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Yayo Cáceres: "El teatro es una ciencia exacta. Un puente”



Yayo Cáceres

Con una guitarra en una mano y una raqueta en la otra se acercó a Madrid a la busca de la palabra "cervantina". La encontró, y lo que vio, la gente que conoció, le deslumbraron. Fascinado -dentro de ron y fuera de lalá o al revés, que tanto da- se puso a contar una historia dentro de y fuera de bambalinas, arriba y debajo de escenarios. Y no piensa parar de hacerlo.

Nació en Corrientes.

Y sí… nací en Corrientes, para ser más exactos en Curuzú Cuatiá, que quiere decir "cruz grabada". Era la zona de entrada a las misiones jesuíticas y enterraban cruces grabadas en la tierra para marcar el límite.

Eso imprime carácter.

De ahí vengo… Es difícil explicar lo que sólo se comprende viéndolo. Solo puedo decir que el que va jamás puede sacarse de encima el hechizo o payé que ejerce esa tierra. Tierra de ríos, yacarés y un calor infernal. La luna es más luna allá en mi pueblo porque es como la boca del alma. ¡Ah!... Y no hablamos como se entiende que hablan los argentinos. Decimos lluvia y no "shuvia" entre otras cosas.

El color de Corrientes no lo tapan otros.

El color de Corrientes no lo tapan otros porque se graba para siempre en lo más profundo del que lo visita.

Vivió una infancia feliz, rodeado de mujeres. Eso es algo que se refleja en todos los ámbitos de la vida.

Por supuesto que marca. Una infancia rodeada de tías abuelas que fueron la primera sensación de ternura en mi vida. Hacíamos la vida en la calle y en los clubes donde coseché amigos que aún hoy reencuentro cuando voy.

Es curioso –o tal vez no- ese sentimiento tan hogareño en alguien que ha viajado tanto.

Creo que es lógico que se acreciente ese sentimiento “de pueblo” cuando uno más se aleja. Digamos que, en este mundo cada vez mas globalizado por las nuevas tecnologías, la música de mi tierra, entre otras cosas, es como tener una especie de “Babia particular”. Como me dijo mi amigo El Chojín alguna vez: "Si quieres ser universal, ¡pinta tu aldea!".

¿No tiene miedo a abusar del recuerdo? ¿A depender de él?

No. Ningún miedo. De hecho, los recuerdos son lo único cierto que tenemos y además podemos fabular sobre ellos y hasta rehacerlos cada vez para soportar la vida.


Yayo Cáceres

Por otro lado, la nostalgia bien puede ser una actitud, una manera de ir por la vida.

Es una manera de ser, sí, de acuerdo. Y, además, una manera de sublimar en el arte, que está hecho para que los hombres encontremos la magia.

Incluso en su fascinación con el teatro clásico encubre un placer por los vínculos con el pasado.

Creo que si algo ha sucedido con el idioma del Siglo de Oro, entre otras cosas, es que se quedó allá y en el campo, donde aún hoy podemos encontrar palabras y maneras del idioma aquel, que se usan de manera corriente en lo coloquial de mi gente. El chamamé (la música de Corrientes) es aún hoy una forma de juglaría popular donde se deja registro de las historias o de los oficios perdidos o de la vida rural, y todo huele a esas formas del idioma. Recuerdo en una de las lecturas de El Quijote que conocía palabras y modismos usados entonces, que reconocía porque se siguen usando allá. "No ha de..." o "No me hallo". Qué se yo… expresiones que han sobrevivido en la cultura popular y en las canciones.

¿"La Cervantina no tiene cura”?

Bueno… La Cervantina no debe tener cura. ¡Cervantes es Patrimonio de la Humanidad! Y tenemos la suerte de que es un escritor genial! ¡Y que ha escrito en castellano para fortuna de todos nosotros!

Es verdad. Es llamativo cómo Ron Lalá ha reivindicado la fascinación por Miguel de Cervantes por encima de El Quijote.

