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Luis Sampedro: "El teatro enseña a pensar, a tomar decisiones y a resolver a través de la acció



Luis Sampedro

Comienzan las clases y el teatro es el mejor escenario para la enseñanza de cualquier asignatura. Este es el postulado que formula el actor y profesor Luis Sampedro en su Manual de teatro para niñas, niños y adolescentes de la era de Internet, que acaba de publicar la editorial Alba.

¿Cómo surge la idea de hacer este libro?

Trabajo para estas edades desde hace más de 30 años a través de diferentes programas, primero en Mendoza, luego en Buenos Aires y ahora en Madrid, y he tenido la ilusión de que esa experiencia no sea solo mía, de compartir lo que he aprendido sobre cómo generar una pedagogía activa a partir de recursos teatrales. Y un modo de compartir ha sido ir escribiendo y reflexionando continuamente sobre lo que pasaba en cada clase con los diferentes grupos de estudiantes. Esta idea nació cuando estudiaba Magisterio y he perseverado en ella. En la juventud se te ocurren buenas ideas que pueden construir tu vida. Algo así me pasó a mí.

¿Tu formación es a dos bandas? Como mínimo. Podría decir que me formé en actuación, lo que sería hoy una licenciatura en Actuación y en Pedagogía, profesor de enseñanza primaria. Y participé de un proceso muy importante por el que se crearon profesorados de arte dramático en diferentes lugares de Argentina y se incluyó el teatro como disciplina en el área artística de la educación pública.

¿Qué es una pedagogía activa?

Una manera de llevar la clase que implica que los estudiantes se muevan, estén de pie, trabajen en grupos para generar el aprendizaje, resuelvan casos concretos. Es una burrada tener a niñas, niños y adolescentes sentados más de 30 minutos. Les estamos haciendo creer que aprender es estar sentados y que para pensar hay que estar quietos y callados. Aprender es experimentar, y pensar la mayoría de las veces implica actuar. Entrar en acción. El manual que hemos publicado en Alba tiene una cantidad importante de ejercicios como para sacar a los estudiantes de su pupitre y que entren en situación para resolver. Construir pensamiento – acción- espacio.

¿Qué edades abarca? Es una didáctica completa con proyectos teatrales para trabajar desde los 4 a los 17 años, y teniendo en cuenta este aspecto me arriesgo a decir que es un material no fijado hasta ahora en un manual, al menos que yo sepa.

¿Cómo has organizado el libro? Primero me interesó definir un marco conceptual. El teatro enseña a pensar, a tomar decisiones y a resolver a través de la acción. Por eso elijo el marco de las "Inteligencias múltiples" de Howard Gardner, que describió ocho tipos de inteligencias. Este modelo es inclusivo, por cuanto se fija en las diferencias de los estudiantes y en su potencial. Luego, por edades, he ido seleccionando los ejercicios que me parecen más apropiados según las conductas previstas. Para 4 y 5 años el teatro es una posibilidad de sembrar hábitos afectivos saludables y sensibilidad estética. De 6 a 11 años propongo que el teatro sea el escenario para dar sentido a todo lo que se aprende en la escuela, y por eso lo he vinculado a todos las disciplinas escolares, es decir, con lo que aprendemos resolvemos ficción y generamos una realidad que es teatral. De 12 a 13 años intento que el teatro sirva para que los adolescentes se reconozcan y encuentren en una manera de vincularse con la sociedad. Y de 14 a 17 he buscado las formas teatrales que mejor estimulan, a mi criterio, la creatividad, el sentido de pertenencia y la proyección de estilos de vida.

¿Qué es eso de proyección de estilos de vida?

A través del ejercicio teatral continuo, como la práctica de un deporte, formamos el hábito de ponernos en diferentes roles y eso nos ayuda a tener referencias más amplias para proyectar nuestros deseos y aspiraciones. Nos ponemos en el lugar de muchos personajes y desde ese lugar de ficción vamos creando pautas de libertad para la vida. Una niña, María, de tercero de primaria, tenía una voz inaudible. Hicimos un día un ejercicio donde ella era vendedora ambulante. Tenía que golpear una supuesta puerta y del otro lado salía un compañero o compañera y ella tenía que ofrecerle los elementos que contenía su estuche. Como nadie la escuchaba, pedí que sus compañeros hablaran tan bajito como ella. Ella tampoco los escuchaba, y se fue generando un efecto sobre todo gracioso de gestos y más gestos. Sobre todo María, y todos, reíamos, y desde la risa fue hablando más fuerte para provocar que sus compañeros también lo hicieran. Terminó soltando la voz casi gritando y sus compañeros le respondían también con más y más volumen, gritos a coro.


Manual de teatro para niñas, niños y jóvenes de la era de Internet

¿La tutora estaba presente?

Sí, y felicitó a María, y tomó como referencia a partir de ahí la experiencia para que su voz se siguiera escuchando como en la clase de teatro. Otra María, esta vez de sexto de primaria, con un gran impulso de líder, resolvía todo tan velozmente que no dejaba hablar a sus compañeros, que se iban molestando con ella. Terminaban diciendo: "hazlo todo tú". Hicimos un ejercicio donde uno era el titiritero y los demás eran los muñecos, y una sola persona hacía mover al grupo. Pasaron por el rol de mover al grupo todos los integrantes de cada equipo. El trabajo era simultáneo en cinco grupos de cinco personas. Cuando terminamos el ejercicio de improvisación y finalizó la clase, María explicó que ella se había dado cuenta de que todos en su grupo tenían muy buenas ideas y que ella a veces no se daba tiempo a sí misma para escucharlos. Que no sabía bien por qué estaba siempre apurada. Su reflexión fue tan sincera que toda la clase la aplaudió y a partir de allí su actitud fue más tranquila y comenzó a valorar el momento de escuchar a todos. Pues una buena idea puede venir de cualquier persona. En ambos casos las Marías ganaron una referencia para la vida.

