top of page

Hermanas López Segovia: "A Teresa le iba a dar algo, tener que aguantarnos a las tres"

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 28 mar 2016
  • 12 Min. de lectura


Ana López Segovia y Rocío Segovia

Ana López Segovia y Rocío Segovia

En la redacción nos sorprendió comprobar que las hermanas López Segovia estrenaban simultáneamente en Madrid: Rocío Segovia su espectáculo Mujeres de la Historia en el Off de La Latina, y Ana López Segovia y Alejandra López (componentes de la compañía Chirigóticas) Juanita Calamidad en Teatros Luchana. Rápidamente avisamos a Ana Peregrina, paisana y amiga (lo segundo lo desconocíamos) y le propusimos que las entrevistara.

ROCÍO SEGOVIA

Cuéntanos, ¿Por qué decides ser actriz y cuánto ha influido que tus hermanas mayores lo sean?

Realmente el teatro siempre ha estado muy presente en mi casa. Cuando Ana y Emilio (mis hermanos mayores) comenzaron a hacer teatro yo tendría 2 o 3 años. Unos años más tarde empezaron a llevarme a los ensayos (igual tenía 6 o 7 años) y me lo pasaba pipa. Me encantaba ver el proceso de creación y me sabía los textos de todos los personajes. Recuerdo que siempre estaba deseando que alguien se pusiera malo para sustituirle yo. Al final me conformaba con hacer belenes en el colegio y me lo tomaba muy en serio, jajaja.

Años más tarde me metí en el grupo de teatro de la universidad, donde hicimos un montaje a partir de improvisaciones que partían desde un mismo tema: los sueños, bajo la dirección del gran José Troncoso. Fueron unos años increíbles, conocí a personas maravillosas y me sentía bastante realizada pero, entonces, yo estaba haciendo el bachillerato artístico y pensaba que esa era mi verdadera vocación. Al tiempo, en una crisis existencial que tuve pensé: "¿Con qué es con lo único con lo que yo he madrugado y no me ha importado? El Teatro". Y así fue como decidí hacer las pruebas para entrar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, en medio de un mar de dudas, porque también tenía miedo a que realmente no fuera lo que quisiera hacer y que me estuviera dejando llevar por seguir la estela de mis hermanas que, ya por entonces, habían comenzado su andadura con Chirigóticas.


Rocío Segovia

Rocío Segovia

Mujeres de la Historia, ¿de dónde nace? ¿Por qué decides montar un espectáculo unipersonal?

Mujeres de la Historia ha ido gestándose muy poco a poco, casi sin darme cuenta. Resulta que desde hacía muchos años salía con Anita, mi amiga del alma, en carnaval, pero en 2013 ella no pudo salir y decidí hacer un romancero de Juana la Loca. Pensé que me podría venir bien para mi formación como actriz salir sola y experimentar. El romancero tuvo un éxito rotundo, muchísimo más del que nunca hubiera imaginado. El colmo fue cuando, casi a la fuerza, impulsada por varios compañeros, me presenté a un certamen de microteatro en Sevilla y lo gané. A partir de ahí comencé a girarlo por todo el panorama nacional teniendo una gran aceptación. Pero claro, tenía el hándicap del tiempo, el romancero era demasiado corto, lo que limitaba mucho a la hora de llevarlo a más salas. Es entonces cuando decido crear un espectáculo más largo, basado en romanceros de carnaval pero que tuviera los elementos propios del teatro; creación de personajes, dramaturgia y dirección. Un proyecto de tal calibre suponía demasiada carga de trabajo para una sola persona, además de la dificultad añadida que conlleva el dirigirse a una misma. Es aquí cuando se une al proyecto Javier Durán, que me propone una dramaturgia realista y cercana que conecta a esas Mujeres de la Historia con nuestro presente cotidiano.

¿En qué podemos diferenciar la forma de interpretar un romancero en la calle en pleno carnaval a hacerlo sobre el escenario? ¿En que lo diferencias tú?

