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Teatro breve y mínimo en Albolote


Certamen de Teatro Breve y Mínimo "Dramaturgo José Moreno Arenas"
José Moreno Arenas (centro) junto a los dramaturgos ganadores: Felisa Moreno Ortega y Juan Manuel Sainz Peña © Fotografía: Javier Milena

La localidad granadina de Albolote vuelve a erigirse en defensora de un género teatral genuinamente español: el teatro breve. Desde el Siglo de Oro, con los entremeses y los sainetes, las piezas cortas han sido un elemento muy valioso en la fiesta teatral. Hoy los denominados microteatros, continuadores del teatro por horas del siglo XIX, se nutren de este formato para configurar una programación alternativa al denominado teatro comercial.


La entrega de premios de la décima edición del Certamen dramaturgo José Moreno Arenas fue la fiesta del teatro breve en el auditorio del centro Fernando de los Ríos. Acto académico, protocolario y escénico, porque no faltaron las representaciones.


Las obras galardonadas con premios y accésit muestran en esta ocasión la preocupación de los autores contemporáneos por algunos de los grandes dramas del siglo XXI: la soledad, la incomunicación, el maltrato hacia la mujer o la incapacidad de nuestros contemporáneos para asumir sus deseos y sus impulsos vitales.


Juan Manuel Sainz Peña ha sido el ganador del primer premio de Teatro Breve. Felisa Moreno Ortega obtuvo el premio de Teatro Mínimo. Sus obras La caja azul y El premio fueron representadas respectivamente por los grupos Porfinteatro, dirigido por Chema Fuentes, y Teatro Alimoje que dirige Claudio G. Guglieri. Como colofón, el Grupo de Teatro del Ilustre Colegio de Abogados de Granada representó Las máquinas, obra de Moreno Arenas, dirigida por José Manuel Motos.


Gracias a la Fundación Francisco Carvajal, en cada edición se publican los textos premiados. El volumen de la décima también se presentó en la anual cita alboloteña. Además de las obras premiadas y ya citadas, incluye los accésit: Al fondo a la derecha, de Antonio Castro; Al cielo con ella, de Néstor Villazón; Un pecado de vanidad, de Juan Setién del Valle y Cara a cara de Ana Perea García. Completando el volumen, dos obras de Moreno Arenas: Las máquinas y El fino. El profesor, dramaturgo e investigador Miguel Ángel Jiménez Aguilar, es el autor del prólogo y en él leemos sobre el escritor que da nombre al certamen:


En la línea del teatro surrealista europeo, del esperpéntico, del teatro alegórico subversivo y de tantas otras corrientes dramáticas clásicas y modernas, gran parte de sus textos han sido publicados, representados y traducidos a diversos idiomas, sobre todo en los últimos años, de tal suerte que se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que José Moreno Arenas se ha convertido hoy en uno de los dramaturgos españoles de mayor proyección nacional e internacional.


El Ayuntamiento de Albolote presta su apoyo incondicional al certamen, que atrae a decenas de autores de España y Latinoamérica y del que es responsable Karma Teatro. La alcaldesa, Concepción Ramírez Marín, lo señaló una vez más:


He formado parte de varias corporaciones y todas, desde el principio, han apostado por la cultura y por los autores locales. Hemos creído en este apoyo y debemos dar la enhorabuena a los autores premiados y a Karma teatro por materializar las representaciones porque el teatro sin espectadores no es nada.


Con el teatro breve, o mínimo, se demuestra que no es necesario un gran aparato escénico o un tiempo de representación prolongado para transmitir al espectador una idea. Una historia sencilla, con una idea clara y concreta, se puede representar perfectamente en diez o veinte minutos y constituir un ejemplo de síntesis narrativa. Si el cuento o el relato breve tienen su lugar en la literatura y sus cultivadores destacados ¿por qué el teatro breve no ha de merecer igual tratamiento en la literatura dramática? Los cientos de dramaturgos que se han presentado en las diez ediciones de este certamen son el ejemplo claro del interés que suscita la modalidad y del afán por popularizarla. Los circuitos de exhibición antes citados proporcionan ahora la posibilidad de que este teatro no se quede solo en las antologías editoriales o en los reductos del teatro no profesional, sino que llegue también a su destinario natural: el público.


El cierre de la edición décima no puede tener mejor colofón que la apertura de una nueva: la undécima ya está en marcha. Dentro de un año tenemos cita señalada en Albolote.


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