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Foto del escritorRedacción

'La empleada': Horror en el supermercado (documento cómico sobre las grandes superficies)



La empleada

Aquellos que vamos al teatro con regularidad sabemos que no siempre es fácil reírse con una comedia. Aunque el nombre del género mismo nos lleve a la antesala de la risa no siempre nos reímos; es más, incluso sufrimos igual que con la peor de las penitencias. Y es que no es tarea fácil manejar los resortes de la comedia, en todos los sentidos, más aún cuando se trata de un monólogo: un reto más difícil todavía. Tal vez pudiéramos llegar a pensar que hemos pagado una entrada para ver sufrir a un intérprete. Con La empleada no ocurre lo mismo, pues hay pocos momentos para aburrirse.

En La empleada Ana Peregrina nos adentra en un particular viaje a través del interior de un gran supermercado y nos lo muestra como si de un micromundo se tratara. Y es que a través de su relato éste se nos antoja como un mundo paralelo, inmerso en nuestra sociedad. Una ciudad, una selva de largos pasillos y estantes repletos de diferentes productos, un mundo de etiquetas, de precios, de ofertas y códigos de barras, reflejo todo de nuestra sociedad de consumo. Asimismo nos habla de los seres que pueblan ese mundo (consumidores y trabajadores), tal y como una analogía de las especies de animales salvajes de esa particular selva.

Interpretativamente Ana desarrolla sus personajes con cercanía y sin gestos estridentes, tal y como si hablara al público frente a una mesa camilla: íntima, real y con conocimiento de causa, pues son extraídos de la vida misma; de su vida.

Alguno de ellos, el que nos guía a través del resto de personajes, se nos muestra con cierto tono trasnochado, de asqueo ante la vida, de fingida indiferencia ante la propia frustración que nos muerde las entrañas, y por qué no, desde un semblante que en ocasiones bien podría recordarnos al de la mismísima Carmina Barrios. Todo esto, eso sí, desde una suerte de intuición cómica, que a su vez es enriquecido por su acento gaditano.

Como actriz y dramaturga, Ana afronta la ardua tarea de mantener la atención del público a lo largo de setenta minutos, sola en escena, peregrinando a través de los diferentes personajes que nos presenta durante el desarrollo de la obra. Estos resultan familiares, como poco nos son reconocibles, cómicos por supuesto, pero muy reales, tanto que atravesando la vestimenta de humor llegan a transparentarse las formas del drama. ¿No se manchan los géneros unos con otros cuando hablamos de verdad?

Sus historias son algunas tan surrealistas como creíbles, pues una cantidad muy significativa de ellas han sido extraídas de la vida y experiencia propias; sabiendo muy bien que no habla a tontas ni a locas. Ana Peregrina lleva el espectáculo adelante con muy buena nota, lejos de la frivolidad de quien habla por hablar, abordando el tema que trata con conocimiento de causa.

LA EMPLEADA

Autora y directora: Ana Peregrina

Intérprete: Ana Peregrina

Voces en off: David Tortosa, Alfonso Mendiguchía y Patricia Estremera

Ayudante de dirección y vestuario: Reme Gómez

Maquillaje, cartel y teaser: Aurora García

Iluminación: Joaco Arjona Espacio escénico: Germán Arjona

Coreografías: Eduardo Delgado Dirección de movimiento: Eva Rodríguez

Diseño gráfico y sonido: Manolo Pavón

NUEVE NORTE TEATRO. MADRID.


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