El espacio y las condiciones dadas principalmente. No es lo mismo actuar en medio de la calle en carnaval que en un escenario, a mi parecer, los códigos no son los mismos. El Carnaval de Cádiz es una fiesta, y como en cualquier fiesta, se bebe, se improvisa según vayan aconteciendo las cosas, uno está más dado al cachondeo, puede decirse que hay menos responsabilidad, aunque esté claro que siempre la hay porque siempre hay que respetar al público que se para a escucharte, pero podría decirse que debido a las circunstancias, el público es más transigente. Sin embargo en el teatro todo cambia, hay dos espacios claramente diferenciados; el público que ha pagado para ver una representación y las personas que trabajan para ofrecer un espectáculo de entretenimiento. Sí es cierto, por otro lado, que la esencia del romancero del carnaval no puede perderse por mucho que se lleve al escenario, está bien que tenga un tratamiento, pero la esencia debe estar, si no dejaría de ser un romancero y perdería parte del encanto. Es como si le aplicásemos un filtro de Instagram, jaja.


Mujeres de la historia

Mujeres de la Historia: Rocío Segovia

¿Cómo es el proceso de construcción de estos personajes tan alejados a la época actual?

Al tratarse de romanceros de carnaval el proceso es muy divertido. El romancero busca la caricaturización de los personajes, humanizarlos de alguna manera. Y aunque siempre se parte de la vida real de los personajes sobre los que se vaya a realizar el romancero y se hace una trabajo de documentación muy profundo, se juega con desmitificarlos de alguna manera, traerlos al mundo cotidiano, con los mismos miedos, inquietudes, maldades o pensamientos que podemos tener el resto de personas.

Vemos que trás el éxito de tu romancero Juana la loca, ganando incluso un premio de microteatro en Noche de Repálagos 2013, has empezado con muy buen pie tu andadura con Mujeres de la historia. Pero, ¿ te has planteado alguna vez trabajar con tus hermanas en Chirigóticas?

Pienso que mis hermanas y yo estamos en dos puntos muy distintos en nuestras carreras. Ya dije antes que Ana lleva haciendo teatro desde que yo tengo dos años, y Alejandra lleva otros tantos. Yo, sin embargo, no hace ni dos años que terminé la escuela, tengo mucho que aprender todavía. Además de esto, Chirigóticas es un proyecto en el que no solo trabajan mis hermanas, sino que lo componen más personas. Ellos llevan mucho tiempo trabajando juntos y tienen un lenguaje y una forma de trabajar ya establecida. Por supuesto que me encantaría trabajar alguna vez con mis hermanas, ya no solo en Chirigóticas, sino en cualquier otro proyecto, pero creo que ahora mismo no es el momento.


Alejandra López, Ana López Segovia y Rocío Segovia

Alejandra López, Ana López Segovia y Rocío Segovia

¿Te ves reflejada en tus hermanas?

Somos hermanas, nos han dado la misma educación y los mismos valores y, evidentemente, eso está y se nota. Además, tenemos toda la historia del carnaval detrás que también nos une y sería absurdo negar lo innegable. Aun así pienso que aunque nos demos un aire, somos muy diferentes entre nosotras. Por otro lado, me gusta cuando alguien me dice que me parezco a ellas, no dejan de ser un espejo en el que mirarme, aunque haya decidido tomar mi camino y buscar mi propia identidad.

¿Tienes pensado venirte aquí a Madrid a seguir aqui tu carrera?

No lo descarto, pero ahora mismo creo que Sevilla tiene todavía mucho que ofrecerme. Estoy trabajando con un equipo maravilloso ahora mismo, la compañía Noche de Repálagos, en la cual participo como actriz, guionista, hacemos todas las semanas, entre otras cosas, noches de microteatro, con una gran afluencia de público y una gran aceptación, sobre todo, entre el público joven. Pero ya digo que no lo descarto, la compañía me da mucha flexibilidad a la hora realizar otro tipo de trabajos y pienso que en la etapa en la que me encuentro es importante y necesario estar en varios proyectos para seguir creciendo como actriz y artista en general.

¿Cómo es coincidir en la cartelera madrileña con Chirigóticas?

