoro: Álvaro Delgado Diseño de vestuario: Ana López Cobos Diseño de audiovisuales: Iván Mena Tinoco Diseño de iluminación: Manolo Ramírez Pérez
Una producción del Teatro Español
TEATRO ESPAÑOL. SALA PRINCIPAL. MADRID
1 de octubre a 29 de noviembre de 2015 De martes a sábados 20:00 h. Domingos 19:00 h.