¡Sí! ¡Es cierto esto que dices! ¡Lo hemos logrado! Y estamos felices todos los “ronlaleros" de formar parte de este proyecto con la CNTC. Todos nosotros lo amamos (Daniel Rovalher, Íñigo Echevarría, Juan Cañas, Miguel Magdalena y Álvaro Tato) y tenemos la suerte de contar con Álvaro que es, a mi juicio, una de las personas mas lúcidas y conocedoras del idioma que conozco. Por mi parte, no sólo vine a buscar a Cervantes, si no a Lorca, a los Machado, a Valle-Inclán y a todo aquello con lo cual nos educaron en una época en que la educación pública argentina era modélica.

No sé quién dijo que Cervantes, o esa parte de él que es Alonso Quijano, no acaban nunca, ni serán definitivos jamás, porque en el fondo les estamos creando entre todos y seguimos y seguiremos haciéndolo.

Pues… Opino, como dijo Íñigo alguna vez, que hacen falta más Cervantes. ¡Yo elijo, además, creer que el Quijote existió! Siempre elijo lo mágico. En el fondo somos como niños que necesitamos seguir creyendo en la magia, y la buscamos de manera permanente. ¿Donde están las respuestas? Yo creo que en el arte. Siempre en el arte, en la cultura. Otra sería nuestra sociedad si viviéramos mas rodeados y en contacto con el arte.

Que se encuentra en todas partes...

De hecho vivimos rodeados de actos poéticos. Una madre que mira a su niño y siente lo que siente, es un acto poético. Un amanecer o una puesta de sol, también lo son. El tema es, ¿qué hacemos con eso? Para mí… educar a través del arte. La educación y la cultura son las alas del hombre. No tiene otras más que esas para volar por sobre la mediocridad.


Cervantina

Cervantina

Le he leído por ahí que hay una fórmula perfecta para conectar con el público: “hacer los deberes adecuados”. Dicho así, parece fácil.

Estoy seguro de que hay que hacer los deberes adecuados, pero no se si hay una fórmula única. Es más… creo que el teatro “es una ciencia exacta”. Un puente. Hay que dar con las fórmulas de ese puente que es uno cada vez, y cada montaje. Lo cierto es que los montajes cobran vida y nos piden lo que necesitan para vivir. Entonces, si no somos capaces de borrar nuestro EGO y desaparecer detrás de la obra, es probable que nos estemos equivocando. Y mientras digo ésto me acojona decirlo así tan abiertamente y tan seguro porque en el fondo creo que entraña un profundo misterio, y quizás sea como dijo Borges, que "el éxito o el fracaso son anteriores al suceso".

¿Y cuándo surge lo inesperado?

Lo inesperado surge siempre. Lo malo suele ser que no nos preparamos para ello y queremos tener todooo bajo control. Es más, cuando un director llega a un montaje con el montaje cerrado, creo que es la mejor manera de matar el teatro.

Un tal Paul McCartney dice que de todas sus facetas la que no cambiaría por nada es sentarse a componer y que aún le sigue maravillando que le sigan viniendo canciones. Da la sensación que a usted le pasa igual.

Jajaja. Ojalá le llegara a la suela de los zapatos al gran Paul. Uno de los tipos que más me conmueven con sus canciones. Ahora, contestando la pregunta, sentarse a componer es convocar esa magia de la que hablaba antes. Intento hacer algo cada día si es posible. Es absolutamente mágico que salga y sorprende siempre. Espero que no se acabe nunca. Crear, si es que algo creamos, es tocar una dimensión diferente de la vida. No tiene explicación y tampoco tiene precio poder hacerlo. Hay otra cosa que creo que se debe decir aquí y es que estamos compartiendo lo mejor que tenemos los autores de canciones, compartir nuestras canciones.

¿Qué canción le hubiera gustado componer y por qué?

“Mariavamediterraneomoonriverlacalandriaheretodaysupremacymonologodelsauceelvalleyelvolcanzambaparaolvidarteconstruccionteamoluiza”. Pues… ¡Esa! ¿Por qué? Porque me conmueve en lo más profundo del ser.


En un lugar del Quijote

En un lugar del Quijote

¿Su canción de siempre?

Monólogo del sauce de Antonio Tarragó Ros. Porque la escuché con nueve años y no supe qué me pasaba, pero me pasó algo completamente diferente a lo que había sentido jamás.

¿Su canción de nunca?

Cualquier canción alegre.