¿En España el teatro está incluido en la escolaridad? No. Lamentablemente no. Existe el contenido de dramatización, en primaria, que lo enseña el tutor, quien muchas veces se ve arrastrado por otras asignaturas y no destina este tiempo para hacer teatro, y además no tiene la formación específica para desarrollar este recurso con sus estudiantes. Pasa lo mismo con Plástica, que al no estar impartida por un especialista se reduce su impacto para desarrollar pensamiento creativo. Solo queda la música, y es muy poca su carga horaria. Madres y padres se ven obligados a contratar las actividades extraescolares. Y pagarlas de su bolsillo. En este sentido la educación en España no es completa ni integral. Si quieres que tu hija o tu hijo se forme en aspectos fundamentales para su presente y su futuro lo tienes que pagar aparte. Y algo aún más delicado es que esos espacios no cuentan con el aval del Ministerio, y nadie sabe qué calidad tienen. En la mayoría de los casos está tercerizado. Y en la escolaridad media también es gravemente insuficiente el espacio que se le asigna al arte.

¿En Argentina cómo es?

Hace ya 30 años que se incluyó el Teatro como una asignatura dentro del área artística. Y además existen numerosos programas de complementación escolar que tienen como eje las artes y el teatro. Hay escuelas secundarias que dan títulos de Bachilleres con orientación artística en teatro y multimedia. Los adolescentes pueden elegir. Y en todas las escuelas es obligatorio por ley, porque forma parte de los contenidos mínimos, la enseñanza de un ciclo formativo de teatro.

¿Por qué el teatro debe estar en la educación? Favorece mejor que ningún otro recurso el pensamiento en situación, que es el pensamiento más cercano a la vida real. Potencia la creatividad, ya que ofrece continuamente la posibilidad de resolver situaciones poniendo en juego las escalas de valores y los conocimientos. Construye fuertes vínculos y sentido de pertenencia a las instituciones, y forma trama social positiva e inclusiva, ya que todos tienen algo para aportar y para realizar una experiencia creativa en equipo. El teatro nos permite sentirnos útiles y descubrir a edades tempranas que sí valemos.

¿Estás trabajando actualmente en las aulas? Sí. No he dejado el aula. Es una de las tareas que más me gusta. Estar allí colaborando para que las personas se descubran por encima de sus prejuicios. Actualmente trabajo en la Fundación Yehudi Menuhin, a través de la cual tengo acceso a escuelas primarias y medias del Estado. Desarrollamos un programa de formación de valores a través del arte. También trabajo para la Fundación Carmen Pardo Valcarce, en el proyecto Campvs, con jóvenes con discapacidad intelectual que se forman para completar un estudio equivalente a su formación media o una formación profesional. Y el teatro les ayuda a descubrir su potencial expresivo y creativo, a confiar y a reparar. Y además trabajo para Actividades Culturales de la Universidad Pontificia Comillas en talleres de teatro y oratoria para la formación integral profesional.


Luis Sampedro

¿Y el teatro de la vida? Todo esto es Teatro de la Vida. Tengo mi estudio en La Latina, donde también ofrezco cursos de entrenamiento para actores, de complementación profesional y para jóvenes especiales. Y también hacemos pases privados de obras de teatro.

¿Cuál es el destino de este libro?

Deseo que llegue a todas las bibliotecas de las escuelas, porque creo que es un material de consulta importante para docentes de todas las disciplinas. Con su lectura pueden darse cuenta de lo sencillo que sería generar una unidad de trabajo con estos recursos vinculada a sus asignaturas. También me gustaría que esté en la biblioteca personal de maestros, profesores y pedagogos, y que estos se sumaran al ejercicio de una pedagogía activa que acostumbre a los estudiantes a pensar haciendo en el espacio y no reducirlos al plano. El destino es el aula, y para eso necesito a otros docentes que quieran experimentar estas propuestas. Las hay muy sencillas y más complejas, es cuestión de elegir y probar.

¿Un sueño?

Soy muy ambicioso con mis sueños. Eso lo aprendí haciendo teatro. Sueño con una escuela que quiera probar estos ejercicios. Una escuela que elija el teatro como un diferencial dentro de la oferta educativa que propone y que podamos verificar la influencia de este modo de trabajo en el desarrollo de las personas año a año. Una escuela que quiera liderar la inclusión del teatro como asignatura en la educación formal española y europea.

¿Qué imaginas que pasaría?

Surgirían personas con un entrenamiento intelectual mucho mayor del que generamos hoy en la educación formal. Con una inteligencia afectiva y emocional más desarrollada. Con un potencial creativo favorable para resolver la vida. Con un nivel de libertad mucho más humano. Personas más felices y con herramientas para construir felicidad. Creo que la felicidad más que "don't worry, be happy" es estar comprometido en la construcción de un mundo mejor. Y esto se debe enseñar en la escuela.

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