Es muy, muy bonito, un placer y una responsabilidad. Pero que estemos trabajando en los tiempos que corren siempre es una alegría. Espero que sea la primera vez, pero no la última.

*****

ANA LÓPEZ SEGOVIA Y ALEJANDRA LÓPEZ

Empecemos por antes del incicio de Chirigóticas. Cuéntame cómo se gesta. Ese periodo de la prehistoria antes de que Antonio Álamo se cruzara en vuestro camino.

ANA: Nosotras estábamos en la compañía de teatro de la Universidad de Cádiz, y desde siempre nos habían atraído las agrupaciones callejeras del carnaval, porque veíamos que tenían un componente teatral enorme. Nos encantaba. Y un día decidimos hacer una, y tirarnos a la calle unos carnavales. Los carnavales de 1997, concretamente. Éramos nada más que “niñas”, porque los “niños” de la compañía no se animaron a salir. Y así nació La Chirigota de las Niñas. Luego, con el tiempo, un pequeño grupo dentro de la chirigota (las que queríamos dedicarnos al faranduleo profesionalmente), empezamos a hacer contratos fuera de las fechas de carnavales, intentando darle a la chirigota un formato más teatral. Actuábamos en bares, en salas pequeñas, en festivales flamencos… A la vez, cada una seguía su formación teatral en escuelas de Madrid, de Granada, de Sevilla. También empezamos a hacer nuestros primeros trabajos profesionales en compañías de teatro.


Ana López Segovia

Ana López Segovia

¿Que ve antonio Álamo en vosotras y como decide hacer un espectáculo teatral y dar vida al primer montaje Chirigóticas?

ALEJANDRA: José Monleón le propuso a Antonio Álamo un espectáculo basado en los carnavales de Cádiz de antes de la Guerra Civil para inaugurar su teatro en Leganés. Antonio anduvo indagando sin encontrar nada que le convenciera, hasta que dio con nosotras. Le gustaron nuestras letras, el mundo femenino, golfo y transgresor, nada convencional que había detrás de ellas. Y empezamos a montar el espectáculo, en base a una dramaturgia hecha por Antonio sobre tres textos chirigoteros nuestros. El resultado fue tan exitoso que dijimos: “¿Y si hacemos una compañía?” Y así nació Chirigóticas.


Alejandra López

Alejandra López

¿Hay un sector que todavia piensa que ir a ver un espectáculo de Chirigóticas es ir a ver carnaval?

ANA: Aunque cada vez menos, sí es cierto que lo hay. El hecho de llamarnos Chirigóticas provoca a la vez atracciones y recelos. Hay gente que viene loca por escuchar carnaval, y de pronto se encuentra con una obra de teatro. Y hay personas que vienen un poco horrorizadas porque no les gusta nada el mundo de la chirigota, y se llevan una sorpresa. En los dos casos, salen contentísimos de la función.

¿En qué os benefician y en qué os perjudican vuestros inicios con el carnaval?

ALEJANDRA: Nos ha perjudicado poco, en el fondo. Es cierto que hay gente que no se ha interesado por la compañía porque parte de unos prejuicios contra el carnaval, o contra lo popular. Alguno o alguna ha dicho que no somos actrices y cosas así… Pero es una minoría. En general, a la gente le encanta divertirse, y lo que es más importante, pensar divirtiéndose. El público ha visto en esta compañía algo fresco, sinvergüenza y transgresor, con una energía muy luminosa y espontánea. Y no se han planteado ni de dónde venimos ni a dónde vamos. Simplemente se ha dejado llevar. Y se lo ha pasado fenomenal.

¿Se os pasó por la mente que algún dia llegariais a actuar en el CDN?

ANA: No. Rotundamente no. Pero Ernesto Caballero le pidió a Antonio un espectáculo para la programación, un texto suyo, y él propuso Chirigóticas y La copla negra. Fue una experiencia maravillosa. En cierto sentido, fue una forma de reconocer el trabajo teatral de la compañía, aunque ya anteriormente también habíamos estado en los Teatros del Canal.