Dijo Quino, en una ocasión, que los Beatles le habían arruinado musicalmente. ¿A usted le ha pasado lo mismo con el chamamé?

Sí, a mí el chamamé me ha arruinado la vida porque no puedo vivir sin él.

Se tarda una vida en componer una canción de un par de minutos y que parezca que se ha hecho como si tal cosa. Algo parecido pasa con los espectáculos de Ron Lalá: su naturalidad y complicidad parecen innatas, adquiridas, sin esfuerzo o reflexión.

Sí, uno ve a Federer jugar tenis, parece fácil. Lo que no se ve son las horas y horas de trabajo que hay detrás. De eso se trata… trabajo y coraje. El talento no es nada más, ¡y nada menos!, que un don, y es igual de importante el coraje.

¿Usted entró en Ron Lalá en una época en la que vino a Madrid por, como quien dice, “un rato”?

No. Entré para quedarme porque fui a un ensayo y vi oro. También debo decir que ellos entonces hacían poemas con música. La idea fue entonces comenzar a hacer teatro y aquí estamos dieciséis años después.


Cervantina

Cervantina

El “ronlalaismo” ha llegado a los Teatros Luchana con Comedia multimedia, un espectáculo sobre las redes sociales en el que, curiosamente, lo más tecnológico que se usa es un ukelele.

Eh… Debo aclarar con letra mayúscula aquí que esto NO es un espectáculo de Ron Lalá. No lo es. Nos ha supuesto algún contratiempo la confusión y hemos aclarado por activa y por pasiva este asunto. Somos Álvaro y yo que, junto con Inma Cuevas, nos hemos largado a este experimento llamado Comedia multimedia. Y por supuesto que lo mas tecnológico que usamos es un ukelele… lo otro sería lo previsible.

Comedia multimedia es, si me permite, Matrix escrita por los hermanos Marx y representada en el Cabaret de Bob Fosse.

¡No lo hubiera definido mejor!

La función sería otra sin la explosión de Inma Cuevas, que se convierte en una Liza Minelli elevada a la enésima potencia y hace que estallen el escenario y el patio de butacas.

Inma es una gran, gran actriz y versátil. Es una suerte y un gusto trabajar con ella. Es efectivamente una Liza en su momento solista y creo que puede hacer lo que quiera y cuando quiera. No hay tantas. Además, trabajadora hasta el cansancio, y en cada función lo da todo y más. Da gusto el teatro así. Repetiré con ella tanto como me deje.

Eso sí, perfectamente escoltada por Jacinto Bobo, David Ordinas y Fran García, un trío de Joel Greys.

Debo hacer una salvedad aquí y es que David es una incorporación de este último tramo de trabajo, pero Fran y Jacinto han formado parte de la gesta de esto, es decir que han estado conmigo y con Álvaro desde el minuto uno, aportando y trabajando en las canciones y en los ensayos de manera incansable. Lo aclaro porque nosotros somos mucho de cambiar sobre la marcha, probar, tirar, reescribir, cambiar de lugar las cosas, en fin; que cada ensayo es un reto y un “a ver qué pasa hoy”. Esto hubiera sido imposible sin Inma, Jacinto y Fran. No me quiero olvidar de Francesco, que se fue, pero que también estuvo en el proceso. David ha llegado para incorporarse a la temporada de los Luchana y su llegada ha supuesto otro salto más para el espectáculo, pero la gestación de todo ha sido obra del esfuerzo conjunto. El teatro es al fin y al cabo eso… una profesión de fe mutua y un acto plural.


Comedia multimedia

Comedia multimedia

Salgo de Comedia multimedia conmocionado. Es, al fin y al cabo, una predicción sobre "El amor en los tiempos del byte".

Pues sÍ. Lo único a lo que aspiro es a que, en unos años, no nos dé lo mismo besar una boca en directo que en una pantalla de móvil.

Es curioso que lo que se compraron Mark, Steve y Bill con sus miles de millones ganados conectando al planeta fue tiempo y el derecho a desconectarse, el derecho a pescar.

¡Pescadores de hombres!

Eso sí, cuando todo acabe, siempre quedará el teatro. ¿ Estará allí?

Ojalá termine mis días dirigiendo o componiendo. Firmo ya.

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