La copla negra viajó a Argentina hace un par de años. ¿Cómo fué la experiencia y cómo reaccionó el público al otro lado del charco?

ANA: Estuvimos un mes fuera, entre Buenos Aires y Córdoba (Argentina), y Montevideo (Uruguay). Fue maravilloso. Y más todavía darnos cuenta de que el espectáculo podía entenderse perfectamente a tantos miles de kilómetros. Los temas de género son universales, y allí supieron trasladar todo lo que nosotros contábamos desde una perspectiva concreta, andaluza, a los ambientes rioplatenses donde también hay machismo, abusos, amores enfermos, tango en vez de flamenco… En fin. Ver que lo que tú haces puede ser disfrutado en otros países es muy satisfactorio.


Ana Peregrina y Alejandra López

Ana Peregrina y Alejandra López

Hasta la fecha, ¿cuál es vuestro espectáculo favorito? ¿De dónde surgen las ideas? Sabemos que Chirigóticas nace de vuestras propias chirigotas, pero habladnos de dónde surgen La maleta de los nervios, La copla negra y Tres monjas y una cabra.

ALEJANDRA: Tenemos especial predilección por La copla negra y por Juanita Calamidad, aunque ambos son muy diferentes entre sí. También estamos viendo que el espectáculo Tres monjas y una cabra, del que llevamos pocas funciones, puede convertirse en algo muy muy especial, quizá el trabajo más original de la compañía. Es una idea de Antonio: visualizó una monja tocando un cajón flamenco, y a partir de ahí empezó a trabajar.

El proceso de creación suele ser: hay unos textos, unas canciones, que pertenecen a la chirigota, generalmente escritos por Ana, y que hemos cantado en las calles en carnavales. Antonio los mira, los estudia, y después de mucho trabajo, surge una idea, improvisa con nosotras, escribe, tira, reescribe, vuelve a tirar… Hasta que da con la tecla. A veces pide a Ana que escriba algunas letras más que le hacen falta, al margen de las que hay.

En el caso de La copla negra el trabajo fue diferente. Antonio tenía la historia escrita después de trabajar en improvisaciones con nosotras, y le pidió a Ana unas cuantas canciones, que fue incorporando al texto.

En cualquier caso, nos gustaría destacar lo afortunadas que nos sentimos de tener a un dramaturgo escribiendo funciones para nosotras. Y un dramaturgo de la talla de Antonio Álamo, nada menos. Máxime teniendo en cuenta que, en general, se escribe menos para mujeres que para hombres. Tenemos mucha suerte, la verdad.

Hablemos de Juanita Calamidad. ¿Cómo surge la idea de hablar de esta "antiyerma" del siglo XXI?

ALEJANDRA: Antonio llevaba mucho tiempo queriendo abordar el tema de la maternidad. Estuvimos mucho tiempo trabajando con improvisaciones que no nos llevaron a ningún sitio. Antonio tiró hojas y hojas. Fue muy duro para él. Pero un día, se le encendió la luz. Se le cruzó Yerma por la mente. Llegó al ensayo y nos pidió: ¿por qué no me volvéis a cantar el repertorio de la chirigota Caravana de mujeres? (en esta chirigota, hablábamos de una tal Juanita muy golfa que tenía ya una edad, y que decidía casarse para “recogerse”). Luego nos pidió una improvisación en la que nos echaban de un bar. Después tomó un romancero escrito por Ana en 2013 llamado Que madre no hay más que una, inspirado en su reciente maternidad. Por último, nos miró a las tres y nos dijo: “Creo que ya tengo el espectáculo”. Y se puso a escribir.


Juanita Calamidad: Alejandra, Ana y Rocío Marín

¿Cuánto hay de Juanita Calamidad y cuánto de Ana López? ¿Dónde empieza una y termina la otra, o viceversa? ¿Cómo es el proceso de construcción de un personaje como Juanita, que es una montaña rusa de emociones durante todo el espectáculo?

ANA: Juanita Calamidad es la mujer que a Ana López Segovia le hubiera gustado ser. Hay mucho de mí, pero Juanita llega a donde yo nunca me atreví a llegar, porque es valiente, disfrutona, hedonista, no tiene sentimiento de culpa. Me costó hacer este tipo de personaje, porque yo tiendo al drama, a los personajes que se torturan, y Juanita está en las antípodas de todo eso. Lo mejor de todo esto es que estoy aprendiendo mucho de ella. Es un gusto interpretarla.

Alejandra, eres la actriz todo terreno de la compañia. Siempre te dan los papeles más alejados de ti. En La maleta de los nervios te pudimos ver interpretando desde una niña con discapacidad intelectual a un mormón. En La copla negra directamente te llamabas "José Luis" y regentabas una peña carnavalesca gaditana. Y ahora en Juanita Calamidad pasas de ser una delicada señorita con vestido y pamela, a una hippy con rastas del mismo Carabanchel. Cuéntanos un poco a quien se le ocurre estos personajes y como desarrollas los procesos de creación de los mismos.

ALEJANDRA: Bueno, el trabajo de mis personajes viene un poco por las dos partes. Antonio me propone un personaje y yo me encargo poco a poco de hacer una máscara que se adapte a su propuesta. Por ejemplo, en el caso de la hippy, Antonio me preguntó si yo me atrevería con un personaje de taxista madrileña. A partir de entonces, durante el proceso de ensayos, fui buscando poco a poco un personaje que se adaptara a su propuesta. En este caso en concreto, fue fundamental la ayuda del vestuario de Miguel Ángel Milán, me dio muchísimas pistas. En unas ocasiones las máscaras aparecen muy rápido y en otras me cuesta muchísimo, pero finalmente las termino encontrando. Es cuestión de confiar.


Alejandra, Ana y Teresa Quintero

Juanita Calamidad: Alejandra, Ana y Teresa Quintero

No podemos hablar de Chirigóticas y no hablar de Teresa Quintero. En esta temporada en los Teatros Luchana, podremos ver a su cover Rocio Marín, un casting muy acertado y una actriz a la que da gusto ver también. ¿Por qué Teresa necesita una cover y qué significa para Chirigóticas Teresa Quintero?

ANA: Rocío Marín es una pedazo de actriz, es increíble. Nos da muchísimo, y ha entrado en el mundo chirigótico sin problemas. Parece que lleva toda la vida.

Teresa está ahora grabando nada menos que dos series, Allí abajo y Brigada de fenómenos. Le resultaba incompatible compaginarlo con el teatro. Pero volverá a mediados de abril. Nadie es imprescindible, eso está claro, pero Chirigóticas somos los cuatro, Antonio, Alejandra, Teresa y Ana. Es nuestro mundo, y llevamos años luchando por esta compañía, superando esta crisis que ha sido tan dura. Estamos muy orgullosos de llegar hasta donde hemos llegado. Los cuatro. Eso no significa que Rocío Marín esté al margen. En este momento es muy importante para la compañía, nos está enriqueciendo muchísimo. Es maravilloso trabajar con ella. Nos gusta decir que no hemos buscado una cover, sino que estamos ampliando la familia.

Vuestra hermana pequeña, Rocio Segovia, está ahora en Madrid, siguiendo vuestros pasos, aunque ya vemos que va un poco más por libre y tiene el valor de llevar a cabo un espectáculo unipersonal. ¿Os veis reflejada en ella? ¿Qué consejos le dais?

ALEJANDRA: El único consejo que se puede dar es: PACIENCIA. Y fe. Y trabajar en lo que te gusta, hacer cosas que te gustan para no perder la ilusión. También, aunque valoramos mucho su independencia, le insistimos en que pregunte siempre antes de dar un paso adelante, sobre todo en el ámbito empresarial, por si se puede ahorrar algún disgusto que otro.

¿Os planteáis la posibilidad que Chirigóticas termine siendo formada por las tres hermanas?

ANA: ¿Quién sabe? Sería una buena cosa… Ahora, a Teresa le iba a dar algo, a la pobre, tener que aguantarnos a las tres…

Fotografías: José Rubies (excepto material gráfico de las compañías).

Comments


bottom of page